lunes, 11 de julio de 2011

Revoltijo de recuerdos

Comenzaré diciendo que hoy, y sin que para ello encuentre un motivo especial, tengo las fibras de mi sensibilidad a tope.



Muy de mañana de esta fecha y por una emisora de radio nacional, se daba literalmente la siguiente noticia: "Hace un año, que se cumple en este día, la Selección Española de fútbol se proclamaba campeona del mundo." Por el propio enunciado de la noticia, y aun siendo aficionado a dicho deporte, y a muchos más, aunque sin apasionamiento desmesurado, mi mente, y no se porqué, no se transportó en ese instante al citado acontecimiento deportivo, si no, a otro mucho mas lejano en el tiempo y sin que nada tuviere que ver con esta clase de eventos.

Allá por mi incipiente juventud, se puso, cuando menos en mi pueblo, en boga una canción, cuyas dos primeras estrofas comenzaban así: "Hace un año que yo tuve una ilusión, Hace un año que se cumple en este día". Y aquí viene una coincidencia de la que guardo un entrañable recuerdo de afecto. No podría jurar si fue el 11 de julio de 1942 ó de 1943, pero si tal día como hoy, en compañía de un íntimo amigo desde nuestra mas tierna infancia, llamado Francisco Fernández Campoy, conocido en la localidad por "Currito", y en nuestro trato mutuo nos decíamos "pariente", caminábamos a pié desde mi pueblo hasta la vecina localidad de Obejo, donde se celebraba y se siguen celebrando las fiestas locales, en honor de San Benito, patrón del pueblo. Diré que mi amigo era tres meses mas joven que yo. La principal y casi única diversión de dos jovenzuelos forasteros, era la concurrencia a los diferentes bares del pueblo, consumir alguna que otra copa, casi siempre de vino, aunque sin exceso, y una vez el alcohol comenzaba a sacar a flote la adormilada euforia, salían a relucir las canciones y coplas que estuvieren mas de actualidad en aquellos momentos.

Dada la gran facilidad que yo tenía, y gracias a Dios la sigo manteniendo, para aprenderme de memoria aquellas canciones, cualidad que no le era tan favorable a mi amigo, y dado que no hacía mucho tiempo comenzó a extenderse por el pueblo la misma, él no se consideraba con la suficiente confianza para echar a los cuatro vientos, y como Dios manda, toda aquella y no corta canción. Cuando faltaban aproximadamente dos o tres kilómetros para nuestra llegada a Obejo, de los aproximados quince que la separan de mi pueblo, y marchábamos tratando sobre la misma, mi querido y entrañable amigo, (q.e.p.d.), me pidió, y yo muy gustoso le concedí, pararnos a la sombra de una encina y donde por espacio de una media hora estuvimos ensayando toda, para nosotros entonces preciosa canción, hasta que por fin y siguiendo un tanto mi vocalización se consideró en condiciones de acompañarme cuando llegara el momento. Ni que decir tiene, que no una, ni cinco, si no muchas veces aquel día y cuando estuvimos a tono, interpretamos la misma por los diferentes bares de Obejo.

Cada vez, de las muchísimas que he cantado, o he oído cantar: "Hace un año que yo tuve una ilusión...", se me viene al recuerdo aquel rato que juntos estuvimos mi grandísimo amigo y yó, ensayando, bajo la sombra de aquella frondosa encina, tan inolvidable, quizá por ello, canción.

Y siguiendo el motivo, por el cual he decidido titular la presente entrada, voy a demostrarlo.

Otra vez, también tal día como hoy, pero aún diez u once años anteriores al antecedente relato, mi padre me llevó a Obejo para presenciar la procesión de San Benito y con ello dar cumplimiento a una promesa efectuada por mi madre, con relación a unos diviesos que en una parte delicada de mi tierno cuerpo me salieron el año anterior, y que como eran los deseos de mi madre, y como no, también de mi padre, se solucionaron sin mayores consecuencias. Creo que fue el día 11 de julio del pasado año, trate en este blog sobre tal visita e incluso creo recordar la titulé algo así como "Los peces de colores". También en "Mis Memorias", lo traté con bastante profusión de datos.

Nuevamente y por última vez, el 11 de julio de 1944, en compañía de otros dos amigos, estuvimos en Obejo, para las fiestas de San Benito. De esta última visita, conservó una fotografía. Estos dos amigos, uno era cinco años mayor que yó y el otro, quinto mío. Al igual que mi amigo "Currito", también hace unos años que fallecieron ambos. Y ya puesto a escribir, voy a señalar otras cuestiones, éstas sí, muchíííísimo mas recientes, como diría Carmen.

Ayer recibí un correo electrónico, enviado por mi hija desde Boston, USA, donde se encuentra de vacaciones con su marido y sus dos hijos, y en el que igualmente me acompañaba dos fotografías. Según, entre otros párrafos del texto, me comunicaba que " lo están pasado fenomenalmente ". Asimismo, anoche sobre las doce y media horas, también desde Boston y por medio del Skype, estuve charlando un rato con mi nieto Jorge, en el que me comunicaba que estaban en los preparativos de una barbacoa para su comida. Hoy, rumiando la antecedente noticia, vuelvo a darme cuenta que el mayor goce que puede uno sentir, es cuando alguien de tus seres queridos, te participa de que "lo están pasando bién".

Y volviendo al revoltijo de sentimientos, compruebo la abismal diferencia que en el recuerdo dejan unos u otros acontecimientos, según de cuales se trate. Así, por ejemplo y comenzando por la causa de la noticia que a través de la radio escuché esta mañana temprano, la consecución del Campeonato del Mundo de Fútbol por la Selección Española, sí, lo recuerdas, pero sin que ello deje en tus sentires nada más que éso, un mero recuerdo. Si por el contrario, se trata de las restantes cuestiones tratadas en esta entrada, por el mero hecho de traerlas a la memoria, suelen sacarte de lo mas profundo del alma, ese cosquilleo que solo los sentimientos afectivos tienen la capacidad de producirlo. Todo lo demás a estos "sentimientos", son puro aditamento.

Hasta la próxima.

P/D: Carmen, igualmente nos sentiríamos honrados, y por nosotros, como tu dices, no va a quedar.

No hay comentarios: