miércoles, 26 de diciembre de 2012

Un recuerdo y otra buena noticia



Hoy 26 de diciembre, mi mujer (q.e.p.d.), hubiere cumplido 78 años. Lástima, que hoy también, y por segunda vez en pocos días, se hubiere llevado otra de las grandes alegrías de su vida, al igual que me la he llevado yo, los míos, y todos los que nos quieren, dado a que hoy también me ha llegado la noticia del destino de mi hijo con motivo de su ascenso a su nuevo empleo, y que no ha podido ser mejor, y sin duda el más deseado. Nuevamente la vida me premia con una de esas buenas noticias, que aún las  son  mejores,  por tratarse que el bien directamente lo es para un hijo. Como creo cité en una de mis anteriores entradas, estas fechas de la Navidad, cuando menos a las personas con quizá más años de los deseados, se nos disparan las sensibilidades, y a la par que el recuerdo de los que se fueron para siempre nos llegan más al fondo del alma, los hechos o noticias que suponen alguna bienaventuranza para alguno de los seres queridos mas próximos, se gozan y disfrutan como creo no se alcanzaba cuando el devenir y las ocupaciones en nuestras actividades profesionales, e incluso  familiares, nos tenían mas sumidos en llevar adelante las mismas. Y como siempre, volviendo atrás el recuerdo a las ya muchísimas Nochebuenas pasadas, creo que las de este año, salvando el fallecimiento de mi hermano José, sin duda lo están siendo unas de las de mayor felicidad pasadas.  

Como quiera que el propósito mío en el día de hoy, no era otro que el de hacer referencia  a los dos temas fundamentales expuestos en el título de esta entrada, la doy por conclusa, y como expreso al principio, vaya mi sentido recuerdo para mi mujer, y mi felicitación para mi hijo. Aquéllo ya no tiene solución y como tal hay que acatarlo, para lo segundo, que su destino lo sea para bien y según la buena impresión que al recibir la noticia nos hemos llevado y la suerte que no le abandone.

Hasta la próxima.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Aires navideños


Desde hace ya varios días prende por doquier el ambiente navideño. En la mayoría de las calles de la ciudad se han instalado adornos eléctricos; en los centros comerciales de cierta importancia, los villancicos no dejan de sonar durante todas las horas,  en que abiertos permanecen; las gentes parecen caminar con cierto aire, si no marcial, si en el que parecen exteriorizar algo especial en relación a como lo hacen en el resto de los días del año; las comidas entre amigos, empresas, clubes y otros muchos se multiplican en estas fechas; rara es la familia que no espera la llegada de algunos de los suyos que ausentes permanecen la mayoría del año, para cuando menos pasar algunos de estos próximos navideños juntos, y así hasta un largo etcétera.

Como el título dado a este humilde blog es el de "Recuerdos", no tengo también por menos en estas vísperas de las Navidades de 2012, traer a la memoria de las muchas que ya llevo pasadas. Algunas de aquellas lejanísimas de mi infancia, solo me quedan unos difusos recuerdos de que mi madre durante bastantes días antes de la Nochebuena se afanaba en la elaboración  de los típicos dulces de mi pueblo para estas fechas, tales como los roscos, buñuelos, magdalenas, perrunas y por encima de todos ellos, por lo que a mí eran los que me gustaban, eran las hojuelas, por cierto con su miel. Las correspondientes a los años de 1936, 1937 y 1938, de la Guerra Civil, como los pasé en zona roja, y por añadidura en el campo, ni siquiera se mencionaban tales festividades. Ya en los años de la posguerra, y como lo fueron también "los años del hambre", hoy pasado el tiempo, me regodeo acordándome de que después de la Misa del Gallo, solíamos reunirnos varios amigos en la casa de alguno de los que posibilidades para ello tenían, y hacíamos unas migas, que con chorizo, lomo y todo lo que de la matanza se obtiene, nos dábamos buenos atracones y ello nos ayudaba ya para algunos días el ir soportando las carencias que nos esperaban, y entre estas que digo de las migas, estaban también la de los años en que estaba en la "mili", pero que las dos de las que correspondían a los años 1946 y 1947, tuve la suerte de pasarlas con permiso en mi pueblo.

Y llega quizá la de mas infausto recuerdo, como fue la primera que pase en la Guardia Civil, que lo fue en 1950. Aunque sería largo de contar las causas de ello, resulta que sería precisamente la hora de la Misa del Gallo, un disparo del fusil de un compañero, me atravesó la pierna derecha, con orificio de entrada por la parte externa de la rodilla y salida en cima del gemelo de la misma pierna. Y abreviando, el accidente acaeció en despoblado, a unos cien kilómetros de Málaga, mi llegada al hospital militar de esta Ciudad no lo fue hasta las catorce horas del siguiente día, con varias peripecias sufridas en el traslado y de cuyo caso, como no quise que mi familia se enterara siquiera, los días de Navidad, donde todos los hospitalizados recibía las visitas de sus familiares, novias, amigos y de todo orden, yo ni una sola persona se llegó a mí siquiera para hacerme llegar unas palabras de aliento y consuelo. Menos mal, que quizá si alguna de las virtudes que tenga sea la de afrontar las adversidades con cierta entereza, lo llevé con gran resignación, y mis padres y hermanos se enteraron de este percance en el mes de Agosto siguiente en que fui con permiso a Villaharta, y ya no puede ocultárselo porque aún cojeaba visiblemente como resultado de la herida. Todas las posteriores a este hecho, y como digo durante mi permanencia en la Guardia Civil y también muchos años después, las pasé y gocé como nunca, excepción hecha de las de 1996, últimas en que mi mujer las pasó entre nosotros. Aunque esta circunstancia nunca puede olvidarse, y manteniendo su recuerdo, he vuelto a pasarlas felizmente y las del presente, con la añadidura de la noticia que motivó mi entrada anterior en el blog, se presentan con buenas expectativas, y quiera Dios no se malogren.

Por otra parte, estas festividades parece hacernos mas sensibles y especialmente nos traen al recuerdo la ausencia de los seres queridos que para siempre se fueron, pero también nos llevan a la predisposición de pasar momentos de felicidad junto a los que estamos por estos andurriales. aunque luego cuando parten hacía sus puntos de residencia, un gusanillo de tristeza  nos haga pensar en lo que de tiempo quede para una visita por parte de ellos, y no muy posible, en cuanto a mí, que mis viajes, salvo casos muy especiales o de corta distancia, no suelen ser ya muy frecuentes. 

Hasta la próxima entrada.

sábado, 15 de diciembre de 2012

Ilusión cumplida


En el día de ayer, se cumplió una de las grandes ilusiones de mi vida. Ayer 14 de diciembre de 2012 y directamente por su protagonista, mi hijo mayor me daba la noticia de que en Consejo de Ministros celebrado ese día, había sido aprobada la propuesta de su ascenso a General de Brigada de la Guardia Civil. Tal recibía la noticia, mis recuerdos se  retrotraían hasta aquel, ya también lejano 15 de julio de 1979, en que cuando contaba solo 22 años de edad, y por haber obtenido el número uno de su promoción, le era entregado su Despacho de Teniente, por el propio Rey Juan Carlos I  y cuyo acto, mi mujer y yo abrazados celebrábamos con la alegría propia de unos padres, que tanta ilusión y orgullo les produce todo cuanto de bien hacen sus hijos, y que nunca me cansaré de dar gracias a Dios que muchos han sido, los que los tres que hubo, y lo siguen habiendo, en nuestro matrimonio, nos han aportado. De este último éxito y que me ha traído a esta entrada en el blog, solo me queda el resquemor de que su madre, no pueda gozar lo que la consecución del generalato por su hijo de orgullo y alegría, al igual que a mí, le hubiera supuesto. Pero también seguro estoy que desde el lugar privilegiado en que allá en el que en el Cielo se encuentre, estará contemplándolo y seguirá prestándole su protección al igual que siempre lo hizo cuando bajo su tutela estaba, al igual que a su hermano y hermana.

Yo también por mi parte, retrotraía mis recuerdos hasta aquel 26 de julio de 1950 en que recién salido de la Academia de la Guardia Civil de Úbeda, llegaba a la Comandancia de Málaga con el humilde empleo de Guardia 2º, y que pese a esa condición de solo Guardia, permanecí en el Cuerpo, al que tanto he querido y lo seguiré queriendo mientras viva, más de treinta y un años. Hoy, en que estoy relatando lo acontecido en el día de ayer,  llego a preguntarme que si en aquel caluroso día de julio cuando solo cargado de ilusiones y buenos deseos llegaba a esta ciudad, ni que a soñar siquiera que me hubiera echado, jamás hubiera llegado a pensar que uno de mis hijos llegara a alcanzar en esta Guardia Civil el empleo de General, lo que para mí en aquella fecha era una meta poco menos que imposible de poder alcanzar. Hay momentos en que a restregarme los ojos llego, con el fin de tratar de despertarme, por si de un sueño se tratara, pero no, llego a la conclusión de que es una dichosa realidad, y con lo que vuelvo a repetirme de que siempre fui, y lo sigo siendo, un privilegiado de la vida, y que tantas dichas y alegrías me ha proporcionado, sin duda mas de las que seguro hubiere podido merecer.

El 14 de diciembre de 2012, es otro de los muchos hitos felicísimos que han venido jalonando mi discurrir por esta vida. Con esta entrada dejo parte de mi dicha por la causa que la ha motivado, y espero que la próxima, si no por iguales motivos, que al caso no lo sean por otro  que carezca de su correspondiente bienaventuranza. En el día de ayer, hago constar que verifique mi entrada en el blog en la que trataba este mismo tema, pero un "nosequé" misterio de la informática, me impidió el que pudiera publicarlo, y hoy sin saber tampoco cuál ha sido el remedio de lo que ayer me lo impedía, no haya tenido problema alguno para conseguirlo. Que de ello quede constancia.  Hasta la próxima.

sábado, 8 de diciembre de 2012

Día de la Purísima Concepción


Volviendo la vista atrás, el día de hoy, 8 de diciembre, festividad de la Purísima, allá en mi primera juventud siempre tuvo un aliciente especial. Por una parte, y como entonces siempre me hallaba por estas fecha trabajando en el olivar de la Calera, la temporada de la aceituna se comenzaba uno o dos días después de dicha festividad, y por tanto dado a que, como yo, estábamos cinco o seis solteros más, con la llegada de las aceituneras teníamos los bailes diarios todas las noches asegurados para como mínimo mes y medio o dos meses, que solía durar la campaña, saliendo así de la monotonía en la que llevabámos ya tres o cuatro meses de trabajo en la finca, pero sin mas distracción que el trabajo, las bromas que solíamos gastarnos para pasar el tiempo, y la esperanza de la llegada de la recolección y molturación del fruto.

