martes, 27 de abril de 2010

Veintinueve años de jubilado

Tal día como hoy de hace veintinueve años pase a la situación de "Retirado" como Subteniente de la Guardia Civil. Aquel día, se me ofreció un acto como homenaje de despedida y que fue promovido por los componentes del Servicio de Información de la Comandancia, a los que hacía varios años había dejado de mandar. Algunos, ya han desaparecido, tanto a éstos como a los que aún perviven, vuelvo a mostrarles mi profundo agradecimiento.

Aquel 27 de abril de 1981, cuando regresé aquí, a mi casa, y procedía a despojarme de mi uniforme no pude reprimir que abundantes lágrimas fueran derramadas por mis ojos. A esta misma situación, fui acompañado por mi mujer, que dándonos un fuerte y apasionado abrazo con la añadidura de muchos e iguales besos uníamos nuestro sentimiento de aquel adiós definitivo a mi permanencia en la Guardia Civil. Como creo he referido en varias ocasiones, mi permanencia en este Cuerpo, fue mucho más que una aportación dineraria, aunque menguada, dicho sea de paso, para el sustento de mi familia. Fue una conjunción de fidelidad por mi parte y un cúmulo de circunstancias que a lo largo de toda mi estancia en el Cuerpo por espacio de TREINTA Y UN AÑOS cumplidos, colmaron con creces todo cuanto yo puse a disposición de mis cometidos. Me traje la consideración de la inmensa mayoría de los superiores de los cuales estuve a sus órdenes directas, el afecto de mis iguales, y para mí lo mas gratificante, el respeto y por encima también de ésto, el sentimiento de compañerismo de cuántos estuvieron a mis órdenes.

Hace poco más de media hora, he vuelto a enfundarme en aquel uniforme que hacía 29 años que no lo hacía. Alguna dificultad para hacer que la botonadura encajara en sus ojales respectivos, pero al fin me lo he colocado. Me he puesto ante el espejo y durante unos minutos me he estado contemplando detenidamente. Mis recuerdos se retrotraían hasta veintinueve años atrás y como aquel día he vuelto a llorar. El principal desaliento ha sido el que no he tenido la acompañante que en aquella lejana fecha me acompañó con sus lágrimas y por otra parte, el deterioro físico que en tan larga temporada he podido comprobar ha sufrido mi persona.

Todo el relato anterior, por mejor decir, su consecuencia, es que hoy hace ochenta y cinco años que vine al mundo. Desde mi niñez, y a lo largo de toda mi juventud, cada vez que alguien se refería, o mi pensamiento por alguna causa pensaba en el año 2000, jamás me hice la ilusión de poder contemplar la finalización del Siglo en que vine al mundo. Hoy hace ya diez años que rebasé los setenta y cinco abriles que nunca pensé llegar a cumplir, pero aquí estoy y así hasta que Dios quiera siga transitando por este mundo y que toda mi descendencia continúe con los mismos niveles de situación general en que hoy se encuentran, y como no, a mí por lo menos me mantenga como mínimo tal ahora lo estoy.

Hasta otra entrada.

lunes, 12 de abril de 2010

Tres doce de abril

12 de abril de 1931. Tal día como hoy del citado año, se celebraron unas elecciones municipales en España. Dos días después, y tras múltiples manifestaciones se proclamaba la II República española. Es a partir de esta fecha cuando yo comienzo a recordar la mayoría de los acontecimientos acaecidos en España. De este día, tengo el recuerdo de que un primo y un amigo mío nos acercamos a la puerta de la escuela nuestra donde se había instalado el Colegio Electoral y uno de los Guardias Civiles que componían la pareja de servicio, nos echó de allí. Ya días después, recuerdo todo el revuelo que se formó con el exilio de los Reyes de España hacia Italia. Algunas mujeres, entre ellas mi madre, se que echaron algunas lágrimas por ello. Como he citado anteriormente, a partir de entonces lo recuerdo casi todo, cuando menos lo más importante.


