viernes, 30 de marzo de 2012

Montón de cosas

Extraño título el de hoy, pero a medida que vaya desarrollando toda la trama que viene, comprenderéis que tampoco esta del todo mal el que le he dado. En fin vamos a ello.

En la tarde del pasado sábado día 23, aún ya encendido el ordenador y entrado en el blog, donde tenía proyectado narrar la alegría que me había producido al saber que mi hija había aprobado la última asignatura que le quedaba para terminar una Licenciatura que desde hacía cuatro o cinco años estaba preparando, además de su trabajo, el cuidado de su casa y de sus hijos, y que bastante tiempo, del poco que le quedaba disponible, había de dedicarlo a ese estudio, con lo que ello le suponía, además de poder disponer de ese tiempo a su elección, la tranquilidad que al espíritu lleva.

Ni siquiera pude iniciar la narrativa de lo indicado. Unas molestias epigástricas que de forma bastante rápida se fueron incrementando me obligaron a abandonar el intento de escribir y así terminó lo que suele llamarse una noche toledana, o sea, sin pegar ojo.



Poco después de las seis de la madrugada llame a mi hija, me llevaron a Urgencias, me tuvieron unas horas allí, me volvieron a casa de mi hija, pero en vista de que el dolor en vez de ir menguando, iba cada vez peor, nuevamente a Urgencias; allí otras cuantas horas mas, me pasaron a Sala tras haber pasado otra noche aun peor que la anterior, que si aquélla fue toledana, ésta fue como mínimo de Castilla La Mancha. Todo ello se debía a que como el píloro se había estenosiado, no dejaba pasar los alimentos ingeridos y el estómago se iba distendiendo tanto que era la causa de los grandes dolores que me producía.



Pero como reza el dicho, Dios aprieta pero no ahoga y llegó la mañana del lunes día 27. y aquí puso ÉL, a mis disposición a mi hada madrina, la Doctora Doña María Victoria Sánchez Simonet, que acreditando unos conocimientos profesionales dignos de cuanto se requiere para tal menester, adobados con un trato personal recibido por su parte de una forma cariñosísima y simpática. Coma buena estratega y desechando todos aquellos contornos que iba considerando no eran ni los culpables ni intervenían en la dolencia, con la determinación de quien se sabe estar en lo cierto de cuanto debe hacer, me introdujo una sonda a través de la nariz hasta el estómago, y cuando aquello comenzó a extraer todo el cúmulo de líquidos y solidos que fueron intercepados en su caminar y donde estaban produciendo mas dolor del que yo deseaba y simulando ser lo mas parecido a una perforación petrolífera,el dolor se iba transformando en bien estar, al punto de que aún, antes de la total evacuación yo quedaba tan a gusto que solo y como una muestra de grandísimo agradecimiento no me hubiere importado abrazar y besar calurosamente a mi bienhechora.


Doctora Sánchez Simonet, y aunque personalmente se las he dado, ahora se lo repito: Doctora Sánchez Simonet MUCHÍSIMAS GRACIAS. A partir de ahí, feliz todo el resto del día, noche larguísima de reparador sueño y con ello conseguido esa paz y sosiego personal, y ASÍ HASTA HOY.


Y para mayor abundamiento de FELICIDAD, la noticia de que a mi nieto y editor, le era despejado el paso hacía la última oportunidad de demostrar ante su tribunal examinador, de todo lo que le queda por explicar de cuanto tiene dentro de su meollo por cuanto a las oposiciones que desde el pasado mes de noviembre, tanto a él, como al resto de los tres mil opositores, que iniciaron la oposición, hasta los más de trescientos después, y los cincuenta y dos que aún quedan para cubrir las 28 plazas convocadas, deber pasarse lo que a estas alturas del año estamos a punto de entrar en el tiempo, religiosamente, en la Católica, Apostólica y Romana, se avecina, o sea un verdadero CALVARIO.


Pero al momento actual, mi hija contenta, mi nieto expectante a su último lance que lo será el próximo 16 de abril, y yo, que voy a decir, que siga Dios manteniéndome siquiera como lo estoy en estos instantes, con esas ganas e ilusiones de vivir, y mejor lo que Dios quiera.

