Fuente: http://www.zazzle.es
Estamos a menos de seis horas de la entrada en el año de 2014. Con esta que se avecina, serán ya 89 veces las que he traspasado el umbral de la entrada en un nuevo año. Como es natural y así trayendo a la memoria los pasos de un año a otro, podrían ser ocho o nueve, los que no dejaron huella en mi recuerdo. Yo, y como seguro estoy en una de mis entradas en un pasado año, lo titulaba algo así como "Volver la esquina", o parecido, en la última de las que realicé en el que estaba a punto de terminar.
Sigo pensando lo mismo. El transcurrir de los doce meses es como el transitar por una calle de trescientos sesenta y cinco espacios de distinto orden.
En cada uno de ellos, te vas dejando minúsculos jalones de lo que va siendo tu vida. Como es natural y como cito al principio, estoy a punto de consumar el paso por ese día de San Silvestre y la entrada en el inmediato nacido Año Nuevo, nada menos que ochenta y nueve veces, cada hora de cada día de todos los que forman el conjunto de una anualidad, me son tan conocidos que no tengo por menos que sentir algo especial. Unos, los más, han ido dejando a lo largo de mi ya larga vida, sensaciones y hechos de los que no tengo por menos que dar gracias a Dios de que así lo hayan sido. Otros, los menos, infaustos acontecimientos, que por el contrario dejan huellas que te dejan herida el alma para el tiempo que te quede por seguir viviendo y cuya cicatrización no terminará jamás. Pero así es la vida. Ahora bien, por lo que a mi respecta y haciendo balance de todo ese acontecer, tengo un saldo positivo de lo que estoy seguro no todas las personas podrán hallar igual resultado.
Incluso estando ya "metidito en años", cuando tendía mis pensamientos hacia el futuro y pensaba en el año DOS MIL, se me ponía una muralla ante mí, que se me antojaba difícil de traspasar, dado a que en el mismo cumpliría los setenta cinco de edad. ¡Quién me lo iba a decir, que estamos a punto de terminar 2013, lo que cuando menos son trece años de propina que me encuentro! Pero no es que estén siendo hasta ahora esos añadidos, sino con la clase de vida que los estoy pasando, y a ello, no es que la acumulación de bienes materiales que haya ido atesorando sean su consecuencia, sino un tesoro de mucho mayor alcance, como son los afectivos, que es el verme rodeado de seres, que a la vez que los adoro, me dan todo cuanto es necesario y preciso para llevarte por esa etapa de la vida, que aun siendo como la llamada última, no se sabe hasta donde pueda llegar, pero si es tan ilusionante, que a todos esos míos, a los que cito los adoro, ojalá, no cuando ya estén en ese tramo final de su existencia, si no en toda ella, le sea tan gozosa y de felicidad como la mía lo ha sido y lo esta siendo. En toda esa larga travesía de pasar veces y veces por los mismos meses, mismas semanas, mismo días, han ido quedando jalones de bienaventuranzas que ahí quedaran vagando por toda la eternidad, y los "puntos negros" que por imperativo del paso del tiempo fueron señalando ese camino, no olvidarlos, porque eso no es posible, ni sería justo, sino aceptarlos como un designio de Dios y que a todos nos llevará hasta ese final.
Quiero desear a todos cuantos tengan la osadía de entrar en este blog, un nuevo año 2014 lleno de felicidad y dicha para todos ellos y sus familias, y para todos los míos, llenarlos con este abrazo de agradecimiento por todo cuanto me están dando, y si vivir, de aquí en adelante lo sea como hasta ahora, que por mucho tiempo lo siga siendo.
Hasta la próxima entrada que ya lo será en el año que viene.