Pero mi entrada de hoy, va por otro sendero, aunque también relacionado con los bailes, como no. Tal día como hoy, aunque no estoy seguro que fuera el año de 1943 (puede que en 1942) aunque me inclino por el primero de los citados se daba un caso muy singular en Villaharta, que paso a relatar. Aproximadamente un mes antes de la fecha de la Inmaculada, estuvieron en la localidad unos misioneros, creo recodar que pertenecientes a la Compañía de Jesús, en las que como era costumbre impartían charlas para casadas, solteras, casados y solteros. Por aquellas fechas, el párroco del pueblo parecía tenerla un tanto tomada con los bailes, a los que consideraba como un gran pecado, aunque no llegara a la catalogación de "mortal" y no sé si por su indicación o por motu proprio de los Jesuitas, la conferencia a los solteros tuvo su correspondiente rapapolvos al pecado que suponían los bailes, pero donde alcanzó el no va más, fue en la charla dada a las jóvenes solteras. Tras haber seguido machaconamente con lo que suponía la asistencia a los bailes, pidieron que juraran, ante, y besando un crucifijo, de que no asistirían más a semejantes actos, y dado que en primera fila se hallaban las, que quizá, mas proclives a llevar a efecto dicho acto, así lo hicieron, y en su consecuencia arrastraron a todas las demás asistentes a secundar el juramento. Transcurrieron tres o cuatro domingos o festivos, en que como había por costumbre en la sociedad de baile que había en el pueblo, la celebración del correspondiente acto, pero con la frustración de que ninguna joven del pueblo decidiera su asistencia. Dado el malestar de los jóvenes de Villaharta ante la desaparición de la única diversión habida en el pueblo, por la Junta directiva de la Sociedad, de la que yo entonces era Secretario,y previa una reunión mantenida con el Párroco, el Presidente de la Sociedad y yo mismo, sin resultado alguno,  acordamos convocar una Junta General y determinar el camino a seguir sobre tal asunto, dado también que las Navidades estaban a la vuelta de la esquina. Por unanimidad, se acordó que el día de la Purísima, se llevara a efecto el día anterior, la invitación casa por casa donde había jóvenes en edad de asistencia a dichos bailes, acto que se venía haciendo desde siempre, y que cada socio procurara llevar a la novia, una amiga, una prima o como fuera, y con la decisión de que entrarían al acto. Media hora antes del inicio del baile, cada socio con una, o algunos con más de una joven, aunque ninguna quería ser la primera en hacerlo, se arremolinaban en la inmediaciones del edificio donde se hallaba el salón, hasta que a requerimiento de algunos de los jóvenes, haciéndolo en grupo apiñado de varias de ellas, se decidieron por entrar, y con gran alborozo celebramos aquel gesto y del que jamás posteriormente hubo contrariedad alguna sobre el particular.

De la reunión que celebramos con el Cura, recuerdo que el Presidente de la Sociedad, que por cierto era hijo de mi madrina, llamado Feliciano, le indicó que si no conseguíamos por nuestros propios medios el que las jóvenes volvieran al baile, teníamos pensado de dar cuenta de ello al Gobernador Civil de la Provincia, autoridad que era la concesionaria del permiso para la constitución de dicha sociedad, y que como se había formado recién terminada la Guerra Civil, se denominaba "Sociedad Juventud de la Nueva España". Y para dar fin a este relato, diré algo parecido a lo de siempre, "que cosas pasaban entonces y como pasa el tiempo".

Hasta la próxima entrada.    

lunes, 3 de diciembre de 2012

Cambio de rumbo


3 de diciembre de 1951. Puede que fuera lunes, exactamente no lo recuerdo, pero sí que hoy se cumplen sesenta y un años, que mi vida en la Guardia Civil dio un giro de 180 grados. La tarde anterior, cuando me presentaba para entrar de servicio en el puerto de esta capital donde hacía mes y medio que había llegado destinado,el Brigada Comandante de Puesto Don Eulalio García Gómez, me comunicaba que había recibido un escrito para que a la mañana siguiente (o sea del día 3 de diciembre) me presentara en las oficinas del Tercio para prestar mis servicios como mecanógrafo. El citado Brigada me pedía a la vez, que por favor prestara el servicio aquella noche, ya que no tenía personal para cubrirlo todo  si yo no lo hacía. Semejante noticia, de lo primero que cito, me cogió totalmente por sorpresa y fue tal la alegría y emoción que sentí al recibirla, que no me importó aceptar el prestar mi servicio aquella noche y que previo el sorteo correspondiente me tocó hacerlo en la denominada Puerta de Colón. Los servicios que antes de la unificación de la Guardia Civil con los Carabineros, y que se habían estado prestando por este último Cuerpo, se practicaban todos mediante sorteo, con el fin de que nadie pudiera ponerse de acuerdo de antemano con los contrabandistas y verificar algún alijo de efectos de contrabando por un punto determinado. En todas las aduanas de los puertos de España, el servicio de línea que se prestaba por la Guardia Civil, era de 12 horas seguidas de servicio por 12 horas libre. Por tanto la noche del 2 al 3 de diciembre de 1951, desde las 20 horas del día dos hasta las ocho del día tres, me las pasé yo solito en el punto que citaba anteriormente, y si no tan fría como estas noches últimas acaecidas en Málaga, aquella no lo fue tampoco calurosa que digamos. Salir de servicio a las ocho de la mañana, asearme y antes de que dieran las nueve, ya estaba yo presentado en mi nuevo destino, en las oficinas del Tercio, que  a la sazón se hallaba ubicado en un chalet del número 9, del Paseo de Sancha, donde en la actualidad creo que hay una escuela de turismo o algo similar.

Y digo que a partir de aquel día, mi vida en la Guardia Civil dio un giro de ciento ochenta grados, ya que a mediados de octubre de aquel año, llegué al puesto de Aduanas de Málaga, procedente de un puesto de playa, donde si en el muelle eran doce horas de servicio por doce libres, en la playa,  siempre se montaba el servicio nocturno desde antes del anochecido, hasta después del amanecido, donde en el invierno no lo eran menos de catorce horas y sin un solo día de descanso en todo el año, lo único que sucedía que cuando te correspondía se cambiaban la clase de servicio, por ejemplo el de playa por el de puertas, que era de 24 horas, eso sí que por la noche podías dormir en tu cama, pero sin dejar de estar de servicio. Así en este plan llevaba ya cerca de dos años, que por lo menos el ochenta por ciento de los servicios que hasta entonces había prestado lo fueron de noche. Y ¡AL FIN! aquellos conocimientos de mecanografía que había adquirido, durante mi estancia en el ejército, de forma tan especial como la mayoría de los que conocéis este blog ya sabeis, comenzaban a dar sus frutos. Oficina de nueve de la mañana a las dos de la tarde, y entonces de 5 a 7 de la tarde, que unos meses despues, paso a ser de ocho de la mañana a dos de la tarde. Todas las noches a dormir en camita, los domingos y festivos nada de nada, a pasear, al fútbol y dándome la misma forma de vida que tuve en la mili, con la variante de que ya cobraba un sueldo, que no es que fuera muy grande, pero incluso creo era casi el doble que lo había venido cobrando cuando ingresé procedente de mi trabajo como jornalero agrícola. Mi pase como mecanógrafo fue a la larga también la consecuencia de posteriores destinos, ya más importantes, aunque de mayor responsabilidad por los que pasé durante mas de los treinta y un años que estuve en activo. Una cuestión si creo fue casi segura, que de no haber pasado a la oficina, posiblemente me hubiera presentado para el ascenso a Cabo algunos años antes, pero dado a tal como se fueron produciendo los acontecimientos,  bendito aquel 3 de diciembre de 1951 en que fui destinado a las oficinas del 37º Tercio y que si en el plano profesional fue un cambio radical, en lo personal, particular y familiar, lo fue aún mucho mayor y de más y beneficiosa trascendencia. Cuán lejanos se quedan sesenta y un años transcurridos...

Hasta la próxima.

lunes, 26 de noviembre de 2012

¡Y pensar que hace hoy 38 años!



Sí, hoy se han cumplido 38 años. Tal día como hoy pero de 1974, causaba baja, voluntariamente, en el Servicio de Información de la Guardia Civil,de la  Comandancia de Málaga, por pase, previa petición, a la Jefatura de Armamento de la misma Comandancia. Con todo el personal que en el SIGC, tenía a mis órdenes, más tres o cuatro agregados compañeros y amigos, lo estuvimos celebrando con una comida en la Venta de Bartolo, que se hallaba (no sé si continuará todavía allí como tal venta) al comienzo de la carretera de los Montes de Málaga y en cuyo lugar lo habíamos hecho ya en varias ocasiones con anterioridad. He sido y soy, una persona que suelo encariñarme, no solo con las personas, sino también con todo el ambiente, incluso con las cosas que me han estado rodeando durante algún tiempo, pero mi cese, y eso que ya digo lo fue voluntariamente, en el Servicio de Información, ha sido lo que mas sentí dejar de todos los destinos que tuve en la Guardia Civil. Aunque con algunas alternancias, desde junio de 1956, siendo Guardia, y para mas detalle cuando no llevaba siquiera tres meses de casado, era destinado por primera vez al citado destino. Lo estuve también con el empleo de Cabo, y por último con el de Sargento. Si la Guardia Civil ha sido, y lo sigue siendo, una de las grandes pasiones de mi vida, los muchos años que pasé por el Servicio,  como entre nosotros lo denominábamos, o por Información como generalmente se decía en el Cuerpo, fue lo mas gratificante de toda mi permanencia en el mismo y ni punto de comparación con mis dedicaciones laborales antes de ingresar, y por supuesto mucho menos con los dos años que estuve trabajando en la mina antes de irme a la mili, que contrariamente, fueron los dos años sin duda de los que, y  como se comienza en el quijote, de cuyo tiempo no quiero acordarme. En los tres empleos en que estuve prestando servicio en el destino en que hoy se cumple la efemérides de mi salida definitivamente, fueron en la inmensa mayoría del tiempo de un trabajo agobiante, pero sería por su variedad, en muchas ocasiones de bastante importancia, como lo fueron en la realización de muchos, variados e importantes servicios, y aunque tampoco como sucedía cuando lo hice con el empleo de Sargento, que yo era el responsable del personal, y la dirección de toda clase de actuaciones,  suponía en no pocas circunstancias esa preocupación por el resultado de las mismas, que en mas de una existía cierto riesgo para el personal que lo practicaba, la satisfacción que se sentía. cuando como tuve la gran suerte de serlo casi siempre con pleno éxito, compensaba todos los sacrificios y preocupaciones que exigían su realización.