Hasta la próxima.

martes, 20 de marzo de 2012

Llegó otra primavera



Hoy ha verificado su entrada la estación astronómica de la Primavera. Con ésta, se cumplen ochenta y siete veces en que yo realizo la salida por cada una de las cuatro estaciones del año, que hacen un total de 348 salidas por todas ellas. Largo recorrido llevo hecho. Lejísimos quedan ya los recuerdos desde cuando yo comencé a tener conciencia de que iba a bordo de este convoy al que hemos dado en llamar vida. A través del paso del tiempo han sido infinidad de veces en las que me he despojado de parte del equipaje que me acompañaba y lo he repuesto con otro diferente, a veces mas oneroso que el que llevaba, pero en otras, muchas, mucho mas llevadero y confortable que el que me dejaba atrás. En cada una de las estaciones a las que arribábamos, iban apeándose algunos de los pasajeros que viajaban, en compartimentos, al principio, en mayor número en los distintos al en que yo lo hacía. Pero a medida que el viaje se iba prolongando, como era de prever, también comenzaban a realizarlo del propio y pese a lo doloroso que resultaba tener que dejar atrás aquellos a los que por su proximidad a mí, destrozaban el alma y proseguir el camino sin ellos, era ley de vida, decían, y a lo mejor en la próxima de las estaciones, algunos que habían sacado billete para ir en nuestra compañía, se unían a ese entorno del que yo era acompañado, o para mejor decir, yo comencé acompañando y con ello el número de la expedición, incluso comenzaba aumentando el número de ellos.

¡Cuan diferencia que a lo largo del trayecto fueron, y lo siguen siendo, el cambio que la visión del paisaje se nos iba mostrando de vez en vez! Primero, el dolor de los que atrás se iban quedando, era compensado con los que llegaban a bordo, en no pocas veces, recibidos con gran alborozo. que te hacía olvidar en parte lo doloroso que resultaba por los que se dejaban. Segundo, ese cambio que en su aspecto mayoritario y felicísimo se nos mostraba a medida que se conseguía dejar atrás singladura tras singladura, aquellos entornos por los que durante parte del recorrido dejaron profundas huellas de dolor en todos nosotros, levantaban el ánimo de tal manera, que solo quedaba un pequeño resquemor de que algunos de los que descabalgaron una o varias estaciones antes, no fueren partícipes de aquellos gratificantes hechos que nos fueron llegando.

Pero quizá alguien pudiera preguntarse si, con tan larga travesía, como la que llevo hecha, no hace mella en mí el cansancio que el mismo debe producir. No, si las adversidades sufridas producen alguna contrariedad, muchas veces incluso dolorosas, gracias a Dios llevo en mi compañía un número, más que elevado, de suprema categoría, de seres, de los que con solo sentirme protegido por ellos me hacen desear seguir caminando juntos, hasta que la Suprema decisión de quien está llamado hacerlo, disponga que también ha llegado la hora de mi descabalgadura. El tren en que viajo, no obstante, no cesará en su caminar, ni aminorará la marcha, sino que continuará transportando aquellos, que cuando menos los que lo estén cuando yo me baje, tengo la seguridad me llevaran en su recuerdo, de lo que, qué más pudiera desear. Yo también los llevo a todos los que hubieron de apearse antes que yo, en ese recuerdo, y me colma de dicha el que me siento cuidado y mimado por estos que también les partirá el alma cuando yo tenga que dejarlos.

No puedo por menos que dar infinitas gracias a Dios por haberme enviado a cruzar esta ruta que tanta dicha y felicidad me aportó a lo largo de la inmensa mayoría del trayecto, lo que espero y deseo lo siga siendo hasta el final en que mi billete de embarque desde hace tantos años, lo considere caducado.

Hasta la próxima entrada.

sábado, 17 de marzo de 2012

Día de quintos



Nada menos que sesenta y seis años se cumplen hoy. Pues sí, el día 17 de marzo de 1946, se celebraba en la Caja de Recluta de Córdoba el sorteo de mi Reemplazo, o quinta como entonces solíamos llamarlo y por tanto yo estaba incluido en aquel bombo. De los dieciocho o diecinueve que creo componíamos el total de quintos, seis fuimos destinados a Sevilla. Uno fue destinado a Intendencia; otro a Ingenieros; otro a Infantería: otro a Automovilismo y dos fuimos destinados al Regimiento de Artillería ligera número 14 de guarnición en la referida capital andaluza. Uno de estos dos últimos era yo. Bueno pues de esos seis que nos destinaron a Sevilla, cinco se marcharon ya de este mundo, y solo yo ando aún por estos andurriales.

