sábado, 16 de julio de 2011

16 de Julio. Festividad de la Virgen del Carmen.


Por principios, comenzaré por felicitar en su onomástica a Carmen, asidua lectora de este blog y por el momento, posiblemente disfrutando, al parecer de un crucero por el Danubio, que igualmente le deseo lo disfrute. También felicito a mi sobrina Carmen, que habiendo intentado hacerlo llamando a su casa, no se encontraba en la misma y como tengo por norma no quiero que este año se quede sin la felicitación de su tío. Cumplido el protocolo, pasemos a otra efemérides que también "se cumple en este día". Vamos a ello.

Tal día como hoy, pero del año de 1950 (ya ha llovido) salía de la Academia de la Guardia Civil de Úbeda, promovido a Guardia Civil. Si en el día de ayer hacía referencia a que se cumplían los del ascenso de mis dos hijos, uno a Teniente de la Guardia Civil y el otro a Teniente de Infantería, ambos cuando hacía poco cumplían los 22 años de edad, mis comienzos lo eran bastante mas humildes y con los veinticinco ya cumplidos, salía de la Academia con la categoría de simple Guardia. A pesar de todo, mis ilusiones en aquellos momentos, posiblemente no se diferenciaban mucho de las que tuvieran ellos, prescindiendo de las futuras metas a alcanzar. Ellos dejaban atrás una infancia e incipiente juventud, pasada, la primera, con un bienestar económico aceptable y un ambiente familiar, aunque peque de vanidoso, mucho mas que aceptable. Tras ello, un tiempo dedicado a los estudios y terminados sus bachilleratos, C.O.U. y reválida, en la primera oportunidad que tuvieron se presentaron a las oposiciones en la Academia General Militar de Zaragoza, que por sus méritos y la suerte que no los abandonó, aprobaron a la "primera". Ellos hacían ésto, cuando terminaban de cumplir los 17 años de edad.

Yo, cuando ingresé en la Academia de la Guardia Civil me faltaba menos de un mes para cumplir los 25, pero llevaba sobre mi pasado, quince años exactamente, llenos en su inmensa mayoría de eventos familiares de poca fortuna, y baqueteado en la experiencia laboral, habiendo tomado parte en infinidad de trabajos, generalmente relacionado con el campo. Pese a la humildad del empleo que terminaba de conseguir, el cambio que yo esperaba en el propio devenir de mi vida, lo fue aún mayor de lo que soñaba. Después, con el paso del tiempo llegué a tener en todo lo que en sí alcanza la palabra en su propia definición, una "felicidad plena". Todas las ensoñaciones que a partir del ingreso en la Academia comenzaron a ocupar mis deseos, fueron conseguidos sin duda, con mas largueza de cuantos hubieron podido ser mis merecimientos.

Aquel 16 de julio de 1950, cuando llegamos a Córdoba, aunque a media mañana, hacía el calor propio de la estación y de la ciudad en que estábamos. Un compañero de academia, llamado Eugenio Lorenzana Cid, me invitó a comer aquel día en su casa de Cerro Muriano, donde su padre estaba destinado como Teniente Jefe de la Línea de la Guardia Civil en aquella residencia. A las cinco de aquella calurosa tarde, tomaba otro autobús con destino a mi pueblo. Este párrafo que dejo escrito quiero dedicarlo al recuerdo de mi buen amigo Eugenio Lorenzana, que fue destinado a la Comandancia de Teruel, y desde que me despedí de él aquel lejanísimo día de la Virgen del Carmen, no volví , como me sucedió con otros compañeros, nada de él. He tratado de localizar su teléfono a través de las páginas blancas de telefónica, pero no me han dado resultado.

Cuán provechosos me han sido el tránsito sobre los SESENTA Y UN AÑOS, que hoy se cumplen, desde mi salida de la Academia. Todas mis ensoñaciones y esperanzas, no tenían la suficiente inteligencia para llegar a lo que en realidad alcanzaron.

Hasta la próxima.

1 comentario:

Carmen dijo...

¡¡¡Ya estoy aquiiiiiiií!!! Lo mejor de los viajes creo que es la vuelta, volver a casita es estupendo y eso que todavía no he visto a mis hijos y nietos porque llegamos a medianoche. Han sido 12 dias intensos de convivencia y diversión, hemos ido por ocho paises diferentes, desde la humildisima Rumania a la opulenta Alemania, hay que descubrirse ante este país por su civismo y nivel de vida. Ahora a descansar un poco, pues venimos totalmente "fundias" ji ji ji. Acabo de leer tus "recuerdos" de estos dias, me han gustado todos, pero especialmente los referentes a tus hijos, tambien para nosotros fué casi de lo mejor de nuestra vida el que los nuestros con 22 años terminaran sus carreras superiores, para mi marido fué un grandisimo orgullo, pues ya te comenté como él tambien comenzó de 0, y verlos situados en la vida era nuestra meta principal, igual que vosotros nos sentimos orgullosisimos de ellos, sobre todo por lo buenisimas personas que son, al igual que los tuyos, en verdad ¡que bien lo hicimos!. Gracias por tu felicitación, en el barco eramos como tropecientas Carmenes ji ji, pero pasamos un dia buenisimo, otra experiencia nueva. Me alegro de reencontrarte, un saludito: Carmen