sábado, 20 de agosto de 2011

Los días de vacaciones se están agotando



En estos instantes me encuentro solo en mi casa. Hoy he tenido un día bastante activo en cuanto al ordenador respecta. He recibido algunos correos, en varios de los cuales me he recreado en su contemplación y posiblemente al tener activadas las fibras de la sensibilidad han producido en mi estado de ánimo un confortable efecto. Esta parrafada que dejo escrita hasta el momento, no tiene nada que ver ni relación alguna con el título que he dado a esta entrada. Así, que enmendemos el lapsus.

El martes pasado, se marchó mi nieto el mayor para su lugar de residencia, atendiendo a las ocupaciones que le reclaman. Ayer mañana lo hizo su hermano, para igual punto e iguales causas. A últimas horas de la tarde, también del día de ayer, lo hizo el segundo de mis nietos, siguiendo el orden de nacimiento claro está, como no, para su residencia y por las mismas razones que sus primos. Mis dos hijos con sus respectivas cónyuges, se han ido al cine esta tarde.

Casi con toda seguridad el sábado que viene a estas horas, habrán hecho lo mismo los padres de mis nietos mencionados con anterioridad, aunque en estos momentos, se encuentren presenciando alguna película que les distraiga de momento de cuanto se le avecina.

¿Estas ausencias me dejan solo? No. Aún quedan, y durante todo el año, en Málaga, mi hija, sus dos hijos, y por supuesto su marido, que también es hijo, aunque lo sea político, que no quiere decir que se dedique a la política.

Los que quedan aquí, me prestan en su grado máximo cuanto pueda necesitar para hacerme la vida tan feliz como ellos, y los demás citados anteriormente también, lo desean y a fe que lo consiguen. Solo un deseo me falta para que lo fuera totalmente completa esa dicha, pero que no es otra, que el resto de los ancianos que nos hallamos en esas travesías postreras de nuestras vida, lo hicieran con el mismo goce que yo lo vengo haciendo. ¿Entonces que me preocupa de que los primeros citados acaben sus vacaciones? Solamente, lo que a mí, cuando transitaba por sus edades realmente no lo hacían en demasía, pero las sensibilidades de los padres y sobre todo de los abuelos, nos hacen sentir por cuanto a nuestros hijos y nietos respecta, lo que en nosotros lo sobrellevábamos con cierta normalidad, como son sus ocupaciones laborables y estudios, pese a que las que en mi caso particular se refieren, lo eran de un sacrificio físico y circunstancial que exigían mayores esfuerzos para superarlos, por lo que a mis hijos se refieren, y en cuanto a las preocupaciones actuales de mis nietos, las circunstancias de mi época, me privaron o me libraron de ello.

Por otra parte, tengo que hacer constar, que ni un solo día de los que están ausentes de Málaga, se pasa sin que tenga comunicación con ellos, la inmensa mayoría a través de videollamada y en su contra, por razones especiales, a través de llamada telefónica.

Por cuanto dejo expresado, tengo motivo para sentirme totalmente feliz, aunque como apunté anteriormente, sepa que no todos mis coetáneos puedan decir lo mismo que yo.

Esta situación me lleva a seguir deslizándome suavemente por este caminar, que quiera Dios, hasta que llegue a esa meta, a la que ningún ser humano está exento de ello, lo sea en la misma o semejantes condiciones a las de ahora, y cuando ese momento me alcance, seguro estoy, allí, principalmente estará esperándome ELLA.

Allá por los últimos días del mes de junio de 2012, llegaran nuevamente las vacaciones de verano. Por mí, espero su llegada como "agua de mayo".

Hasta la próxima entrada, que casi seguro, para los míos estarán terminadas o al acabar las vacaciones.

1 comentario:

Carmen dijo...

No soy muy dada a dar consejos, pero permitimé que te de uno: Disfruta hasta el ultimo minuto que estén aquí, luego date un par de dias para la tristeza y después a esperar con alegría la próxima reunión, que seguramente será en Navidad ¿no? o sea antes de que lo pensemos ya tendremos otra vez el jaleillo, las risas, las prisas, el bullicio, en fin LA VIDA, que nos dan nuestros hijos cuando están en casa, entretanto darle gracias a Dios porque hablamos con ellos todos los dias y están ahí para todo lo que los necesitemos, tu sabes que no todo el mundo puede decir lo mismo, que somos unos privilegiados, así que chin chin por todos ellos. Un saludo: Carmen