Desde hacía muchos años antes de la fecha y año indicados y después también muchísimos, a lo largo del año los "quintos" de la suya respectiva, solían celebrar por todo lo alto, aunque por "todo lo alto", se entienda darse una buena comilona regada con otra buena cantidad de litros de vino. Esas fechas eran: el día de la talla y afiliación de los "mozos"; el día del sorteo, que en este caso es la causa de la entrada hoy en el blog, y la otra, que solía ser unos veinte días después, uno o dos días antes de la incorporación en principio a la Caja de Recluta y desde allí el destino a Cuerpo o Arma respectiva.

Principalmenete en los pueblos, los días de " Quintos" solían considerarse como de una festividad muy especial y para los propios mozos del Reemplazo, como oficialmente se les denominaba, marcaban un hito en la propia vida de los mismos, dado a que en la inmensa mayoría de los casos, era la primera salida del pueblo que verificaban muchos de ellos y durante el resto de sus días, solían tener como punto de referencia para determinar lo que fue su devenir por esta vida, el que acaeciera o se llevara a efecto, antes, durante o después de "irse a la mili".

La quinta del 46, o sea la mía, creo marcamos un hito en las referidas celebraciones, ya que la última de ellas, o sea la de antes de incorporarnos, la celebramos, durante varios días seguidos, y particularmente tres de los componentes, uno llamado Arsenio Jiménez Galán, otro mi entrañable y querido amigo, Alfonso Pérez Plazuelo y el otro, yo, que entonces no era "el abuelo de Villaharta", sino que figuraba con mi propio nombre y apellidos, que me excuso decirlo, lo estuvimos celebrando durante seis días seguidos, y cito algunos de los actos que a diario celebrábamos. Resulta que en casa del primero de los citados estaba la central de teléfonos del pueblo y a partir de las once o doce de la noche y hasta altas horas de la madrugada, empleando los instrumentos musicales que que cada uno tuvimos durante los seis días, que eran Arsenio, violín; mi amigo Alfonso, las maracas y yo una guitarra, nos dedicábamos a dar serenatas a las diferentes telefonistas de las centralitas de los pueblos limítrofes, lo que a la vez de que a ellas se las distraía y con ello se les hacían mas llevaderas las jornadas nocturnas en su servicio, para nosotros nos ayudaba a no tener que ir a dormir a nuestras casas, sino que las serenatas se enganchaban con el café y desayuno de la madrugada siguiente y la especie de pasacalles que llevábamos por las del pueblo durante el día.

Aparte de dichas celebraciones, también solían cometerse algunas gamberradillas, pero nada de peligrosas ni nada. La nuestra, fue la de coger de los balcones respectivos las macetas que tenían colocadas en los mismos, y cambiarlas por otras que lo hacíamos en casas generalmente bastante alejadas de donde trasladábamos las otras.Todo terminaba con la consabida frase" cosas de quintos" y ahí quedaba todo. A estas horas de aquel tan lejano día 17 de marzo de 1946, yo habría dicho "¡Viva Sevilla!" más de cien veces, pues por algo a mí y a cinco más nos habían destinado allí. Mira uno para atrás y por un lado parece que fue anteayer, pero por otro y se fija uno en el cambio que ha experimetado todo en esta vida, parece remontarse allá por la edad de piedra. Pero, y creo que solo tres más de todos mis quintos, ya solo caminamos por esta vida, los demás nos aguardan por allá donde esperemos tarden tiempo en recibirnos.

Hasta la próxima entrada.

jueves, 15 de marzo de 2012

Hasta habrá quien no lo crea


Nada o casi nada puede decir simplemente el título que encabeza esta entrada, pero procuraré ir desmenuzando poco a poco cuanto quiero expresar y así será comprendido por todos, aunque realmente son escasísimos, los que tengan la osadía de entrar en este humilde blog, aunque quienes no lo hagan, tampoco tendrán conocimiento de la causa o motivo que me lleva a hacerlo.

