domingo, 30 de junio de 2013

Pasando los años

 

Una coincidencia especial me trae hoy a realizar esta entrada en el abandonado blog, que por causas ajenas a mi voluntad lleva con ésta solo dos entradas en un mes.

En estos momentos, nueve de la mañana, inicia mi nieto Rafa el viaje para incorporarse a su primer destino como funcionario, cuando cuenta con 25 años de edad.  El día 26 de julio, pero de 1950, hace por tanto ahora SESENTA Y TRES AÑOS, y cuando yo contaba otros 25 de edad, me incorporaba a la Comandancia de la Guardia Civil de Málaga como primer destino después de haber terminado el curso correspondiente. 

¡Cuántas esperanzas y expectativas pasaban por mi mente cuando desde mi pueblo partía hacia esta  bendita ciudad, donde un amplio horizonte se me abría hasta, como yo deseaba y así fue, terminara de ser Guardia Civil! Aunque cometidos de índole distinta son los que a mi nieto lo llevan hoy hasta Santa Cruz de Tenerife de los que a mí me trajeron hasta Málaga, tengo la certeza que por su mente estarán pasando en estos momentos, iguales o parecidos pensamientos, que hace sesenta y tres años pasaban por los de su abuelo, y antes de dejar pasar más rato, pido a Dios con todo el deseo que se puede hacer por un nieto, que toda la trayectoria, que seguro no bajará de los cuarenta años que le quedan por continuar en su cometido, le sea tan venturoso y feliz, como a mí en todos los órdenes, profesionales, personales y familiares, llevo gozados.

¡Cuán diferente es la vida hoy, en todos los órdenes, a la que lo era hace sesenta y tres años! Con el solo ejemplo que voy a poner de lo que a mi nieto le supondrá el viaje en el día de hoy, y lo que para mí fue en 1950, bastará para daros cuenta del cambio experimentado, y así en todo orden. Pues la distancia desde su lugar de residencia hasta su destino, seguro supera en cinco o seis veces, la que me separaba a mí del mío, y aunque claro su medio de transporte lo será distinto al que yo utilicé, resulta de que él, no le llevará mas de tres horas en verificarlo, cuando yo tardé algunos minutos más de las seis horas, eso contando solo desde Córdoba Capital, recorrido éste que en estas fechas se hace en menos de una hora.   

Hoy recorriendo con el pensamiento todo mi devenir desde aquel lejano año de 1950, en que permanecí en activo por algo mas de treinta y un años; los treinta y cuatro que en activo lleva en el mismo Cuerpo que yo lo hice, mi hijo, su padre, de mi nieto Rafa se entiende, y también llamado Rafael, aunque con empleos y categoría distinta, y el inicio hoy 30 de junio de 2013 para toma de posesión de su primer destino, es de lo que "digamos" por no contrariar a nadie, las personas mayores, solemos decirnos... ¡CÓMO PASA EL TIEMPO!

Ah, tengo que señalar que mi indicado nieto ha venido siendo el editor del presente Blog, y aunque prometido me tiene el continuar siéndolo, procurará reiniciar este cometido, tan pronto sus obligaciones profesionales se lo permitan.

Reitero mis deseos de que el paso por la vida, y entre ello su cometido, le sea tan feliz como he citado antes, para mí y todos los míos lo fueron.

Hasta la próxima.

martes, 25 de junio de 2013

Volver


Muchos días hacen ya desde mi ultima entrada en este blog y que por cierto no lo la sido por falta de voluntad, sino que me ha sido impuesta por razones de salud. Hoy conseguida alguna recuperación, solo pretendo que esta nueva tenga solo por objeto el saludar a todos, mis escasos lectores y anunciaros que en posesión que me halle de la suficiente para poder continuar como hasta el día dos del mes actual lo estuve haciendo y escasos días después me sobrevino un imprevisto, del que gracias a Dios comienzo a ver la luz de la salud recuperada, que cuando se pierde es cuando se aprecia su valía y que, y por desgracia suele suceder como con las personas a las que se quieren y se aman, que no alcanzamos a valorarlas hasta que ya no hay oportunidad de mostrárselo. Sin la primordial del estado de salud, ninguna otra dicha puede instalarse y yo hoy me siento profundamente feliz, porque a ojos vista me doy cuenta la voy consiguiendo. 

