Hoy 1º de Abril se cumplen CINCUENTA Y CINCO años de mi matrimonio.
Si en la vida de un hombre, y en este caso lo expreso así, debido a que me estoy refiriendo a mí concretamente, y sobre todo cuando de esto hace medio siglo y un quinquenio en que sucedió, el matrimonio marcaba un hito, no un hito cualquiera, sino el que sin lugar a dudas comenzaba a contarse el antes y el después de toda su existencia, en el mío particularmente, ha supuesto el hecho MAS IMPORTANTE de todo mi devenir por la vida. Aquel 1º de abril de 1956 lo que hasta entonces había sido mi caminar por este mundo, tomaba un cambio tan radical en todos sus aspectos, solo que podría comparársele a lo que en su consecuencia trajo de beneficioso en lo que en aquellos momentos suponía mi propia persona y toda la deriva que como consecuencia de aquella unión allegaron a lo que en términos generales podríamos catalogarlo como FELICIDAD PLENA.
El acto en sí del matrimonio no se quedaba solamente en los protocolarios actos de la boda, convite, fotografías y etc. etc. etc. Incluso en lo que hoy resulta un dato tan extraño como sería el irte a la cama con la novia y doy fe de ello por propia experiencia, comenzaba a partir después de todos aquellos trámites, que aunque hoy pudieran parecer casi imprescindibles, nos venían impuestos desde posiblemente siglos atrás, pero sin duda por esa tradición que tan arraigada estaba, poca oposición solía ponerse a su cumplimiento. La vida en común entre los contrayentes, igualmente comenzaba en la inmensa mayoría de los casos a partir del siguiente día a la de la celebración de la boda. El viaje de novios, aunque, como en mi propio caso pudiera considerarse como de cercanías, era lo que verdaderamente era eso "viaje de novios". Antes de ello, jamás, salvo excepcionales casos, se hacía un viaje con la novia en libre albedrío, a lo que, no importe el que a mí pueda parecerme mal o bien, hoy el viaje de novios, esté precedido de uno, cinco, o sabe Dios cuantos antes, del que opten por llamarlo como tal. Conformémonos cada cual con la época en que le ha tocado vivir y pasar por éste u otros aconteceres.
Yo, y pasado más de medio siglo, hoy no cambiaría el cómo y el cuándo de aquel sucedido, del que siempre lo consideré y lo siga, considerando como uno de los IMPORTANTÍSIMOS de mi vida. Cierro los ojos, y rebobinando hacia atrás el paso del tiempo, vuelve a mi el recuerdo la contemplación de aquellos hermosísimos ojos que su brillo dejaban entrever la ilusión y emoción del momento, y también, la esperanza de un futuro, que por ventura se estuvo cumpliendo hasta, que como en el momento del acto de la boda, el sacerdote celebrante pedía no se deshiciera aquel matrimonio, sino, hasta que como así sucedió, la muerte os separe. Solo su recuerdo continúa alimentando la dicha de seguir viviendo, a la par de que también élla, tengo la seguridad se llevó consigo el mismo sentimiento.
Hasta la próxima.
1 comentario:
¡¡¡MUCHAS FELICIDADES !!!Yo tambien sigo celebrando nuestro aniversario aunque él ya no esté, una vez leí "No llores porque acabó, sonrié porque ocurrió" mas o menos era eso, y de veras somos afortunados por haber conocido la felicidad plena, no creas que todo el mundo lo consigue, que pases un feliz dia con tus bonitos "recuerdos". Saludos: Carmen
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