Finalizado el acto de la comida, se me hizo entrega de una placa, de cuyo momento en que, en su nombre y el de todos los que habían sido mis subordinados y a partir de entonces lo pasaban a ser suyos, me era ofrecida, quedó constancia fotográfica, que espero que mi editor de toda esta tan magna obra como lo están siendo mis entradas en este incomparable blog, la coloque en su lugar correspondiente, para que la posteridad no se vea privada de tan importante prueba y que con ello se culmina tan brillante relato, del no menos importante acontecimiento.

Bromas aparte, tan profundo era el sentir que mi despedida, en aquel ya tan lejano día, que más de 18 años habían pasado desde mi primer destino al Servicio de Información, que ni siquiera tuve aliento para poder dar las gracias al Teniente y todos los que a mis órdenes estuvieron, por el acto que se me había ofrecido, ya que un nudo se me hizo en la garganta impidiendo que palabra alguna saliera de mi boca. Es hoy, pasados treinta y ocho años de aquel día, y no pocas lágrimas han dejado de asomarse a mis ojos por tal recordación. Y otra vez la monótona frase de los viejos: ¡Cómo pasan los años!

Hasta la próxima.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Y sin siquiera de la póliza de tres pesetas...





Si en mi pasada entrada trataba de mi examen para el ingreso en la Guardia Civil, hecho acaecido en aquel lejanísimo 14 de noviembre de 1949, el motivo que me trae a volver a esta de hoy, y aunque ninguna relación guarda ésta con la pasada, no he tenido por menos que sorprenderme al recordar  del cambio experimentado en este caso para la tramitación de cualquier gestión en peticiones ante los organismo oficiales, de cuanto supuso el "papeleo" hasta su total finalización para mi ingreso en el Cuerpo, con el trámite que he realizado no hace mas de diez minutos y que voy a detallar a continuación.

Desde hace algo más de siete años me era prestado el servicio de teleasistencia y financiado por el Instituto Social de las Fuerzas Armadas (ISFAS) y de lo que me supongo todos los que tengáis la osadía de entrar en este blog, sabéis de que se trata, ya que es una cuestión social extendida por toda España y que alcanza generalmente a los ancianos, viejos, o mayores como queráis llamarnos, que tengan más de sesenta y cinco años (que por cierto a mi me sobran un montón) que vivan solos y tengan algún padecimiento en cuanto a su salud, que quién a esa edad no lo va a tener.

Bueno, pues hace unos cuantos días que he recibido una carta del ISFAS, comunicándome que a partir del día 31 de diciembre próximo quedará extinguido definitivamente este servicio que se me venía prestando, al carecerse de los recursos para tal fin, según se recoge en el Anteproyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2013.Y aquí viene el quid del asunto. Resulta que aunque no como pez en el agua, me defiendo en esto de internet, busco el teléfono de los servicios sociales de la Junta de Andalucía en Málaga, y en posesión del mismo, y en no más de cinco minutos todo el trámite para darme de alta en los mismos servicios que atiende la Junta, ha quedado concluso, y ya en espera de que vengan a instalarme los aparatitos necesarios para el fin solicitado, y todo ello como cito en el asunto, sin necesidad de que para ello tenga que elevar la correspondiente instancia, que como solía suceder en aquellas lejanas fechas, había de ir reintegrada con su correspondiente póliza, que en estos casos era de un valor de tres pesetas.

Si cuando yo comencé con la tramitación para proveerme de todos los documentos que me fueron exigidos para el ingreso en la Guardia Civil, tales, como partida de nacimiento, certificado del Registro Central de Penados y Rebeldes, certificado de buena conducta de la Guardia Civil, documentación de haber prestado el servicio militar, hoja de castigos del tiempo servido en el ejército, la instancia dirigida al Excelentísimo Señor Teniente General, Director General de la Guardia Civil, también con su correspondiente póliza, y etc. etc. etc..., me hubieren indicado que sesenta y tres años después, el trámite que yo he realizado esta tarde podía hacerse tal lo he dejado señalado anteriormente y por los medios en que se ha tramitado, me hubiere quedado con una cara de tonto, como si me lo hubieran dicho en chino. Pero sí, así ha sido, y yo tengo la dicha de haber podido ser beneficiario de todo este progreso, en éste y muchísimos mas  casos, del cotidiano vivir de como se hacía en aquella mi lejana juventud, hasta este venturoso y feliz ocaso por el que me hallo atravesando y que Dios quiera lo siga siendo por mucho tiempo, y tal lo es.

Hasta la próxima entrada.
 

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Sexagésimo tercer aniversario


14 de noviembre de 1949. Hace exactamente sesenta y tres años a esta misma hora, estaba examinándome en la Comandancia de Córdoba para mi ingreso en la Guardia Civil. Solo cabían dos resultados, "apto" o " no apto". Yo, como la mayoría, obtuvimos el primero de ellos. Claro que entonces pocas exigencias podían hacerse en cuanto a la formación cultural de los posibles aspirantes, ya que veníamos de una reciente pasada Guerra Civil, en que nos cogió en edad escolar a su mayoría, y la formación en casi su totalidad era bastante escasa, y buen número de aquella juventud era casi analfabeta.

En esta nueva entrada, vuelvo por cuanto a la edad, de creo me refería en la anterior, que entonces tenía veinticuatro año. A todo esto, habrá que añadirle los dos años de trabajo en la mina, de que como se dice en el quijote, de cuya experiencia no quiero acordarme.  Experimentado ya en muchas cuestiones de la vida, principalmente por cuanto a la forma en que ganarme la vida se trataba, dado a que la inestabilidad en los trabajos era muy frecuente, aunque de ello y sin que de lo mismo podáis pensar se trate de una bravata, yo casi nunca estuve falto de ocupación, pero eso sí, el cambio en las actividades dentro del trabajo en el campo, según las épocas, era frecuentísimo y lo mas grave de ello, es que los sueldos más que meguandos, eran demasiado reducidos. Ya con la edad de aquellos veinticuatro años bien cumplidos, llegaba a considerarme un hombre demasiado maduro para no tener una ocupación en la que me llevara a vivir con el sosiego de quien cuenta con un trabajo, que salvo algunas circunstancias de las que uno mismo pudiera ser el culpable, tuvieras tu continuidad asegurada hasta el final de tu edad laboral. La satisfacción que aquella tarde en el regreso a mi pueblo me llevaba por el "apto" conseguido, ni siquiera a soñar que me hubiera echado, hubiere podido esperar supusiera lo que finalmente supuso para el resto de mi vida, hasta hoy en que han transcurrido esos sesenta y tres años mencionados, y que comenzando por el propio ejercicio como profesional en el Cuerpo, ha sido una de las queridas y amadas dedicaciones de mi existencia y por añadidura, toda la consecuencia que el ingreso en la Guardia Civil tuvo, y que me llevó, y llevándome sigue, a considerarme como un hombre del que siempre, siempre, siempre, me vi y viéndome sigo, premiado, sin duda alguna, con mucho mas de lo merecido, con todas esas circunstancias que te hacen la vida de total y absoluta felicidad. El día de hoy me lleva al recuerdo de aquel triste, meteorológicamente hablando se entiende, ya que era un día bastante nublado y creo que con alguna llovizna, pero haciendo cuenta del bagaje personal que entonces me acompañaba, pienso;  ¿Cómo es posible que Dios haya sido tan explendido en sus concesiones para conmigo?, sí, y de lo que nunca terminaré de darle gracias y  que tan orgulloso estoy de todo ello.  Si en mi acontecer a todo lo largo de la vida, hubiera de señalar algunos días con letras de oro, sin duda alguna, ése del 14 de noviembre de 1949, hubiere sido uno de ellos. Humilde podrá considerarse lo acaecido aquel ya lejanísimo día, pero su resultado nunca pude sospechar alcanzará lo que al final fue y está siendo, y perdón por estas redundancias. Hasta la próxima entrada.

viernes, 9 de noviembre de 2012

La diferencia entre dos generaciones


Ya hace nueve días de mi última entrada en el blog. Esta vez no puedo achacar mi tardanza a la sequía, ya que no ha dejado de llover en todo este tiempo, y a lo que en otra entrada me decía que lo primero que habría sido era un caracol, pues ahora y en vista de lo que sucede se me apetece convertirme en rana, pero eso sí, sin pasar por renacuajo, ya que como siga este régimen de lluvias que llevamos desde que llegó el otoño, algo habrá que ir pensando. Pero como siempre, desbarro de lo esencial que me lleva a entrar nuevamente en el blog y suelo irme por los cerros de Úbeda, así que vamos a lo que en el título se señala. 

