lunes, 25 de julio de 2011

De Padrino


Un día de Santiago, pero de 1959, me estrenaba como padrino de boda. Mi mujer y yo llevábamos a la Iglesia del Carmen, en esta Capital, a su hermano Manolo y a su novia Margari. Cincuenta y dos años han transcurrido desde entonces, y como no, el paso del tiempo deja sus huellas. El novio, mi cuñado, pese a ser 4 años mas joven que yo, el 18 de diciembre próximo, se cumplirán 26 años de su fallecimiento, o sea, la mitad del tiempo transcurrido desde la boda hasta hoy, mi cuñada Margari lo lleva de viuda.

Esta mi entrada de hoy, tiene la causa principal de ello, elevar un cariñoso recuerdo a mi cuñado Manolo, y para su viuda, mi cuñada, dar con ello prueba del afecto que por ella siento y reiterarle una vez más las gracias por el gran número de horas que en su última enfermedad pasó junto a la que fue su madrina, mi mujer, con la que siempre le unió un entrañable cariño. Margari, como ves el tiempo pasa, pero el afecto y consideración que siempre nos hemos dispensado sigue vivo, y continuamos con esa relación que como de hermanos, ambos siempre la hemos considerado.

Por la copia de la foto que con esta fecha mando a mi nieto Rafa, que como mi "editor" que es para estos menesteres, espero la coloque al principio de esta entrada, verás que también el tiempo ha pasado por nosotros, pero aquí estamos, y a ver si dentro de unos días volvemos otra vez a desayunar juntos, y nos zampamos entre pecho y espalda cuatro o cinco churros con su correspondiente café. A tu hija Gloria, precioso nombre, le he mandado también una copia de esta fotografía, para que vea que su tío sigue acordándose de su padre, y como no, también de ella y su madre.

Ya que he narrado el relato de mi primer padrinazgo, voy a señalar y con relación a este tema, un hecho singular.

En dos ocasiones más he sido padrino de boda, pero he llevado a la Iglesia a tres novias.

En una, fui padrino en el matrimonio de mi hija, cosa natural y de obligación, en su día escribiré de ello, que por supuesto merece una edición especial.

Pocos años después de la primera vez en que me estrenaba como padrino, y en esta ocasión apadrinando a dos hermanos gemelos de mi mujer, Pepe y Paco, que se casaron el mismo día, en la misma Iglesia del Carmen, entré con dos novias, una a cada brazo. No conozco ningún caso igual, o sea que creo tengo derecho a que se me denomine "Superpadrino".

Otro recuerdo para ellos, que al igual que sus padres, su hermano mayor y sus dos hermanas, todos ya fallecieron. La familia Toledo al completo, desaparecieron hace algunos años. Descansen en paz.

Mis citados cuñados gemelos, eran bastante conocidos especialmente durante las Semanas Santas de Málaga, que en la procesión del "Huerto", cada uno portando un bastón, la gente se fijaban mucho en ellos, porque como digo eran gemelos y por tanto idénticos el uno al otro, lo que unido a su buena estatura se hacían ver.

Hasta la próxima entrada, que si Dios quiere será en breve espacio de tiempo.

2 comentarios:

Rafa dijo...

Ave Redactor del Blog, editorum te salutam...

Carmen dijo...

Hola, esa foto es casi identica a una de mi boda, a mi me llevaba mi padre, mi hija no ha tenido esa suerte, la llevó al altar su hermano mayor, su padre no pudo tener esa inmensa satisfacción, yo si fuí madrina en la de mis hijos, en tiempos más felices. Estoy en Madrid, vinimos la semana pasada pues ha sido la graduación de un MBA del Instituto de Empresa que ha realizado mi hija, de nuevo ha sido acompañada por sus hermanos y por mi, en estos momentos hecho de menos a mi marido DE SES PE RA DA MEN TE, pues ya te he contado como disfrutabamos cualquier logro de nuestros hijos, este master ha tenido mucho mérito pues ha venido durante año y medio todos los fines de semana, además de llevar adelante su trabajo y demás actividades. Mañana volveré a casa, ha sido una semana estupenda, he visto la Casa-Museo de Sorolla (uno de mis pintores favoritos), la exposición de Antonio López en el Thyssen, he estado de compras en un Madrid totalmente vacío (una gozada) y sobre todo he disfrutado muchiiiiiisimo la compañia de mis hijos, que para mi es un lujo. Saluditos madrileños: Carmen