martes, 19 de julio de 2011

Volviendo la vista atrás


En estos momentos en que termino de ver en directo la etapa de la Vuelta Ciclista a Francia, y acto seguido acabo de leer un correo que desde Boston no hace ni cinco minutos me ha mandado mi hija, y en el que me anuncia su regreso en el día de mañana de sus vacaciones, y utilizando esa velocidad de la que solo el pensamiento está dotado, mis recuerdos han vuelto hacía atrás exactamente 75 años y así de sopetón me he visto inmerso en los inicios de la Guerra Civil Española.

Nunca he llegado a comprender el porqué de ese dicho de que "toda comparación es odiosa". De no existir la comparación, no podríamos distinguir lo bueno de lo malo, lo lejos de lo cerca, lo alto de lo bajo, la tristeza de la alegría y así un larguísimo etcétera. Y digo esto, por que como cito anteriormente me he transportado con el pensamiento hasta aquellos inicios de la Guerra Civil, y para adquirir noticias sobre los acontecimientos que se estaban desarrollando al respecto, por ejemplo tal día como hoy, pero de aquel 1936, recuerdo que un grupo tanto de niños, como de algunos no tan niños, estuvimos casi todo el día en las inmediaciones del domicilio del médico del pueblo, que poseía uno de los no mas de cinco aparatos de radio que había en la localidad, y conectado adrede con un volumen suficiente para que desde el exterior de su casa, pudieran ser oídas las noticias que sobre los primeros momentos del alzamiento se estaban produciendo, o cuando menos era lo que por radio se comunicaba, que también dependía de a favor de quién estuviera el control de la emisora.

Viene a colación todo este preámbulo, al hacer yo la "comparación", creo no tan "odiosa", de la diferencia existente entre aquellos medios de comunicación de hace tres cuartos de siglo, a los actuales. De haber sido aquéllos iguales a los de hoy, pasadas algo más de veinticuatro horas del inicio de la guerra, ya hubiéramos presenciado, con profusión de imágenes, las actividades de las diferentes facciones o unidades que tomaban parte en los acontecimientos, y como no, con toda seguridad no pocos de los cadáveres como resultado de aquellos enfrentamientos, o como resultado de quienes se tomaban la justicia por su mano, y sacando por la fuerza de sus propios domicilios, a personas de que solo por el mero hecho de no pensar igual que ellos, procedían a su asesinato, en algunas ocasiones en sus propias casas.

Pero no, especialmente me han llevado estas reflexiones a traer al recuerdo tan drásticos casos de muertes y asesinatos, sino la diferencia existente, gracias a Dios para bien, de aquella sociedad a la actual. Si fuere posible traer en imágenes todas las personas que pendientes de aquellas noticias nos agolpábamos allí, la propia indumentaria que todos los asistentes vestíamos, serían lo suficiente para determinar el estado de carencias que en todos los órdenes se padecía por la inmensa mayoría de ellos. Sin lugar a equivocarme, cuando menos un setenta u ochenta por ciento de todos los allí presente, habrían de llevar alguna prenda de su vestuario, con uno, dos o mas remiendos, y posiblemente el resto de ellas bastante raídas por el uso, aunque en defensa diré, que serían muy pocas las que fueran en un estado visible de suciedad. El calzado que llevasen todos ellos, con seguridad ninguno llevaría "tenis"; zapatos tampoco, éstos estaban reservados para las grandes festividades; alpargatas, la mayoría, y descalzos posiblemente más de uno.

El sueldo ordinario de un jornalero, creo no rebasaba las cuatro pesetas diarias, pero precisamente el día que trabajaba, y entonces no había nadie que "cobrara el paro". Para hacerse una idea de como nos desenvolvíamos entonces, diré que nosotros éramos cuatro hermanos varones, yo el mayor con once años, y el menor con cuatro, bueno pues mi padre tenía hecha una iguala con una de las dos "barberías", no se decía peluquerías, que había en el pueblo, por la que pagaba una peseta al mes, y ello nos daba derecho a recibir un "pelado" cada uno durante ese mes, o sea que salía "el pelado" a un real. Por esta regla de tres, el "barbero" para ganar un duro, cinco pesetas, tenía que "pelar" a 20 personas.

Como cité al principio, en todo el pueblo creo que no había mas de cinco aparatos de radio. Yo tengo cuatro transistores, dos aparatos de televisión, un teléfono fijo y otro móvil. Cuan feliz se hubiere sentido todo el pueblo de Villaharta si en aquellos tiempos hubiere contado, con todo el arsenal que yo, un anciano para su solo y exclusivo uso tengo, con la añadidura de este "artefacto", con el cual estoy procediendo a esta narración.

Añadiré para terminar y no hacerme muy pesado, que eso de vacaciones no existían, nada más que para los maestros y maestras, pero a su vez había un dicho que decía: "tiene mas hambre que un maestro de escuela". Ello dice los emolumentos que mensualmente percibía. Había otro dicho más amplio que el anterior, que era del tenor siguiente: "Cuando la zorra anda a grillos, el Sacristán a cardillos y el Maestro escuela pregunta: "¿a cómo estamos de mes?", jodidos andan los tres".

Hoy todo el mundo tiene sus vacaciones, aunque con diferencia de unos a otros, excepto yo y otros muchos de mi estirpe en cuanto a edad se refiere, que tenemos concedidas vacaciones indefinidas. Pero aún en estas indefinidas vacaciones, puedo permitirme el lujo de cumplir mis tres determinaciones para mantener unas cordiales relaciones con mis dos hijos, mi hija, mis dos nueras, mi yerno y mis seis nietos, cuyas determinaciones, y que suelo cumplirlas a rajatabla, son las siguientes: "Regalos muchos, visitas pocas, y consejos ningunos". Y así me va. Igual, los habrá, mejor, nadie.

Bueno, ya está bien todo el rollo que me he marcado hoy. Hasta la próxima.

P/D: Carmen, celebro tu regreso de esas felices vacaciones, de lo que infinito me alegro, y también como no, de que de nuevo estés "entre nosotros".

2 comentarios:

Carmen dijo...

Me imaginaba que dejarias algún comentario de esa fecha tan importante de la que tienes tan claros recuerdos, creo que nadie que los haya vivido podrá olvidarlo. Hace unos dias estuve en Serbia y allí están patentes los desastres de la guerra, da muchiiiiiisima tristeza ver esos destrozos y pensar que lo padecieron personas inocentes, creo que a la guerra solo deben ir los dirigentes y todos los de su familia que estén de acuerdo, creo que si las mujeres tuviesen poder irian mejor las cosas.... al menos no habrían tantas guerras (no lo tomes como un comentario feminista). Es verdad que hoy tenemos de todo demasiado, creo que esto tampoco es muy bueno que digamos, pero en fin así están las cosas, espero que si cambia algo sea para mejor. Me alegro de que ya tengas junto a ti a tu familia, cuando se van es como si nos faltara algo ¿verdad?. a mediados de Agosto me tocará a mi la desbandada ji ji. Saludos y !bienvenidos los viajeros!: Carmen

Carmen dijo...

P.D. Espero que hayas entendido que en mi comentario anterior pensaba en los Bush, los Gadafi etc... es que la palabra escrita tiene un peligro.... Ah en mi casa había una "iguala" con el practicante que era como entonces se llamaba al ATS, me parece que ya tampoco se llama así jaaaaasss. ¡Hasta la próxima! Saludos: Carmen