La fotografía encabeza esta entrada fue tomada hace en estos instantes CINCUENTA Y NUEVE AÑOS, dado a que se hizo en la tarde del día 15 de marzo de 1953. Sobre el centro de la misma, vestido de paisano y entre varios amigos y compañeros, algunos vestidos de uniforme, estoy yo. Seguro os estaréis preguntando, pero bueno todo este rollo a que viene sobre una fotografía que resulta difícil, incluso para quienes estaban en ella, el distinguir quienes eran unos u otros. Pues, para ir poniendo las cosas en claro, vamos a ir poniendo sobre el "tapete" como suele decirse, las cosas como son.

Esa fotografía, en la fecha y sobre la hora en que he comenzado a escribir hoy, fue tomada en el Estadio de la Rosaleda momentos antes de comenzar el partido de fútbol entre los equipos del C.D. Málaga y Real Madrid. Tras 90 minutos de juego, como es natural finalizó el partido, que no recuerdo si se añadió algún minuto de prórroga por el tiempo perdido, y aquí viene la bomba, el resultado fue el siguiente:

Málaga 6 - Real Madrid 0

Pues sí, estupefactos lectores, no creáis que el resultado que he puesto es fruto de una mente calenturienta, sino que esa fue real y verdaderamente la hazaña de nuestro querido Málaga en fecha que estoy seguro pasaran, no los cincuenta y nueve años que han pasado, sino también algo más que siglos, en que pudiera darse semejante resultado entre los mismos equipos que contendieron. Yo soy uno de aquellos privilegiados que tuve la dicha de gozar con semejante paliza dada por nuestro humilde Málaga ante el poderoso Real Madrid. Dentro de esta semana volverán a enfrentarse ambos clubes, y cuántos nos daríamos con un canto en los dientes por que se diera, no el mismo resultado, ni la mitad, ni un tercio, siquiera de aquel tan lejano del 15 de marzo de 1953, sino la sexta parte del mismo, con lo que se quedaría en un UNO a CERO, a favor del Málaga,y por lo tanto los tres puntos en la Rosaleda y continuar el Málaga en posición, aunque provisionalmente, en Liga de campeones. No obstante todo lo expuesto como noticia deportiva, el volver hasta aquel remoto día me alegraría se diera aquel resultado en el próximo e inminente partido entre ambos clubes, pero me gustaría MUCHÍSIMO MÁS, volviera yo al mismo resultado que en años tenía en aquellos momentos, que, aunque la inmensa mayoría de quienes vayan a leer esta entrada de hoy me conocéis, pero si alguno por casualidad que lo hiciera no me conozca, podéis todos suponer, lo que sería quitarme de encima CINCUENTA Y NUEVE AÑOS, pero añadiría a esto "y lo pasado, pasado". Un profundo suspiro se me ha escapado al terminar de escribir este párrafo, pero ya hablando en serio, me encuentro muy feliz con los años que llevo encima y todo cuánto desde entonces hasta el día de hoy, ha "pasado" sobre mí, así que lo de volver atrás lo retiro, ya que sería una caminata muy larga y tendría que descargarme de todo el acontecer que desde entonces he vivido.

Hasta la próxima entrada que casi seguro tratará también de efemérides acaecidas posiblemente algunos años más a la del celebre seis a cero del Málaga al Real Madrid, y también aseguro que aquellas si que no volverán.

sábado, 10 de marzo de 2012

El pro y el contra

 
Ayer a esta hora me encontraba en el quirófano del Hospital Parque de San Antonio de esta Ciudad. Los motivos y resultados los voy a pasar por alto. No obstante añadiré que, de unas fechas a esta parte, parece, que en cuanto a mi personalmente, el destino se empeña en traerme alguna que otra contrariedad, algunas de ellas, demasiado dolorosas como ha sido el fallecimiento de mi hermano José. Pero así es la vida y ante las adversidades hay que oponerle la razón y la ilusión por seguir viviendo. Y si como yo he dicho infinidad de veces, haciendo el balance de cuanto ha sido mi discurrir por este mundo, el "pro" sale infinitamente vencedor sobre el "contra".