Como lo he prometido tan pronto mis facultades me lo permitan, volveré a estar con vosotros. Un fuerte abrazo y espero volver a reanudar mis entradas, como son mis deseos a la mayor brevedad.

domingo, 2 de junio de 2013

Corpus Christi

Corpus Christi, Texas, Estados Unidos

Hoy celebra la Iglesia el día del Corpus Christi, o día del Señor como siempre, o cuando menos en mi pueblo se decía, lo que pasa es que antes se celebraba en jueves, y hoy se hace en domingo. 

De entre los muchos días del Señor que yo llevo pasados, sin duda creo que de los que mas me dejaran recuerdo son dos, el uno del año de 1942 y el otro de 1950, y cada uno por causa o motivo distinto. No es que fuere por un caso demasiado importante,  pero sí que dejaron huella en mí. Comenzaré siguiendo el orden cronológico. 

En 1942, no recuerdo exactamente en que día se celebró, lo que si se exactamente, es que un grupo de unos diez o doce hombres nos encontrábamos segando una gran haza de trigo en una finca cerca de la Calera. Esta faena la llevábamos a destajo, o sea contratada por un número de jornales y así cuanto antes la termináramos, mas ganábamos. En tan señalado día y los cuatro solteros que formábamos parte de la cuadrilla, acordamos ir al pueblo -Villaharta se entiende- a pasar tal festividad. Para ello y a fin de no perder el jornal, por el manijero se nos señaló una faena y así tan pronto la termináramos tendríamos vía libre para marcharnos. Cuando apuntaban las primera claras del día ya habíamos dado comienzo a ello, y claro contando también con la benevolencia con que se no señaló, no serían mas de las once de la mañana, cuando tomábamos el camino del pueblo y que pese a la distancia del tajo que no sería menor a los diez o doce kilómetros, poco mas de las doce serían cuando se alcanzaba la meta. 

La festividad para nosotros consistía en tomarnos unas copas con los amigos, el paseo. y lo principal, la celebración del baile. Así, y por cuanto a mí se refiere, aseado en un baño de cinc que lleno de agua mi madre tenía colocado en el patio, o corral de la casa como nosotros le decíamos, y hala a disfrutar del día. Así y para no hacer demasiado pesado este relato y como suele decirse, ir directo al grano, el baile terminaba cuando seguramente no iría menos de cuando faltaba no más de una hora para el amanecido. Cambio de ropa de paseo por la de faena y acelerando para llegar a tiempo de comenzar la nueva jornada, poníamos rumbo al tajo. Algo má
s de de la mitad del camino llevábamos recorrido y gracias que lo era por una especie de llano, debido al cansancio y la falta de descanso, me quedé dormido andando y fui a caer sobre unos matojos produciéndome varios arañazos en cara y cuello. Una hora después ya estábamos segando y con no poco sacrificio deseando llegara la hora del almuerzo para que las aproximadamente hora y media que dedicábamos a la siesta, reponerte en parte lo necesario de recuperar energías para terminar la jornada. 

Así se trabajaba y esos eran los sacrificios que había que afrontar si se quería pasar unas horas de asueto. De lo contrario había que perder el jornal, y aunque pueda parecer insignificante, no así lo era.     

Ahora vamos con la segunda parte de lo que también conservo en el recuerdo, aunque por motivos distintos al caso anterior.

Vamos a ello. El día del Corpus Christi del año 1950, se celebró el jueves 8 de junio. Entonces yo me encontraba en la Academia de la Guardia Civil de Úbeda. una de las que había en España en dichas fechas, como Guardia Alumno, desde hacía dos meses. Dada la solemnidad que a tal fecha se le concedía, los componentes de la promoción desfilamos en la procesión que a tal fin se celebró en tan señalado día y localidad mencionada. 

Lo que me hace señalar como dato singular de aquel día, lo era, el que por vez primera, como al resto de mis compañeros les aconteció, vestía el uniforme de paseo de la Guardia Civil, y el uso del "tricornio" como primera vez en un acto oficial. De aquel acto y como recuerdo, me hice una fotografía en la plaza del Ayuntamiento de Úbeda. junto a mis compañeros Juan Dueñas Romero, en el centro, y Francisco Duzmán Cortés, el de la izquierda en formación. Yo, por tanto, soy el de la parte derecha, Treinta y un años estuve vistiendo el uniforme de la Guardia Civil, pero ya llevo treinta y dos que dejé de vestirlo, por haber causado baja al cumplir la edad reglamentaria.


De ambos episodios, y pese al tiempo transcurrido, guardo su recuerdo. Hasta la próxima entrada.