12 de abril de 1939. En dicho día regresamos a mi pueblo, Villaharta después de dos años y medio de exilio por distintas localidades del Valle de los Pedroches. Cuando llegamos al pueblo, recuerdo que todo, las casas, las calles, incluso los pozos me parecían mucho mas pequeños de como yo los recordaba cuando nos fuimos. Una gran preocupación teníamos en la familia, pues a pesar de que hacía doce o catorce días que había terminado la guerra, no teníamos noticia alguna de mi padre de como o donde pudiera hallarse, ya que dicho final le sorprendió en el frente de guerra de Extremadura. Desde donde nos encontrábamos en un cortijo del término municipal de Pedroche, hasta Villaharta había una distancia no menos de cincuenta kilómetros, cuyo camino lo recorrimos en día y medio aproximadamente, andando y conduciendo unas cabras que teníamos. Hicimos noche en plena sierra de la Chimorra, donde había estado el frente de guerra durante los dos años y medio anteriores, y donde en las inmediaciones de la carretera, se encontraba gran cantidad de armas y municiones que fueron abandonadas por el ejército rojo. Munición y granadas de mano, siguieron viéndose con gran facilidad, incluso muchos meses después de finalizada la con tienda bélica. El otro doce de abril.

12 de abril de 1946. Sobre las tres de la mañana de este día, llegábamos al Regimiento de Artillería numero 14, cuyo cuartel se hallaba en las afueras de Sevilla en el punto conocido por Pineda. Sobre las nueve de la mañana y después de entregarnos toda la ropa y calzado, nos llevaron a unos salones y donde después de pedir voluntarios que tuvieran algún conocimiento de peluquería, aunque fuera mínimo, a todos los que se prestaron a ello y algunos barberos-peluqueros, procedieron a pelarnos al cero. Teniendo en cuenta que todo ello era para algunos más de 900 reclutas que habíamos llegado la madrugada anterior, aquello parecía mas que una peluquería, una acampada donde se trasquilaban las ovejas. ¿Cómo sería la clase de pelado que nos hicieron, que por la tarde, sobre la hora en que me encuentro escribiendo ésto, nos dieron permiso para salir por Sevilla y buscar alguna peluquería donde nos arreglaran un poco el desaguisado que nos habían hecho? Un paisano mío, y quinto también por supuesto, José Carrillo Gómez, (q.e.p.d.) salimos juntos y en el barrio de Eritaña nos arreglaron, en lo que fue posible el trasquilo que nos habían hecho.

http://sevillalaartillera.blogspot.com

Como se puede observar, son tres de los muchos hitos que a lo largo de mi existencia han ido marcando mi trayectoria por la vida. Todos ellos quedan ya muy lejanos. Los que me queden no podrán espaciarse tanto.

Como solemos decir los viejos. ¡Cómo pasa el tiempo! Hasta otra.

martes, 6 de abril de 2010

"Pa" la mili



Qué lejos queda aquel 6 de abril de 1946. Muy de mañana de aquel día, con mi maleta de madera y en compañía de otros quince o dieciséis más, todos quintos del 46, tomábamos el camino desde mi pueblo hasta la estación del Vacar, distante alrededor de unos 10 kilómetros, a patita y las maletas a lomos de algunas caballerías puestas por los familiares de algunos "quintos", y donde habríamos de tomar el tren que nos llevaría hasta Córdoba para verificar nuestra presentación en la Caja de Recluta de dicha ciudad y desde donde nos pasaportarían para los Regimientos respectivos donde fuéramos destinados.

Sin duda alguna, mi voluntaria decisión de irme a prestar el servicio militar en el Ejército, ha sido una de las que que personalmente más me hayan beneficiado. He dicho voluntaria decisión, dado a que como yo en aquellas fechas estaba trabajando en una mina de carbón, los que así lo hacíamos de continuar en dicho trabajo estábamos exentos de prestar el servicio militar en el Ejército, y que estaba considerado en igualdad para todos los efectos. He indicado que personalmente es lo que mas me ha beneficiado, porque tengo la completa seguridad, que de no haber sido asi, en estos momentos no estaría contando y recordando esta efemérides. La "silicosis", hace algunos años me hubiera pasaportado para otro destino, pero eterno. Ello porque hubiera terminado como otros compañeros de trabajo, en alguna mina de Asturias y la popular enfermedad del minero, de la que mi organismo era un tanto proclive a padecerla , en no mucho tiempo de trabajo en la mina.