Ahora vuelvo a la anterior entrada,en que el motivo fue el cumpleaños de mi nieto Alberto y en que el día primero de este mes cumplía la bonita cifra de VEINTICUATRO AÑOS. Algún día después de referirme a ello, y como el título general de mi blog se titula "Recuerdos",  haciendo uso  de esa titulación me dio en volver mi vista atrás hasta aquella ya lejana en que yo cumplía esa edad de mi nieto Alberto. Me puse a comparar el devenir de su vida desde su nacimiento hasta su vigésimo cuarto cumpleaños, con lo que la mía había sido en el mismo periodo de tiempo y hay que ver, lo que ha sido de la la suya a la mía. Para él, salvo el esfuerzo que requiere el estudio de una carrera y lo propio hasta llegar al inicio de la misma, todo ha sido, gracias a Dios, como solemos decir, de color de rosa. Su currículum vitae (como creo se escribe) ha sido eso, estudios, estudios y estudios, el resto, bienaventuranzas.

Pero ¿y como fué mi paso por la vida desde mi infancia hasta esos veinticuatro años? Así, y para no extenderme mucho, comenzaré diciendo que, dejando atrás la propia primera infancia, desde los seis años en que era la edad para la escolarización, hasta los diez, asistiendo a la escuela. Unos días después de cumplir los diez años, me coloqué de porquero ganando una peseta diaria, circunstancia que a ello me llevó una cuestión que sería largo de contar, pero que resultaba casi inevitable, y en cuyo trabajo estuve durante seis meses. Unos meses después llegó la Guerra Civil en España y de la que sus circunstancias me alcanzaron, para mal, bastante más de lo deseado. También y durante la misma, precisamente en el mes de septiembre de 1938, cuando solo contaba con 13 años de edad, me coloqué de pastor en cuyo cometido permanecí hasta el final de la contienda. Seguidamente y en  diferentes trabajos en el campo, que las propias circunstancia me empujaban a ello, y en estas actividades me alcanzó precisamente el día de mi décimo noveno cumpleaños, y a continuación, después de no más de una semana, me dediqué, quizá, al trabajo, que menos me hubiera gustado hacer, como lo fue el de minero y en el que permanecí hasta que me marché al ejército. De haberlo deseado, podía haber permanecido en dicho trabajo, ya que podía suplirse el servicio militar por la continuación del trabajo en la mina, y que a todos los efectos se consideraba como servicio militar, pero como dejo señalado anteriormente, poco agusto me encontraba en dicha actividad, optando entonces por el abandono del mismo, y en el que estuve exactamente dos años. Como he dejado constancia, estuve de minero hasta mi ingreso en el ejército y en el que, mi reemplazo, y claro, por tanto yo, estuve dos años y medio de mili. Así cuando me llegó la hora del licenciamiento. y que lo fue cuando contaba veinticuatro años de edad, mis vicisitudes habían sido: cuatro años en la escuela; seis meses de porquero; siete meses de pastor; seis años de trabajo en el campo, en sus diversos cometidos; dos años de minero, y dos años y medio de mili a las espaldas. Durante el tiempo que estuve de porquero, de pastor, de jornalero agrícola y de minero, atravesé por periodos que vale más no recordarlos, y, que decir tengo, que el periodo de mili, lo fue hasta entonces el mejor de toda mi vida.

Bueno creo que ha quedado patente la diferencia, que la vida nos proporcionó a mi indicado nieto, cuestión que se hace extensiva a los cinco restantes que tengo, que nombrados etimológicamente serian: Carlitos, Rafa, Pablo, Jorge y Pepe, y claro al que correspondería su tercer lugar Alberto, que en este caso ha sido coprotagonista junto a mí en esta entrada. Y ya esta bien por hoy, que quienes tengáis la osadía de leer esta entrada, os he dado bien la matraca. 

Hasta la próxima entrada que espero tenga más enjundia que la presente.  

jueves, 1 de noviembre de 2012

Feliz cumpleaños


Otra vez y como ya va siendo no por fortuna en mí, mi entrada en el blog se ha espaciado quizá más de la cuenta, pero tampoco podía tener nuevamente ocasión mas oportuna para esta nueva, como es el cumpleaños de mi tercer nieto en el orden sucesorio, Alberto. Bueno esto que digo en el "orden sucesorio", como comprenderéis no es nada más que una broma, porque de mí lo único en que me suceden es en el apellido, y sigo con mis desvíos en orden de las prioridades en que debe seguirse esta entrada, como lo es la intención y la causa por la que hoy la hago, que como digo es el cumpleaños de mi nieto, al que, aunque ya lo he llamado y he hablado con él por teléfono, por este medio vuelvo a felicitarlo y desearle, como a todos los demás, lo que un abuelo puede desear a sus nietos. 

También, como todo avanzado en años que se precie, no puede hacer dejación de nuestras tentaciones como lo es el volver el recuerdo hasta aquellos años, en que no ya los  que hoy cumple mi nieto Alberto, que son 24, sino incluso a unos cuantos menos en que yo ya moceaba, lo que han cambiado los tiempos. Ahora, esa festividad que en pocos años ha invadido todos los pueblos de España llamada "Halloween" que hasta para escribir su nombre he tenido que consultar con las noticias de algún periódico de hoy, por cierto bastante trágicas, y que como digo en mis tiempos no teniámos ni idea de semejante festividad, y no ya de joven, sino incluso  de "viejo". Por cuanto a esta fiesta de Todos los Santos como hoy celebra la Iglesia Católica y sigue siéndolo en España, en "mis tiempos", y en mi pueblo, los jóvenes, y las "jóvenas" como alguien dijo, celebrábamos la llamada fiesta del café. Consistía solo en que esos jóvenes solíamos reunirnos en la casa de alguna de ellas, y las mismas preparaban café y algún que otro dulce casero que ayudadas en casi todo por sus propias madres, fabricaban, eran la causa o motivo para la  festividad, y el mero hecho de pasar algunas horas junto, casi siempre a la novia o moza a que estabas requiriendo de amores como entonces se estilaba, te hacía sentirte el mas feliz de los mortales, y siempre como no, y confieso las intenciones de todos los mozos, el pequeño roce que pareciendo casual se procuraba tener con tu acompañante, y con ello nos dábamos por totalmente satisfechos. Igual que hoy. 

Por otra parte, durante muchos años, tanto en radio como luego por televisión,  en esta fecha se representaba la obra, toda en verso, de José Zorrilla, del "Don Juan Tenorio", que tan célebre era en casi todo el pueblo, y hoy, lo digo por que lo he comprobado, incluso estudiantes terminando ya la enseñanza secundaria, ni siquiera conocen tal obra, y por ende, tampoco pueden conocer su autor. Así aquello de "Cual gritan esos malditos, pero mal rayo me parta, si en concluyendo esta carta, no pagan caros sus gritos" , como comenzaba la misma, así como las escenas del sofá de Don Juan y Doña Inés, y etc. etc. etc., pasaron a mejor recuerdo, y nunca mejor dicho. El Halloween es conocido hoy por mayores, jóvenes e incluso por niños de cortísima edad y aquel "Tenorio" de mis tiempos, ni siquiera conocen que en su día eran tan populares y comentadas las aventuras amorosas de tan insolente conquistador, que a los "Castillos subió y a las cabañas bajó", bueno para que seguir, si esto como suele decirse es predicar en desierto. 

Hay que ver en el jaleo que me he metido con motivo de la entrada de hoy en el blog, que la única y primordial razón era el cumpleaños de mi nieto y he terminado por peteneras como suele decirse sacando a colación el Tenorio del que ya nadie ni siquiera se acuerda.  

Hasta la próxima entrada que como no, alguno de mis avenates me pase a temas totalmente opuestos lo que fue la causa de la entrada.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Festividad de San Rafael en Villaharta



Aunque la Iglesia hace algunos años pasó la festividad del Árcangel San Rafael al 29 de Septiembre, uniendo así a los tres arcángeles en el mismo día, en mi pueblo, Villaharta, y también en Córdoba, se sigue celebrando en el día de hoy como se había venido haciendo durante larguísimos tiempos atrás.

Hoy vaya mi primer y sentido recuerdo hacia mi hermano Antonio, que tal día como hoy, pero hace dos años a estas horas, estábamos dándole sepultura. Descanse en paz.

Por otra parte, y dejado sentado cuanto expongo en el párrafo anterior, vienen a mi recuerdo aquellos lejanos días de "San Rafael", de mi juventud, donde este día lo era, y creo lo sigue siendo, una de las festividades más sentidas del año. Uno de los aconteceres de tal día y que más poso han dejado en mi sentir es el de 1942. Setenta años han pasado desde entonces. De ello creo dejé constancia en una de mis entradas en este blog, aunque creo no lo fue con motivo de esta festividad, pero recuerdo llegué a titularla  "La Gran Borrachera". Así fue, y conforme detallé en su día, en unión de mi queridísimo y ya desaparecido amigo Paco, "Currito", cogí la única y gran borrachera de mi vida y cuyo final, tan hondo llegó a calar en mí, que me hice el propósito y hasta el día de hoy lo he conseguido, no volver a coger otra igual. A este propósito, muchas veces me he dado en pensar por cuanto a las celebraciones que tan de moda están en la actualidad, como son los "botellones", cuán diferente era tomado en cuenta estas cuestiones, primero por los propios padres y segundo alcanzando a toda la sociedad.  De aquel lejanísimo día 24 de octubre de 1942, en que como llevo citado, cogí la mayor borrachera de mi vida, al punto de que entre varios amigos hubieron de llevarme a mi casa a eso de las cuatro o cinco de la madrugada.  Pero pese a que mis condiciones no me permitían ir a mi domicilio por mí mismo, cuando mis amigos llamaron a la puerta y mi padre se levantó para abrirla, y al percatarse de las condiciones en que yo llegaba, de lo más profundo de su alma salió la siguiente frase y que pasados setenta años, todavía la llevo clavada en el corazón: "A tí no te da vergüenza que tengan que traerte a tu casa en estas condiciones". Pues aunque asi no lo parezca, si me dio vergüenza, y pese al estado en que llegaba, tanto impacto hicieron en mis sentimientos que a partir de entonces me hice el propósito de no volver a ello, y cumplido lo tengo. Hoy, ni a los jóvenes les da vergüenza de llegar como yo lo hice, ni a los padres les produce tanto rechazo a semejante situación.

