martes, 24 de octubre de 2017

Hace años, (hoy) era la festividad de San Rafael


Hoy 24 de octubre no he podido, ni querido, olvidar que hace bastantes años, se celebraba las festividad de San Rafael Arcángel. Actualmente, que yo sepa, solo sigue haciéndose en mi pueblo, Villaharta, y en la capital cordobesa, al igual que se viene y venía haciendo, siglos ha. En ambas, el mencionado Arcángel es el patrón de la localidad.

Desde mi lejanísima infancia, y muy particular en toda mi juventud, mientras residí allí, era sin duda la festividad mas celebrada a lo largo de todo el año, por encima incluso de las Navidades.

Volviendo el recuerdo hacía aquellos tiempos, siento cierta nostalgia, sin duda por aquella juventud rebosante  de vida, energías e ilusiones, pero especialmente lo que mas mella hace en mi ánimo, trayéndolo al pensamiento, de aquella inmensa mayoría de seres  queridos de los que estaba rodeado y con el paso de tantos años se fueron yendo de este mundo, de los que solo mi hermana, a la que también felicito hoy por llamarse Rafaela, me queda.

En aquella lejana juventud, creo que primero por eso, por ser joven, pero sin duda teníamos la experiencia de haber pasado unos años antes por la Guerra Civil Española, que tantas malaventuras dejó a su paso, parecía decirnos interiormente, que gozáramos de ella por lo que suceder pudiera, y que quizá por ello así lo hacíamos.

Mirando hacía atrás, cabalgando con la carga a la espalda de la nonageriedad, parece imposible, pero así era, hacer la vida en un pueblo que no llegaba a los mil habitantes, sin más diversión para los jóvenes que la celebración del baile, nos hiciera sentirnos tan felices. incluso que ni siquiera la situación económica que se atravesaba en aquellos años restara lo más mínimo en nuestra diversión.

A mi eficiente editor le envío una copia de una postal con la imagen de San Rafael, que fue la primera felicitación que recibía en mi vida de una postal y lo fue la enviada por mis padres estando yo en la mili, para la festividad del 24 de octubre de 1946. La guardo como oro en paño.

Escaso es lo escrito en la presente entrada, pero por mi mente han pasado infinidad de hechos en casi todos mezclados con personas de mi entorno, que dejaron, y aún persisten, indeleble huella en mis sentimientos.

Hasta la próxima, que lo será cuando la ocasión lo decida y yo me halle dispuesto para ello.

jueves, 12 de octubre de 2017

Recordando Patronas


Hoy 12 de octubre, y que desde que era un adolescente solía celebrar la fiesta, primero como solía llamársele, aparte de otras, la "Fiesta de la Raza" pero luego, y a lo largo desde que ingresé en la Guardía Civil, incluso después de retirado, lo fue y asi lo sigue siendo, el "Día de la Patrona", como en el Cuerpo suele llamársele. Serían con la de hoy, 68 Patronas pasadas desde aquella primera y lejanísima.

Aunque tan numerosas lo han sido, quiero hacer referencia a las que considero que por algún motivo se hacen acreedoras a ello.

La primera que celebramos estando ya en activo, fue en Torrelasal, que como la mayoría de los pocos que lean esta entrada, saben estábamos aislados de cualquiera edificación y por tanto ninguna vecindad próxima, concretamente la del año 1950. Recuerdo compramos un chivo, vino y alguna que otra bebida, dado a que la celebración lo fue por todos los residentes del cuartel, que además de la fuerza, también  las mujeres y niños. Entre todos creo pudimos estar unas 25 personas mas o menos. Número bastante reducido, pero celebrado con la ilusión y el cariño que como digo, aquello éramos una gran familia. Ésta tiene la importancia de ser la primera.

La siguiente o sea la de 1951, la pasé en La Rábita, pueblo de la costa granadina, donde vivía la novia que tenía, y como en la revista del mes de octubre pasé destinado de Torrelasal al puesto de Aduana aqui en Málaga, como salí de allí el día 9 y tenía diez días para incorporarme, el día once y aunque no tenía permiso para ello, me trasladé a dicha localidad a pasar el día con ella, y al siguiente regresé. Esa fue una de las dos que pasé fuera de esta Capital.

La de 1953, la segunda pasada aquí, en el baile que se celebró aquel año en el entonces cuartel denominado de Segalerva, por estar sito en dicha barriada, estuve bailando con la que ya era mi única novia, y en una foto que espero coloque en su lugar mi eficiente editor aparezco, con gafas oscuras por recordar tenía un ojo malo. La otra pareja de baile que también figura en la misma, esta formada por su novia Maruja, y mi compañero José Becerra Guerra, con el que años después, en abril de 1956, formé "pareja" dando servicio al yate del Príncipe Rainiero de Mónaco con su reciente esposa, y que estuvo de visita en Málaga en viaje de novios. Mi amigo Becerra y yo, fuimos elegidos para dicho servicio, y perdón si pueda parecer soy un tanto vanidoso, por considerar el Teniente de servicio éramos los de mejor presencia. Pocos años después se licenció por irse a trabajar en un banco. Falleció hace seguro más de cuarenta años.


Salto catorce años.

La de 1970 la pase fuera de esta capital y que hube de hacerlo en la localidad de Vélez-Málaga de esta provincia donde estaba destinado como Comandante de Puesto. Fue una también de las más entrañables. El Capitán Miguel Sánchez Pérez, tan buen capitán como persona, y como tal fue la celebración de aquella Patrona que casi todo corrió a su cargo. Me refiero a la organización. 