Volviendo el recuerdo a los años de mi infancia y juventud, la inmensa mayoría de las personas, incluso mucho antes de llegar a la edad que yo tengo hoy, vivían a expensas de los hijos, yendo cada mes a la casa de uno de ellos, que incluso en la de éstos, trabajo les costaba el poder salir adelante con sus proles, a lo que, en no pocas ocasiones, la propia miseria había que compartirla con el abuelo o la abuela. Yo, mirándome, e incluso, y aunque como suele decirse, "toda comparación es odiosa", si lo hago con mis propios padres, cuánto habría deseado, sobre todo mi padre, hubiere tenido siquiera la décima parte de la clase de vida que yo estoy disfrutando. El paso de los días, me proporciona infinidad de motivos para seguir deseando el continuar caminando por este valle de lágrimas e incluso con ilusiones que antaño, por infinidad de circunstancias, carecían de ello. Así, sobrellevemos con resignación las adversidades que se nos presenten, y démosle la bienvenida a cuantos casos, hechos y motivos que alegrándonos el día, no pocas veces nos llegan al alma, y por ello, nunca podamos dejar de dar gracias a Dios por cuanto nos concede, y principalmente sigamos rodeados, atendidos, queridos y mimados por todo nuestro entorno, del que tan orgullosos nos sentimos.

Que cuanto me quede de transitar por la vida, no me falte lo que al día de hoy poseo y a todos los mios, no los eche Dios en olvido.

A todos quienes tengan el cariño, curiosidad o por casualidad entren en este blog, hoy por primera vez, les doy las gracias y les deseo que la vida les sea cuando menos tan favorable como lo ha sido y lo sigue siendo conmigo.

Hasta la próxima entrada.

lunes, 5 de marzo de 2012

Con que trabajito...




Una inoportuna y mal intencionada gripe me tiene un tanto mermadas mis facultades físicas y aún más las ganas de hacer algo como es lo de escribir en el blog. Mucho trabajito me está costando volver al tajo después de nueve días inactivo. Quizá en estas circunstancias es cuando se echa a ver más el peso de los años. Yo de siempre fui bastante propenso a coger esta clase de enfermedad o lo que sea, pero si hace sesenta o setenta años lo despachaba con un par de días faltando al trabajo, pero pasadas esas no más de las cuarenta y ocho, o como máximo setenta y dos horas, volvía por todos mis fueros y a esperar al año siguiente, que raro era el año que me escapaba de que me visitara otra vez. Pero es cierto, que los años no pasan en balde y, como ahora me sucede, llevo ya cuatro días luchando contra ella y tan lenta veo la recuperación total, que no sé hasta donde me llevará en este estado. Si en aquella ya lejana juventud solo pensabas en quitarte de en medio lo que solo considerabas una mera contrariedad y tus pensamientos solo se iban a lo que irían a ser los días inmediatos, ahora miras a la cuesta de la vida por la que vas ascendiendo con cierto esfuerzo, y además de que no ves donde se halla la cima de la misma, cada trecho que tienes que ascender, te cuesta tal sacrificio ir lo consiguiendo, que en algunos momentos te llega una sensación de desánimo, que solo te falta el pedir auxilio a que alguien te tome del brazo y te ayude a seguir caminando. Pero, no se puede renunciar a seguir luchando por la supervivencia y el disfrute que nos da la vida, ni tampoco faltan esos momentos de arrogancia, sin saber de donde la sacamos, en que también se dice uno para sí; pues de ésta también voy a salir y lo voy a conseguir a fuer de sacar incluso fuerzas de donde casi no las hay.

Cuando, como en este caso yo me veo algo maltrecho por esta mal venida gripe, a estas alturas del camino, y quizás por desviar la vista de esa pendiente por la que tanto trabajo va costado escalar, miro, primero a mi alrededor, y me trae el consuelo de verme rodeado por todos esos seres de los que tanto recibo y como en infinidad de ocasiones lo he repetido, son el aliciente y la alegría del seguir viviendo, y continúo mirando hacia atrás y se pierden en la lejanía los recuerdos del tan feliz paso por la vida que desde tanto ha vengo gozando. A todo y a todos, rindo mi agradecimiento por cuanto hicieron, y siguen haciéndolo, de mi vida un camino, en el que deseo les sirva a ellos por donde continuar su discurrir, que sin duda les proporcionara la misma dicha que para mí ha supuesto.

Al final y después de llevar un rato escribiendo, solo ha servido para llenar de letras este espacio y solo decir que tengo gripe. Pero menos es nada y perdonarme tan insustacial entrada hoy en este mi blog. Otra vez procuraré sea algo más interesante.

Hasta la proxima y a ver si ya estoy libre de tan desagradabale compañía.