Otro de los imborrables recuerdos que guardo de esta festividad, fue la de 1946 cuando me encontraba en Sevilla haciendo el servicio militar, y que fue la primera vez en mi vida que recibía una felicitación por medio de una tarjeta postal y que me era enviada, nada más y nada menos, que por mis padres. Ya en otra entrada en el blog, creo de hace dos años, hice mención a esta tarjeta, que como oro en paño la guardo, y cuya felicitación que en el reverso de la misma figura y había sido escrita por mi madre, constaba en la cabecera de aquella entrada. Hoy mando escaneada el anverso de la misma,por si mi editor de este blog, tiempo y oportunidad tiene para colocarla en su sitio correspondiente. Como no, guardo también recuerdos de aquellas festividades de mi juventud en que el día de San Rafael, hasta el propio sol parecía iluminar el mundo con los rayos de las grandes solemnidades. Y es que, el mero hecho de ser joven, todos los sentidos están predispuestos a ver la vida con el cristal del que solo tiene el color de rosa, como suele decirse. Pero pese, a que por razones de edad, pueda tener perdida, aunque yo no diría tanto, aquella juventud, aún me quedan las suficientes ilusiones y ganas de seguir viviendo, que si no con el ímpetu de entonces, sí con el sosiego y el deleite de los años pasados, sigo gozando de ella.

Hasta la próxima entrada.

viernes, 19 de octubre de 2012

Hoy también llueve en Málaga


Ya no me cabe la menor duda de lo que fui antes de reencarnarme en la persona que soy desde hace ya muchísimos años. Ya sé que antes era un caracol. Sí, hoy ya me  he dado cuenta de ello, ya que como los caracoles tan pronto llueve salen a la luz pública, parece que a mí esto de la lluvia tambien me lanza a lo que durante algunos días me ha tenido un tanto retraído, como lo es la entrada en este mi humilde blog. Bromas aparte, el caso es que no teniendo nada de importancia que llevar a estas páginas, y en relación como el título del blog ostenta que es el de "Recuerdos", en estos días ningún relato así que mereciera la pena sacar a colación, me ha tenido como en otras muchas ocasiones ausente de estos relatos. Pero tampoco quiero desdecirme de lo que en  una anterior entrada confesaba y es que me gusta ver llover.

Hoy contemplando una menuda caída del líquido elemento y como mi cerebro es impredecible en eso de pensar, me ha llevado al recuerdo de aquellos años de mi infancia y juventud, en que la principal vida de mi pueblo era lo que provenía del campo, y cuando llegaban las lluvías, bastante escasas en muchas ocasiones por aquellos lares y que tan necesarias se consideraban para que luego llegaran buenas cosechas sobre todo en cereales y también por la aceituna, eran recibidas con gran alegría, y esos deseos que sin duda eran transmitidos de padres a hijos, sin lugar a duda dejaron huella en mí, al punto que aún habiendo dejado de tener relación con lo que entonces lo era mi dedicación al trabajo en el campo, no me deja indiferente, como digo anteriormente, y me encanta el ver llover. Todo eso, y además, de que hoy en día, o sea durante las visitas que en los ultimos diez o doce años en que he visitado Villaharta, ni un solo espacio de terreno he contemplado sembrado de trigo, cebada o avena, cereales estos que eran los  principales que en aquella época solían sembrarse. De haber vivido hoy en mi pueblo, como entonces lo hice hasta entrado en la década de mis veinte años, no hubiera tomado parte en la siembra, escarde, siega, trilla,  aventado del grano, y finalmente, hasta en el almacenamiento de la paja de lo que sobre todo y si esta era de trigo, suponía grandes picores en el cuerpo, y las duchas, ni siquiera yo sabía entonces de que eso existía.

Hoy también y pese a estar ya metidos en la estación astronómica del otoño desde hace un mes, y contemplando los árboles que llenan la mayor parte de mi barrio como son las acacias, éstas se resisten,  no ya a desprenderse de esas hojas que tan orgullosas han estado luciendo durante por lo menos medio año, sino que aún, en su mayoría todas ellas ostentan esa frondosidad y color verde de las mismas y me he auto comparado con ellas, tal como yo me resisto a sentirme "viejo", pese a que mis años así puedan hacerlo y es que como las acacias de mi barrio están sitas en puntos donde tardan en dejar de sentir el calor del ambiente que las rodea, yo me siento así mismo rodeados por todo un entorno de personas de las que recibo el cariño, del que también puedo asegurar les soy correspondido, y claro siendo eso así como lo es, nada ni nadie me puede inducir a mí a sentirme, no ya anciano, sino ni siquiera  como con cierto eufemismo y cursilería suele decirse, de la tercera edad, y perdonar si esto pueda parecer así como un poco de chulería, pero no, mientras Dios me mantenga tal cual hoy lo estoy, a lo máximo que acepto es a que se me considere es de ser, un hombre maduro. Mi entrada de hoy comenzaba en plan de broma y así ha terminado, pero de lo que tampoco puedo quejarme es el de tener un gran sentido del humor.

Hasta la próxima entrada. 

viernes, 12 de octubre de 2012

Patrona de la Guardia Civil


Hoy 12 de octubre, celebra la Guardia Civil el día de su Patrona. Con esta son ya sesenta y tres las que llevo pasadas, durante mi estancia en el Cuerpo y luego después de "retirado". La del pasado año la pasamos cuatro viejos compañeros juntos, y estuvimos comiendo en la Residencia Militar Reyes Católicos de esta Capital, de todo lo cual podréis deducir la cantidad de "batallitas" que entre nosotros salieron a relucir. Uno de los cuatro que estuvimos reunidos, mi buen amigo Emilio Nuño, hace ya varios meses nos dejó para siempre. Cada año que ahora llega el día de nuestra Patrona, como yo lo consideraré mientras viva, raro es que al traer al recuerdo las muchas pasadas, no se eche en falta la ausencia, por su marcha de este mundo, de alguno de los que juntos pasamos felizmente este día singular, y sin lugar a equivocarme, con mucho más cariño durante el tiempo en que yo permanecí en activo, a como suele hacerse en la actualidad, sin que por ello diga que no por ello, todos los componentes del Cuerpo, no lo sientan como con frecuencia solemos decir los ya retirados, tal lo celebrábamos en aquello recordados años.

Hoy precisamente, se cumplen CUARENTA años, en que me fue impuesta una Medalla por el Gobernador Militar de la Plaza, que me había sido concedida por la Dirección General del Cuerpo, cuando prestaba mis servicios en el Servicio de Información de la Comandancia de Málaga, y según rezaba en la orden de concesión "por los diferentes e importantes servicios prestados, algunos de ellos, acciones delictivas muy difíciles de detectar". ¡Cuánto tiempo ha pasado y qué reciente me parece tenerlo en el recuerdo! A medida que mas lejana va quedando la fecha en que pasé a la situación de retirado, más tengo la convicción de que mi paso por el Cuerpo, no fue solo el aporte de unos medios con los que, con más o menos estrecheces, saqué adelante una familia, sino que fue una vocación que tan dentro de mí la llevaba,y aún sigo llevándola, que siempre cuando esta fecha llega, y por supuesto hoy en que la he pasado aquí en mi domicilio sin mas compañía que mis recuerdos, incluso alguna lágrima se ha asomado a mis ojos, y seguro estoy, más por el sentimiento o la nostalgia en la que por imperativo de la edad, hube de dejar mi pertenencia al mismo, que quizá por la acumulación de años que llevo desde entonces. Hoy como he citado anteriormente, sin nadie ni nada que distraiga mis pensamientos, creo no he dejado ni un solo hecho de los que a todo lo largo de, en que pertenecí a la Guardia Civil fui testigo o partícipe en ellos, han dejado de desfilar por mi mente, incluidas las celebraciones tanto en compañía de mi familia como de compañeros, y que de éstos, de la inmensa mayoría solo me queda eso, el recuerdo, y como no, el más sentido de todos, como lo es el de mi mujer.

Hasta la próxima entrada y si quiere Dios el año que viene, volveré el doce de octubre a realizar una nueva entrada. 

martes, 9 de octubre de 2012

Hoy se cumplen dos efemérides


Como creo recordar que en los años que llevo con este blog, en ninguno de ello lo he echado en el olvido, hoy voy a limitarme a hacer solo su señalamiento y con ello podréis observar la diferencia que del uno al otro va. Así, y comenzando por su orden cronológico, tal día como hoy pero de 1936, por tanto hace la friolera de SETENTA Y SEIS AÑOS, entraban las fuerzas nacionales (o fascistas como se las denominaba en zona republicana) en mi pueblo. Ello daba lugar a que mis padres y sus cinco hijos, iniciábamos el camino hacía un exilio que duró exactamente dos años y medio. Las circunstancias por las que   de toda índole atravesamos durante dicho periodo de tiempo, preferible es pasarlas al olvido. Solo el recordar lo que en su consecuencia debieron sufrir mis padres, me parte el alma, por tanto como he apuntado anteriormente, a lo demás voy a darle como se dice "carpetazo".

La segunda de esas efemérides, es que hoy hace DIECINUEVE AÑOS, que mi hija contrajo matrimonio y de la que yo, como todo padre que se precie, tuve el honor de llevarla hasta el altar, De aquella unión vinieron al mundo mis dos últimos nietos, con lo que quedaban en triple empate, mi hija y sus dos hermanos- Y digo triple empate por que cada uno tiene dos hijos, y todos ellos varones. Y además de ello, esa unión  de la que hoy se han cumplido 19 años, aún perdura, al igual que las otras dos, y puedo decir que a las claras vistas, pueden llevar el camino de que lo sean como en las ceremonias matrimoniales dicen los curas, que en estos tiempos puedo dar gracias a Dios porque así sea. 

Así finalmente vaya por esta entrada mi felicitación a mi hija, y como no, a mi yerno o hijo político, como a el mas le agrade. Y para cerrar esta entrada, el recuerdo a mi mujer y madre de ellos, lamentando no pueda estar gozando de contemplar todo el discurrir de sus hijos y nietos, como cuando menos hasta ahora lo ha sido y así pido a Dios lo siga siendo.