De aquí doy un salto de solo dos años, dado a que las pasadas no tuviera ningún motivo especial para señalarlas, salvo que en ellas y alguna anterior, mi hijo mayor se llevó el premio de ser el de haber obtenido las mejores notas de sus estudios del bachillerato,  y paso a la celebrada en 1972 en que me fue concedida por el Director General del Cuerpo e impuesta en dicha celebración  por el Gobernador Militar de la Plaza, la Cruz del Mérito Militar, por la resolución de importantes servicios, cuando con la graduación de Sargento, estaba destinado en el Servicio de Información de la Comandancia de Málaga.



Doy un pequeño salto y paso a la de 1976, en la que confieso fue en la que tanto mi mujer como yo, nos sentimos los mas orgullosos que asistían al acto, que íbamos acompañados por mi dos hijos y su hermana. Mis dos hijos lucían sus uniformes de Cadetes de la Academia General Militar de Zaragoza donde cursaban el segundo y primer curso de su carrera. Mi hijo mayor lucía en su uniforme los galones de Sargento, cuyos galones quiero recordar se concedían a los seis Cadetes con mejor notas de toda la Academia.

Las cuatro siguientes pasadas en activo, no recuerdo de haber tenido motivo o causa alguna que merezca mención especial.

Las treinta y cuatro pasadas ya retirado, mientras mi mujer estuvo en este mundo creo pasaron muy pocas en las que no asistiéramos por lo menos a la misa y parte de sus actos. Desde su fallecimiento, en algunas fui bien solo o acompañado de algún antiguo compañero, sin nada que señalar de extraordinaria.

Y la del pasado año de 2016, que asistí acompañado por mi entrañable amiga Carmen, ha sido sin duda las más emotiva de todas las sucedidas desde mi retiro, a la que que fuimos invitados a la cena  celebrada la noche anterior, y en los actos después de la misa el día de la Patrona, me fue entregada por la Cofradía del Santísimo Cristo de la Expiración y María Santísima de los Dolores, "la Expiración" como suele llamársele, una placa en consideración de ser el Suboficial de mayor edad de los residentes en esta Capital.



En total, sesenta y seis Patronas son las que año tras año se han ido sucediendo desde aquel lejanísimo año de 1950, ingresé en el Cuerpo. Con la de hoy, hace una más.

La de hoy, dentro de unos momentos voy a prepararme para asistir como mínimo a la celebración de la misa, que comenzará a las 12 horas. Lo que haga después, la circunstancias lo dirán.  

Hasta la próxima entrada, que seguro no lo será tan próxima de la de hoy con la anterior, que han pasado solo tres días.
 

lunes, 9 de octubre de 2017

Dos aniversarios


Atardecer en Santorini (Grecia)

Hoy se cumplen dos aniversarios, pero tan distintos en sus consecuencias, como también distantes en el tiempo.

El más cercano de ellos, se cumple el vigésimo cuarto aniversario, o sea el 9 de octubre de 1993, la tercera y última vez que ejercía de padrino de boda, pero sin lugar a dudas, el de mayor satisfacción y más importante, pues fue en la de mi hija. Decía anteriormente de sus consecuencias, por que no puedo por menos que el dar gracias a Dios, por que al igual de las de sus hermanos, no han podido ser de lo más felices resultados desde sus inicios y hasta hoy, como ojalá así continúen.

No obstante he de señalar que en aquel entonces, tenía sobre mi y toda la familia, una preocupación por la posible enfermedad de mi mujer, que desgraciadamente, no muchos días después, se confirmó había motivos para ello y escasos años después tuvo un fatal desenlace.

El otro aniversario de los que cito, se sitúa nada menos que en el 9 de octubre de 1936 durante la Guerra Civil Española. Tal día, y según desde el bando que pudiera citarse, el ejército fascista o nacional, entraba en Villaharta.

Aparte de una circunstancia, sin duda el más grave y doloroso de los acaecidos en el pueblo, que yo sepa, llevó a mi familia, como otras muchas de la localidad, al inicio del exilio  que duró exactamente dos años y medio y deambulando en distintas fechas por varios puntos, todos ellos por diversos cortijos de los términos municipales de las localidades del Valle de los Pedroches, como Pozoblanco, Villanueva de Córdoba, Torrecampo y Pedroche.

Las penalidades y miserias pasadas durante aquel exilio, que no fueron pocas, ni punto de comparación tuvieron con las que vinieron a lo largo, de no menos de cinco o seis años, que además de las sufridas por algunos miembros de la familia, mi padre por ejemplo, quedaron marcados por los bien llamados los "años del hambre". Aquellos hechos tan adversos, solo pienso dejaron un solo detalle beneficioso, y fue el tener la certeza que todo lo venidero, como así sucedió, no tenía por menos que ser mejor que lo pasado, aparte de lo que con el paso del tiempo no tiene más remedio que suceder, por ejemplo la marcha de esta vida de  familiares y amigos.

Hoy, volviendo la vista y el recuerdo hacía atrás, nada menos que OCHENTA Y UN AÑOS, me asombra la capacidad de aguante que tenemos las personas, y en el que las circunstancias, dan si duda, los acomodos necesarios a ellas para soportarlas.

Así, "a bote pronto" como suele decirse, quien me hubiere dicho a mí que transcurridos los citados 81 años, andaría yo todavía por estos andurriales y además poder narrarlo por lo cual facultades me quedan para este menester, y algún que otro que se vaya terciando.

Hasta la próxima, que como viene sucediendo en los últimos meses, no tengo ni idea de cuando pueda ser.