Cuántas esperanzas y no menos dudas sobre mi porvenir, pasaban por mi cerebro aquella mañana, y no solo aquella mañana, sino desde mucho tiempo antes. Las dudas con el paso de los años han sido desveladas; las esperanzas, colmadas con creces incluso a cuanto eran mis ensoñaciones.

Aquel día comenzaba mi separación por vez primera del entorno de mi familia, principalmente de mi madre. La despedida de élla solo fueron de lágrimas entre sollozos, tanto por su parte como por la mía. La de mi padre, lo fue igualmente con la aparición de otras muchas lágrimas anegando nuestros ojos, pero del que recibí un escueto pero tajante consejo. "Pórtate como siempre loshas hecho". Con ello quedaba demostrado el concepto que de mí tenía. Vaya con esta exposición, mi recuerdo para ambos, de los que siempre recibí todo lo que en su momento pudieron darme, y de lo que yo me encuentro satisfecho es también de como en toda ocasión correspondía a sus entregas.

Por hoy, ya vale.

jueves, 1 de abril de 2010

Primero de abril de 2010


Todos los míos saben que en el mes de Febrero, y aún más, en el de Abril, es cuando se han sucedido los casos más relevantes en cuanto a mi entorno personal y familiar más próximo. Al final de esta mi nueva entrada trataré de enumerar los casos más destacables. Por el momento voy a comenzar por el que mas me llega en el recuerdo al fondo del alma.

Hoy 1º de Abril se cumplen 54 años de mi matrimonio. Cuántas expectativas, ilusiones y esperanzas vagaban por mi mente aquel venturoso día. Sin duda era uno de los más esperados y soñados de todas mi existencia. Quizá por la inmensidad de la ilusión y esperanza puesta en el acontecimiento, hoy, me parece recordar que aquel día, mis sentimientos se hallaban un tanto aturdidos y mis actos se movían a impulsos, no de mi voluntad, si no por la propia inercia de la vida. Mi particular existencia, si tuviera que dividirla en compartimentos de los hechos acaecidos durante la misma, el primero de abril de mil novecientos cincuenta y seis, establecería el antes y el después de toda ella. Luego dentro de ese antes y después estarían los acontecimientos mas importantes o destacables que componían ambas partes.

Sin duda y por encima de todo, aún de lo soñado en aquella fecha, ha sido la consecuencia de todo lo que supuso aquella unión, LA DESCENDENCIA. Su valoración no es posible. La familia y todo el sentimiento que la rodea, no es comparable a nada de cuánto existe en la vida. El feliz discurrir de todo ello es inenarrable. La dicha que supuso mi matrimonio mientras lo fue como tal, sólo se aproxima en su valoración, una vez se ha perdido. El discurrir de cada día, te aparta de esa sensación, y como suele decirse, "los árboles no te dejan ver el bosque". Por tanto vaya mi recuerdo y gratitud hasta aquel 1º de abril de 1956, por todo cuanto me dio. A mi mujer, hoy Jueves Santo y como buena Toledo que era, sin duda estará contemplando las procesiones de su Málaga desde alguna de las balconadas de la GLORIA.

Como prometí al principio, allá van los hechos mas destacables que a mí o a mi entorno le sucedieron durante un mes de abril. Cronológicamente, éstos fueron. Día 27 de abril de 1925, mi nacimiento. Día 12 de abril de 1939, el regreso a mi pueblo después de dos años y medio de exilio en distintos pueblos del valle de los Pedroches, durante la guerra civil española. Día 6 de abril de 1946, mi marcha a la "mili". Día 1º abril de 1950, a partir de cuya fecha comencé a pertenecer a la Guardia Civil. Día 1º de abril de 1956, como ya he citado la fecha de mi matrimonio. Día 3 de abril de 1958, nacimiento de mi segundo hijo. Día 10 de abril de 1971, fallecimiento de la madre de mi mujer, mi suegra por tanto. Día 3 de abril de 1982, casamiento de mi hijo José Carlos. Día 5 de abril de 1986, la boda mi hijo Rafa. Día 20 de abril de 1994, fallecimiento de mi madre y 10 de abril de 1997, nacimiento de mi último nieto, Pepillo. Tal vez, a lo mejor, Dios me tenga reservado otro día del mes de Abril para otro acontecimiento destacable en mi propia persona. A lo mejor alguien ha podido pensar en cuál podría ser semejante acontecimiento.