Hasta la próxima.

sábado, 6 de octubre de 2012

Feliz cumpleaños


Hoy cumple 25 años mi segundo nieto, en cuanto a la fecha en venir al mundo,  al que toda la familia lo identificamos por el apelativo de Rafita. Volviendo el recuerdo hacia atrás me parece un soplo el paso de un cuarto de siglo. Una curiosa coincidencia existe entre él y yo, en el momento de cumplir los veinticinco años, dado a que yo los cumplía cuando llevaba poco más de una semana en la Academia de la Guardia Civil en Úbeda y a él le queda poco mas de una semana, para iniciar un curso, como complemento a las oposiciones que felizmente dejó aprobadas en el mes de abril último. Cuando yo cumplía mi primer cuarto de Siglo, creo no llegué siquiera a pensar que aquel día era el de mi "cumple" dado a que el propio ajetreo del inicio de un curso en una Academia Militar no le deja a uno ni siquiera  tiempo para pensar en esas nimiedades, ni desviarte de todo el embrollo  que se te amontona en el pensamiento. Aunque es grande la diferencia entre lo que yo conseguiría cuando finalizara el curso, que lo fue como Guardia Civil, sin graduación alguna, y lo que al final de lo que mi nieto consiga cuando acabe el suyo, solo le deseo de todo corazón, que cuando menos, querido Rafita, tu paso por la vida, tanto en lo profesional como en lo particular e íntimo, lo sea con la felicidad y la complacencia de lo que ha sido todo mi devenir por la misma, incluso después de más treinta años ejerciendo mi profesión, y también otros más de treinta después de haberme jubilado,  si así Dios lo quiere y yo lo deseo,   nunca dejarás de dar gracias por lo que tu paso por este llamado valle de lágrimas, lo habrá sido tal ni siquiera tu mismo pudieras desear y soñar. Así recibe esta humilde dedicación de la entrada en mi blog en el día de hoy, que nunca podrá ser tal cual tu te mereces, pero ello no lo será por falta de deseo y cariño de tu abuelo, sino porque le falte talento para poder expresar lo que en estos momentos  desearía y dentro llevo.

Hasta la próxima entrada y difícil lo será tan sentida como la presente.

viernes, 28 de septiembre de 2012

Llovió en Málaga. ¡Vaya si llovió!


Uno de mis gustos, no se si algo raro, es ver llover, y si a eso se le agrega las primeras aguas del otoño, después de la sequía de varios meses de verano como sucede, no solo en Málaga, sino en toda Andalucía, y esas primeras aguas traen ese olor inconfundible de "tierra mojada", que para mí es un "perfume", es el no va más del regodeo. Pues sí, finalmente ha llovido en Málaga, que no lo hacía creo desde el mes de mayo último, y aunque aquí en la capital, sobre todo esta noche pasada, ha llovido bastante, lo sucedido en algunos puntos de la provincia ha sido un verdadero desastre. Pero lo de ampliar esta noticia no es de mi competencia, y lo que solo puedo hacer es lamentarlo, y principalmente sentir la pérdida de dos vidas humanas, creo, han ocasionado las fuertes lluvias.

Como consecuencia de la llegada de esas lluvias, ahora si podemos decir que tenemos aquí la estación astronómica del otoño. En no pocas ocasiones he oído comentar a mucha gente, que esta estación les produce cierto estado depresivo en el ánimo, y sin duda otra de mis rarezas, puede ser que a mi me gusta esta entrada del otoño, pero no en sí por llamarse otoño, sino que a mi lo que me encanta principalmente, es este cambio notable en el descenso de las temperaturas, dado a que el calor nada me conforta, sino que suele agobiarme bastante.  Y ya que sin proponérmelo, parece que esta entrada  voy a dedicármela a mí personalmente, sigamos en ello, no sin antes pedir perdón a cuantos sean osados de leerla, por lo que pueda parecer de un exceso de autoestima, que creo no es mi forma de ser, pero a lo mejor como suele decirse, "el mejor escribano echa un borrón", pero no soy yó quién haya de juzgarme. Sigamos con el otoño.

Otro de los encantos del otoño, para mí se refiere, es el tener la necesidad de echarte algo de tapa por la noche al meterte en la cama, que produce un regusto al recordar ese no dejar de moverte en la misma, cuando el calor ni siquiera te deja dormir. El simple hecho de caminar, principal actividad de las personas de la tercera edad (definición que más bien es una cursilada) se hace con un ánimo mas decidido y sin el agobio que el calor nos produce. ¡Que esto me refiero a los viejos, y que en no pocas ocasiones desistimos de hacerlo por lo mismo!

Otra de las cuestiones, y de lo que anticipadamente pido perdón porque pueda parecer que quiera aparentar otra cosa, ya que sinceramente me considero solamente un "arrejuntaletras", es que en estas condiciones meteorológicas como son las que se ocasionan por estas latitudes en el otoño, es la predisposición a ponerme a escribir lo primero que se me antoja, como hoy me ha sucedido, sin que me cueste trabajo alguno en lanzarme a ello, y hasta me da la sensación de que lo que hago, hasta como se dice en mi pueblo,  "parece de mejor familia".   

Lo único que del verano echo de menos, y hoy tambien toca por lo visto lo de pedir perdón a cada momento, y es que no quiero se me tome por "un viejo verde", es lo que en la vestimenta femenina se dejar ver en quienes las visten y lo que en la imaginación de los pasados en años nos obliga a imaginar por lo que no se ve, que es cuanto nos queda, y cómo no, ello nos lleva hasta aquella lejana juventud donde solemos decir para nuestros adentros: ¡Cómo han cambiado los tiempos!

Bueno ya está bien por hoy que no quiero seguir metiendo la pata. Hasta la próxima.

domingo, 23 de septiembre de 2012

El deshollinador


Quienes tengan la osadía de entrar en este blog después de seis días de sequía blogera, se preguntaran al leer el titulo puesto a la misma: "¿Pero que es eso de "deshollinador?"

Pues, es una profesión que los jóvenes y también los no tan jóvenes, no tendrán ni la más remota idea de que existiera, o hubiere existido nunca, y por lo visto, aún cuando menos en Málaga, existe alguna que otra empresa que se dedica, entre otros, a ese menester de deshollinador. Esto lo digo, porque precisamnente lo he consultado en ese medio del que en mi juventud nunca podiámos siquiera imaginar llegara a existir, como es Wikipedia.

Desde que tengo uso de razón y allá en mi pueblo, hasta que por razones de buscarme la vida fuera de allí me marché del mismo, era frecuente observar salir unas grandes llamaradas de la chimenea de alguna de las casas del pueblo, y que producían una humareda de un color negrísimo. Y claro, como en Villaharta nos conocíamos todos y sabíamos cada cual donde vivivía, con solo el mirar hacia el punto de donde se veían las llamas y el humo, surgía de momento el acertado veredicto: "la chimenea de la casa de fulanito o menganita, que está ardiendo". Y os preguntaréis a su vez, eso como consecuencia de qué. Pues todo ello no obedecía a otra causa que el humo de la lumbre o candela que durante muchas horas del día estaba encendida en aquellas fechas en todos los hogares de la localidad, el humo que ese fuego producía, iba dejando sobre las paredes de la propia chimena una materia grasa y de un color negrísimo, a lo que se conocía, y se sigue conociendo, con el nombre de hollín, que cuando llegaba a cierta cantidad, cualquier chispa que saltaba del fuego prendía sobre el mismo, y se ocasionaban esas grandes llamaradas y también desprendia aquellas humaredas de color tan negro. Y vuelvo a suponer nuevamente, que podréis preguntaros otra vez: "¿y eso no podía evitarse limpiando de hollín las chimeneas?". Pues sí, pero parece venirme al recuerdo algunos comentarios que, generalmente las mujeres, que eran las "amas, y también las reinas, de la casa" solían hacerse, y era eso de que "es peor el remedio que la enfermedad", y perdonarme la frecuencia de los entrecomillados. Pues, en alguna que otra ocasión, pude presenciar la limpieza de una chimenea y el polvo negrísimo que ello producía, llenaba toda la casa, al punto de que había que proceder a quitar los efectos de toda la parte en que hubieran llegado aquellas polvaredas del hollín, lo que resultaba de más trabajo, y a la vez costoso, que el dejar que el fuego procediera a eliminarlo, y que no recuerdo que en ninguna ocasión, el fuego de una chimenea se extendiera a otros compartimentos de la casa o de las colindantes. Y eso sí, aunque aquellas humaredas contaminaran un tanto  el ambiente, eran tan pocas las cuestiones contaminantes de aquella época, que en nada, ni los mas exigentes defensores del medio ambiente de hoy, hubieran tenido motivo para protestar.

Vaya, que después de tantos días, haya sido tan negra la materia tratada en esta nueva entrada...

Prometo que otro día será mas interesante y de color mas alegre. Hasta la próxima.

lunes, 17 de septiembre de 2012

¡Sesenta y cuatro años!




Corría el 17 de septiembre de 1948 y por tanto hoy se cumplen sesenta y cuatro años. Sí,  sesenta y cuatro años se cumplen hoy en que fuí licenciasdo de la mili. De aquella fecha tengo un recuerdo agridulce, o para ser exacto y llamando a las cosas por su nombre, sin duda era el primer fracaso rotundo en el caminar de mi vida. Podrá parecer extraño que cuando todo soldado de reemplazo, como aquel día todos cuantos iban conmigo, o para mejor decir, yo con ellos, en el tren y que nos devolvía a nuestras casas después de terminados dos años y medio de mili, cantaban, reían y bebían gozosos, al punto de que no pocos íban con lo que podríamos decir una mediana "melopea", a mí no me alcanzaba el ánimo, para poder alternar con ellos, sino que una cierta preocuopación me invadía, por lo que yo consideraba, y en realidad era, como cito anteriormente, un fracaso rotundo a todo cuanto habían sido mis planes cuando aquel 6 de abril de 1946, yo voluntariamente me íba a la mili.



