viernes, 26 de agosto de 2011

Ha comenzado el éxodo.


Hace unos días, decía que se estaban terminando las vacaciones. Hoy uno de mis hijos con su esposa, ha tomado rumbo a su residencia. El domingo lo hará el otro. A partir del próximo lunes volvemos a la rutina de la mayor parte del año. Solo algunas circunstancias como la acaecida esta tarde, suelen alterar el devenir del paso del tiempo, que si bien para quien está por ejemplo trabajando, y si lo es en ocupaciones que no son de su agrado, se le hará interminable. Para quienes solo hacemos el contemplarlo desde nuestras a veces acompañados y otras en esa soledades, aunque voluntariamente elegidas, se nos hace que, no sólo los días, sino incluso los años y los decenios parece que vuelan.

Hacía alusión a lo acaecido esta tarde, y se trata simplemente en que sobre las cuatro de la tarde entraba en quirófano, y que aunque bajo los efectos de amnestesia general, se trataba solo de una exploración y que gracias a mi gran facilidad de asimilación, será por la experiencia, y no mas de dos horas después me entrego a lo que me apasiona, como lo es expresar mis sentimientos.

Estamos ya en los últimos tramos del caluroso agosto, y para muestra vale el "terralazo" de hoy, desde cuya cima aparece septiembre, donde sobre todo lo siento por mis nietos, se les acaba la buena vida que llevaron durante el estío. Pero la vida es lucha y aunque en esas edades en las que los deseos suelen ser todo lo extremo, a cuanto hay que realizar, si no desfallecemos en su intento, luengos serán los beneficios que lo sembrado acabará dando sus frutos, que no sólo para quien lo sembró en su momento, sino que para mayor goce, también alcanzará a sus descendientes.

Para nosotros, los viejos, llamémosle como somos, y dejémonos de eufemismos, seguimos con ese caminar cuya meta, para bien, no sabemos donde se encuentra, aunque ello suponga ir dejando en el camino jirones de nuestros sentimientos, que a veces y aunque, en ocasiones, suelen desgarrar el alma, va acumulándose a nuestro bagaje, y que gracias a Dios otros acontecieres, a seres privilegiados, como yo por mi entorno personal me considero, hacen que la balanza lo sea en positivo y nos ayude a seguir la ruta.

Mis vacaciones siguen. Hasta la próxima entrada.

1 comentario:

Carmen dijo...
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