Fuente: http://blogs.diariosur.es/
Quizá me halla sucedido a mí hoy, como dicen que suele pasarle a las personas que no tengan una estrecha amistad, que cuando no tienen, o no saben, otra cosa de la que hablar, lo hacen del tiempo.
Puede que sí, pero yo y sin que pueda quitarme de encima la huella que deja en las personas las vivencias y preocupaciones que les embargaba allá incluso en su niñez, pero sobre todo en su juventud, no he podido sustrarme a traer a la palestra, sobre todo la falta de lluvía, que cuando menos aquí por esta bendita Málaga tan de menos la estamos echando en este ya bien entrado otoño. Y como anteriormente cito, de que aún siendo todavía niño, le oía comentar a mis padres, cuando una sequía así de persistente se cernía sobre los campos, lo que suponía que las cosechas tanto de cereales como de aceituna para el año próximo serían escasas, mermando con ello la falta de jornales para los trabajadores, supondría una grave advesidad para quienes, como a mi propio padre le sucedía vivia de sus jornales en el campo. Esos mismos sentimientos llegaron a calar en mí tan pronto, y que con la edad de catorce años, llegué a engrosar las filas de los jornaleros agrícolas.
Algo extraño podrá parecer, pero puedo confirmar, que cuando menos yo, deseaba que la meteorología fuera en todo tiempo lo mas beneficiosa posible para que el próximo año se transformara en grandes cosechas, con lo que como dejo dicho. el trabajo sería abundante a la par de lo que fueren las mismas.
Si ya de por sí en mi pueblo la escasez de agua era una constante, esas sequías que algunos años se prolongaban tanto, hacían que a la vez que para los propietarios de fincas de olivar o de siembras de cereales, les acarreaba grandes pérdidas, teniendo en cuenta que la mayoría de las tierras, especialmente las destinadas a la siembra del trigo, la cebada, la avena, garbanzos..., eran escasamente productivas, todas ellas de sierra, que en todo caso precisan de mucha mas agua que las de campiña, de peores consecuencias les resultaban para los trabajadores la falta de jornales, con la añadidura de que carecían de toda reserva de donde poder sacar algo para ir tirando.
En no pocas ocasiones, sobre todo a gentes de grandes ciudades, le oí decir cuando comenzaba a llover "ya estarán contentos los catetos", cuestión que realmente, y aunque mis padres no tenía propiedades algunas para dedicarlas a la siembra, ni de otra índole, no me hacían mucha gracia semejantes comentarios, y quizá excediéndome en mi prudencia, no les daba la réplica, cuando menos en decirle que a ellos desearía verlos en la situación de esos catetos, de lo que parecían hacer aquellos comentarios en plan de mofa, por ese deseo cierto de que llegaran las lluvias. A quienes durante años estuvimos viviendo de lo que la llegada de lluvias suficientes nos garantizaba mayor aporte de ingresos a nuestras casas, y luego pasamos a hacerlo, como en mi caso, del papá Estado, jamás se nos ocurriría realizar comentarios como el que anteriormente he referido. Pero diremos como decía Jesus, "perdónalos Señor, que no saben lo que dicen, aunque Él dijera, lo que hacen". Bueno que las gentes de grandes ciudades, de lo que hace muchísimos años me encuentro inmerso, no se tomen a mal ese comentario, que sin ninguna otra intencionalidad, que no sea la de una simple anécdota, la he traído a colación.
Ah, que se me olvidaba, que el frío parece que ya hoy ha llegado a Málaga.
Añadiré una cuestión distinta al tema tratado en la entrada de hoy, y es que otras ocupaciones me han tenido, y de seguir así me tendrán, entregado a otro menester, igual por tratarse de escribir, pero distinto a esto de hacerlo en el blog, y que otra vez me han llevado a descuidarme de este mi querido blog. Y que me siento halagado de que la anterior entrada haya contado con el mayor número de comentarios a todos los anteriores.
Hasta la próxima que ya veremos lo que se me ocurre.
2 comentarios:
Es verdad que, por lo menos en Málaga solemos decir esa frase cuando llueve mucho, ahora comprendo que es una tontería y lo importante que es para muchas personas que el tiempo responda a las expectativas que se espera ante determinadas fechas del año, no por gusto sino por que es necesario, espero que pronto llueva , aunque como se dice " nunca será a gusto de todos" . Gracias por hacernos ver otro punto de vista a los que somos tan Urbanitas como yo. Bss.
Eso, eso que llueva, pero el próximo 8 de diciembre no, que iremos a correr allí y no queremos mojarnos.
Fuerte Abrazo
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