Cito lo de voluntariamente porque a cuantos trabajábamos en las minas de carbón, como yo lo hacía en la fecha de mi incorporación al Ejército, se nos permitía seguir trabajando en la faena que veniámos realizando y para todos los efectos se nos consideraba como si hubiéramos hecho la mili. Pero yo, tomé la determinación de irme al ejército, por dos cuestiones principalmente. Una, y no por ello la principal, porque el único trabajo que hasta aquellas fechas había realizado era el único al que si no lo odiaba, si me suponía gran sacrificio de ánimo el realizarlo; y la segunda, el pensamiento y deseo que yo desde hacía algunos años tenía en mente, que no era otro que el de alcanzar algo en la forma en que "buscarme la vida", distinto a como era el trabajo en la mina, como temía podía suceder, y así sucedió, volver a lo que de propio había decidido dejar, y en su consecuencia la pura realidad era el fracaso rotundo de lo que mi proyecto había sido. No obstante ello, y como en anteriores entradas en este blog he señalado, de los dos años y medio que permanecí en el servicio militar, veintiséis meses los pasé en las Oficinas de la Capitanía General de Sevilla, en donde, y también señalado en varias ocasiones conseguí hacerme un buen mecanógrafo, que aunque hoy pueda parecer un tanto casi ridículo el señalarlo, comparado con los trabajos que hasta mi incoporación  a la mili había realizado, era todo un éxito su consecución, y que si no en aquellos momentos de mi licenciamiento no me sirvió para nada, en mi posterior vida en la Guardia Civil, fue la causa de mi dicha en todos los sentidos, tanto profesionales como personales.

Un compañero mío en las oficinas donde había prestado mi servicio, llamado Manuel Arroyo Clares, y desconociendo totalmente mis secretos sentimientos personales en aquellos instantes, considerando él que el ser licenciado sería para mí la inmensa alegría que para la inmensa mayoría  de los que en mi situación se hallaban, me preparó un especie de escapulario con dos rótulos en una cuidada letra gótica, en los que recuerdo se leía "Adiós Serva La Bari, y las muchachas de la Ciudad Jardín". Por afecto a mi gran amigo Arroyo, llevé colgado aquella especie de escapulario que con tan buena intención me había preparado, hasta mi llegada a Córdoba en que me lo quité y lo metí en la maleta, al bajarme del tren  y tomar un coche de línea para llevarme hasta el cruce a dos kilómetros de mi pueblo, pero como he dejado bien sentado, mis ánimos no estaban para muchas celebraciones, donde sabía que en escasas fechas, me estaba esperando el trabajo en la mina, como me sucedió y posiblemente dentro de unos días haga una entrada especial en el blog, aunque creo recordar ya lo he hecho en otra ocasión o por lo menos en  mis memorias si lo dejé bien claro, lo que el primer día de vuelta al trabajo en la mina supuso para mí, anticipando que ha sido con toda seguridad, uno de los días más ingratos de mi existencia. Gracias a Dios, aquello no duró mucho y poco después, mi destino cambió al punto de llevarme a lo que hasta hoy ha sido un dichoso caminar. Así que hasta la próxima entrada.           
   

jueves, 13 de septiembre de 2012

Oficios o profesiones que han desaparecido


En la mañana de hoy, bien temprano por cierto, estuve leyendo un correo recibido en la tarde de ayer, en el que se trataba del oficio de "afilador", desaparecido ya totalmente desde hace algunos años. En dicho correo se acompañaban fotografías de algunos de los que ejercieron dicha actividad, también del carrito que empleaban para su trabajo, así como varios dibujos relacionados con esa profesión. Dichas fotografías y dibujos, las que observaba con gran detenimiento, me daban la sensación de retrotraerme hasta allá aquellos años de mi infancia, donde era frecuente la aparición del afilador tocando una especie de flauta o "chiflo", como creo la llamaban en algunos sitios, yo concretamente no se ciertamente cúal era su verdadero nombre, anunciando que se afilaban cuchillos, tijeras y otros objetos cortantes.

Incluso a mí, que nací y fuí creciendo presenciando con toda normalidad aquellos hombres que empujando un carrito con su rueda, su pedal y la piedra esmeril, recorrían las calles de mi pueblo invitando a las señoras a sacar sus utensilios que precisaran de su trabajo, leyendo y contemplando el mencionado correo esta mañana, me daba la sensación de estar presenciando una actividad de aquellas que ya se perdíeron en tiempos remotos, y pensaba: ¿qué no les parecerá a los jóvenes de hoy que tengo la certeza de que la mayoría ni siquiera saben que existieron tales oficios? Restregándome un tanto los ojos, volviendo el recuerdo hacia atrás, no podía por menos de traerme a la realidad los muchos años que llevo transitando por este mundo de Dios, y a su vez también a la memoria otros oficios o actividades que lo eran asímismo frecuentes por aquellos tiempos, de los que hoy voy a señalar solamente uno, como era la de "cosario". Y a grandes rasgos voy tambien a explicarles a los jóvenes y no tan jóvenes de hoy, en que consistía dicha actividad, de la que también estoy seguro no tienen ni idea del cual era.


Pues sí, en los pueblos, generalmente pequeños, estaban esos cosarios, que desde los mismos solían trasladarse a la capital más próxima, o pueblos importantes de la comarca, donde se dedicaban a "mercar", como en el lenguaje popular de la época solía decirse, los encargos que los vecinos de su localidad les hacían y a cuyas adquisiciones les aumentaban el tanto por ciento estipulado, y con ello procedía a resarcirse de los gastos de su viaje y tambien a proporcionarle la ganancia necesaria, que como tal trabajo le era necesaria como en otra cualquier actividad. Recuerdo que en mi pueblo, estuvo unos años ejerciendo este oficio, un hombre llamado Jenaro, que en sus tiempos tambien fue cabrero, y por encima de todo, estaba dotado de ciertas facultades como poeta. Con anterioridad a la Guerra Civil, fue el que componía las canciones o coplas que  las comparsas cantaban en los carnavales, y según se comentaba, en no pocas ocasiones las propias autoridsades locales tenían que recurrir al diccionario para conocer el significado de no pocas palabras de las que figuraban en dichas coplas. Dicha atividad de cosario, igualmente a los mismos que citaba antes, les sonará a chino. Pues esa actividad, fue otra de las que con toda normalidad se ejercían durante mi niñez e incluso en bien entrada juventud. En otra entrada trataré de otras, bastantes actividades, que tambien se han ido perdiendo con el paso del tiempo y de las que también he sido testigo. Alguna ventaja tenemos que tener los viejos, o para que no se moleste alguién, personas mayores, o como con cierto eufemismo se dice actualmente, personas de la tercera edad. Hasta la próxima entrada.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Otra triste efemérides



Hoy, 8 de septiembre, y en esa soledad que durante todo el día me ha acompañado, no he tenido por menos que pasando mis recuerdos por todos aquellos avatares de mi vida, tropezarme con alguna efémerides de esas que suelen dejar huella en el recuerdo, y en este caso y por desgracia bastante triste. Tal día como hoy pero de 1996, por tanto se cumplen dieciséis años, celebramos aquí en mi casa la última reunión de las muchísimas que cinco matrimonios amigos veniámos haciéndolo desde hacía bastantes años, Mi mujer ya venía arrastrado sus graves dolencias de las que  mucho trabajo le costaba sobreponerse. Aquel día, solo se me viene al pensamiento que pudo ser un milagro, el que tras haber asistido a misa y luego comiendo en una freiduría del barrio, como digo nos vinimos aquí a mi casa, donde la pasamos en lo que de costumbre teníamos, como era beber algo, jugar a las cartas en sus distintas modalidades de juegos, y también   al bingo, en cuyos juegos apostábamos pequeñas cantidades de dinero, todavía pesetas en aquella fecha, y de cuyas ganacias, los que lo conseguían, tenían que depositar el 50% de lo ganado para después gastarlo en comidas y otros,  en nuestras salidas de los fines de semana. Si durante algunos días anteriores a esta festividad malagueña, mi mujer se los paso metida en la cama soportando sus padecimientos  como ella solía  hacerlo, en aquella reunión yo estaba totalmente sorprendido y contento de ver la aparente mejoría que durante toda la tarde y hasta ya bien metida la noche duró la reunión. Pero todo aquello fue un espejismo, una ilusión, un deseo, quizá una esperanza tanto tiempo soñada. No había pasado media hora desde que nuestros amigos se despidieron, todo con la mayor normalidad y alegría, cuando volviéndole los vómitos que durante algunos años fueron su pesadilla y su dolor, el resto de la noche fue el comienzo de los meses del mayor sufrimiento que en toda mi vida he tenido que soportar, y así hasta casi cinco meses después, en que ella dejó de padecer, pero en mí dejó el dolor y el desconsuelo del que aún con el paso del tiempo no consigo olvidar ni tampoco y aunque parezca una contrariedad, en estos momentos doy tambien gracias a Dios por lo feliz que hizo todo el paso de mi matrimonio y todo cuanto del mismo se derivó, como fueron esos hijos y posteriormente también unos nietos que a la distancia inclusive salta a la vista de quienes son hijos. Hoy por tanto se han cumplido dieciseis años del último día gozoso de aquel matrimonio que ni soñándolo siquiera, hubiera sido tal lo fue hasta el último momento. Ella se fue, pero su olvido no llegará mientras mi cerebro se mantenga tal hoy está. Seguramente hacía tiempo no tenía una entrada en el blog de tan triste recuerdo como en esta de hoy. Hasta la próxima a ver si mi ánimo está un poco mas subido.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Alguna que otra batallita y muchos recuerdos


Acabo de regresar de una comida con un antiguo y viejo compañero y por añadidura buen amigo. Hacía tiempo que no nos reuníamos por causas generalmente mías, y no por falta de deseos, sino esas goteras que de vez en vez suelen presentársenos a los viejos o personas mayores. Pero hoy al fin hemos estado donde casi siempre lo hacemos, o sea en la Residencia Militar Reyes Católicos de esta bendita Málaga.

Como es propio en estas ocasiones y que  los jóvenes cuando nos reunimos los "veteranos" de cualquier profesión u oficio, todas cuantas cosas sacamos a colación y que realmente han ido formando parte de nuetras vidas, con cierto aire, sino de mofa, si de cierto sarcasmo, suelen llamarlas "batallitas del abuelo". Pues sí, hoy mi buen amigo y viejo compañero Paco Ramos y yo, hemos dado rienda suelta a traer al recuerdo muchas de aquellas circunstancias que fueron jalonando nuestro paso por esta Guardia Civil, a la que tanto él, como yo, amamos profundamente. Han pasado casi sesenta años de nuestros primeros contactos en el mismo destino, precisamente en el Servicio de Información de esta Comandancia. Fueron muchos los eventos en los que tomamos parte, y que desde luego confesando esa cierta nostalgia que se siente al traer al recuerdo hechos acaecidos sobre todo cuanto se es joven, es dificil sustraerse al comentario de los mismos, aunque muchos de ellos se repiten hasta la saciedad, y sobre todo para quienes no formaran parte entonces del mismo entorno, no dudo puedan considerarse como cité anteriormente de las mencionadas "batallitas del abuelo". Pero sin con ello a nadie se ofende, ¿porqué hemos de privarnos cuando, como hoy nos reunimos, de regodearnos con aquel pasado, y que el mero hecho de recodarlo parece quitarnos un montón de años de encima? Pero hoy tambien, hemos tenido momentos de cierta tristeza, al recordar que de los aproximadamente 20 componentes que formábamos aquel citado grupo, solamente quedamos dos supervivientes, que hemos sido los que hoy hemos comido juntos.

Una cosa en común teníamos y la seguimos teniendo, y es que los dos teníamos bigote y hoy perdura, pero el de aquellos años estaba bien arregladito y era de color negro, y actualmente, como decía el celebre tango de Carlos Gardel, las nieves del tiempo, los han blanqueado al punto que en nada podría decirse que sean los mismos.

Tambien hemos echado una partida al dominó, juego al que igualmente ambos teníamos y la seguimos teniendo gran afición, se la hemos  ganado a los que se han atrevido a ser nuestros contrincantes, y aunque sea pecando un poquito de pedante, confieso sin rubor, de que en esto yo jugaba y sigo jugando mejor que él. Aunque le costaría trabajo reconocerlo, mi amigo Paco sabe que esto que termino de señalar es verdad. Y me quedo tan pancho.

Cuando nos hemos despedido, él se ha quedado allí echando otras partidas con sus habituales compañeros de juego, he sentido ese "nosequé" al pensar de que cualquiera de estas comidas pueda ser la última. No es que me encuentre pesimista ni mucho menos, sino que se me vino al pensamiento lo que tiene una carga importante natural, ya que solo diez meses es la diferencia de edad que nos separa, y todos los mios conoceís la que yo tengo y con esto que acabo de señalar calcular la que tiene mi querido y viejo amigo y compañero, es cosa fácil. Ahora en la soledad de mi domicilio he vuelto a pasar por muchos de aquellos gratos recuerdos. Hasta la próxima entrada.

viernes, 31 de agosto de 2012

Cerrando la puerta de agosto



Hoy cerramos la puerta del mes de agosto de 2012. A los que nos sobran años, da vértigo el contemplar cómo pasan los meses, pero no ya los meses, sino también los años. Pero no se porqué el mes de agosto tiene algo especial que se distingue de la mayoría de los del resto del calendario, excepto para mí, que el mes por excelencia es el de diciembre. Pero vamos a no desviarnos de lo que me ha traído hoy hasta este blog, que como en el título figura se trata del mes de agosto. Además de considerarse el mes más caluroso de todo el año, y esto con respecto a mí, que el calor me agobia mucho más que el frío, mis vivencias durante toda mi vida han transcurrido, en Córdoba, veintidós años; en Sevilla, dos y medio; y en Málaga, más de sesenta y dos; así que por lo que respecta a mis dos primeras residencias, las pasé como suele decirse canutas y por añadidura los más de veinte años en Córdoba, o para mejor decir en Villaharta, trabajando en el campo, que durante el verano todo el cobijo del astro rey, consitía en lo que daba de sí un sombrero de paja, como se decía, aunque la mayoría estaban hechos de palma. Pero por lo que a Málaga respecta, tampoco pueden dejarse atrás esos días de "terral", que abrasa hasta las ideas.

Otra vez se me ha ido el santo al cielo y cuando yo me embalo, no hay quien me pare. Si yo lo que quería tratar es de que el mes de agosto esta considerado el de las vacaciones pero con mucha diferencia con todos los demás. A partir de mañana y como quiero recordar en una de mis entradas antiguas en este blog, sobre este particular, me parece que lo titulé "Cada mochuelo a su olivo", o algo parecido, y esto suele decirse en mi pueblo cuando cada cual debe marcharse a sus ocupaciones o deberes. Y así es. Y claro yo me refiero a mi entorno familiar mas próximo, Ya cada uno está en sus ocupaciones habituales, o solo les queda el próximo sábado y domingo por su coincidencia con los días uno y dos de septiembre. A ellos, les resultará un tanto "cuesta arriba" el volver a coger el ritmo tal como lo requieran sus ocupaciones, pero todo es cuestión de días. Y a mí, ¿qué me espera? Pues a lo que llevo ya más de treinta años, la rutina del paso del día tras día, pasando mis recuerdos mucho más sobre el pasado que por el presente, pero no por ello, dejo de mirar al futuro y nunca falta en ese horizonte algún hecho o evento por el que se tenga también la ilusión de que pronto llegue, y al propio tiempo que regodeándome trayendo al pensamiento el haber tenido cerca de mí, físicamente, a todos los míos, contando los días que faltan para que vuelva a suceder tal cual, y ese volver, con los que aquí se quedan, también  que el sentirme cerca de todos no lo relaciono con las distancias que, y valga la redundancia, físicamente pueda separarme de ellos, llenan mis días de una dicha que, Dios lo siga permitiendo, me llevan por esa senda por la que estoy transitando desde hace muchos años, sin la menor contrariedad que traba alguna pueda poner. Aparte de cuanto mi personal tránsito por la vida lo ha sido hasta el día de hoy, de lo máximo que soñar hubiere podido, mas agradecido lo estoy de cuanto lo ha sido por lo que a esos seres míos mas entrañables y próximos lo estan gozando, que vuelvo a dar gracias a Dios, y aquí y sobre todo, lo sigan gozando sin merma alguna. El entregarme a estos recientes sucedidos de las vacaciones, siento cierta esperanza de que la misma vuelva no pasados siquiera muchos meses. Quizá, mirando hacia este pasado tan proximo, se me encoja algo el ánimo, de comprobar de como suele decirse, que pronto pasa lo bueno.

Pido perdón por la reiteración de la presente entrada con la anterior, en los temas de mis familiares, pero cuando los sentimientos se apoderan del pensar, nada hay que pueda sustraerte a vertirlo sobre el papel. Hasta la próxima entrada.

jueves, 23 de agosto de 2012

Adiós a las vacaciones



Entre ayer y hoy se ha consumado la terminación de unas vacaciones. Desde hace ya bastantes años, no menos de veinte, cada vez que llega junio, siento ese gusanillo de satisfacción en que lo considero el mes en que comienzan las vacaciones, no las mías, que esas comenzaron hace ya más de treinta años, sino las de mis hijos y mis nietos. Pese a que incluso la inmensa mayoría de los días del año, sostengo con ellos, me refiero a los dos que estan fuera de Málaga, conversaciones,  para mejor decir  lo que ha dado en llamarse videoconferencias, o en mi caso,  comunicaciones por las que nuestras imágenes se nos muestran a través de esos adelantos de los que en mi infancia y juventud ni las mentes más preclaras e imaginativas hubieren siquiera podido soñar, cuando la presencia física de ellos y como por costumbre tengo, les digo adios desde la ventana de mi dormitorio, cuando dan por finalizada su estancia aquí al haber estado disfrutando de sus vacaciones, no  puedo por menos, y como en estos momentos, estoy, sentir ese cosquilleo de tristeza que la ausencia de los seres queridos produce y que penetra hasta lo mas profundo de nuestra alma.

Una vez pierdes la visión de su imagen o la del vehículo que los transporta, despidiéndose alzando y moviendo sus manos, inmediatamente el pensamiento se dirige hacía las próximas visitas que han de hacerte y en el día de hoy, deseando que llegue el momento en que los anuncios comerciales comienzan a mostrar esos alegres ofrecimientos acompañados de los villancicos que son como la brisa anunciadora de la cercana llegada de la Navidad, festividad por cierto la más familiar de cuantas existen cuando menos en el calendario español. Siempre y tanto en los momentos de las llegadas o despedidas de los míos, no puedo por menos que pensar en esas personass que carecen de todo  ser querido de  los que tanto se espera, con los que tanta satisfacción te produce su presencia, de los que tambien te deja esa melancolía cuando se ausentan, pero aun lejanos, sabes que estan siempre contigo, que tú tambien estas con ellos, por quien todo lo darías, por los que todo lo darían por tí, y en en una sola palabra, la riqueza mayor de la que el ser humano puede gozar. Pienso que esas personas que a nádie tienen, por las que pensar, recibir alegrías, incluso algunos disgustos, que algunos desvelos te causen y uno se los cause a ellos, me los imagino como si para el vivir cotidiano, el paso de los días, de los rigores del verano, de los extremados fríos del invierno, no tuvieran nada mas que una clase de vestimenta, por la que  soportar tanto unos extremos como los otros, que para ellos ningún tiempo les suponga esperanza ni alegría alguna, que no les llegue esa diaria comunicación que tanto llena el cotidiano vivir de los viejos, o personas mayores para no contrariar a quienes no les gusta eso de "viejos", aunque lo de "personas mayores", lo considero un eufemismo que en nada quita los años vividos, en fín,  que cuando se llega a estas alturas de la existencia, no alcanzo a saber que les motiva a continuar por este mundo, salvo la propia supervivencia, que no por ello quiera yo quitar lo que para todo ser supone eso.

Bueno,  a esperar la próxima época de vacaciones y pedir a Dios que tambien el próximo año me llegue hasta esa entrada del mes de junio, en que ya solo cuento por días la fecha en que tengamos la dicha de hallarnos tan próximos físicamente los unos con los otros. Menos mal, que tambien me quedan aquí todo el año, buena parte de esos seres a quienes tanto debo y a que mi vida siga transitando por el sendero de la dicha y felicidad de la que a Dios vuelvo a pedirle me la mantenga tal cual al día de hoy.
 
Hasta la próxima entrada.