martes, 16 de agosto de 2011

70 años los separan



Esta mañana he estado desayunando en compañía de mis dos hijos varones y tres de mis nietos. Estos también varones, porque de los seis que tengo no hay ninguna hembra.

Mis dos hijos, superan ambos los cincuenta años. De mis nietos, uno tiene cumplidos los veinticinco; otro, antes de dos meses cumplirá los veinticuatro y el otro dentro de dos meses y medio, los veintitrés. Yo, por supuesto, que soy mayor que todos ellos.

La cita para ir al bar donde hemos desayunado, algunos café, otros zumo de naranja y otro batido de fresa, y en total 16 churros, era a las nueve y cuarto en la puerta de mi casa. Uno de mis hijos y dos de mis nietos, están en mi casa pasando unos días de vacaciones. en compañía claro de mi nuera. Yo como de costumbre y para que no se me hiciera tarde me levantaba a las 6'29 horas, y con ello dejaría libre a los que se levantaran después para ir a desayunar. Más de hora y media antes de la de la cita, yo estaba listo y había realizado mis faenas de aseo completo con la máxima cautela y silencio a fin de no despertar a los que aún dormían. Enclaustrado dentro de mi dormitorio para no causar molestia alguna, y a través de la ventana del dormitorio contemplaba el intenso tránsito de vehículos que circulan por la inmediación del bloque donde habito, todo con el correspondiente ruido que produce esa circulación y a la que ya estoy totalmente acostumbrado. Como mi cerebro gracias a Dios está en perfecto estado de funcionamiento, pensando en el día que estábamos, se me vino a la memoria un recuerdo que se daba precisamente en tal día como hoy, pero de hacía exactamente SETENTA AÑOS. Al igual que este año, de aquel 1941, el día anterior también fue el de la "Virgen de Agosto", en el que después de haber estado de "comilona", por la tarde de paseo, y por la noche en el baile, únicas diversiones que a la sazón existían en mi pueblo. Primero en el paseo y luego en el baile, estuve intentando de conquistar de amores a una joven del pueblo, de mis misma edad, y cuyos inicios en mis pretensiones databan de dos o tres meses atrás. Los intentos realizados para ello, habían dado poco fruto. Lo uno porque que en el paseo, dado a que la joven iba acompañada de dos más, cogidas del brazo, y élla precisamente en el centro del grupo, con la agravante de que parecía no estaba dispuesta a darme ocasión de que le manifestara mis deseos y por la noche en el baile, conseguí solamente bailar con ella, no recuerdo si dos o tres piezas, el tan deseado "Día de la Virgen", pasó como suele decirse con mas pena que gloria. Durante el paseo, si pude enterarme, por pregunta de sus amigas, que a la mañana del siguiente día, o sea tal día como hoy, en compañía de una hermana suya y dos años mayor que ella, se iban al cortijo de un olivar que su padre llevaba en arrendamiento y distante del pueblo unos cinco o ses kilómetros. Con aquel antecedente, yo me frotaba las manos de contento y de lo a que a decir verdad me restó mas de la mitad del tiempo que había de entregarme al sueño. Al igual que hoy, pero en aquel tan lejano día mas nervioso e intranquilo que hoy, por cuales pudieran ser los resultados, tan pronto amaneció y dado a que no sabía exactamente la hora en que las hermanas iniciarían su salida, monté mi servicio de vigilancia en las afueras del pueblo, a no menos de ciento o ciento cincuenta metros carretera arriba por donde tenían que pasar, establecí mi puesto de observación sentado bajo un olivo y casi cubierto con las sierpes o "varetas"del árbol. en principio porque no quería ser descubierto por ninguna otra persona, dado a que para mí aquella situación, resultaba un tanto ridícula, de lo que siempre he tratado de impedir, aunque para mis propósitos de aquel día, no hallaba otra postura que la adoptada. Si en la espera de hoy, solo contemplaba el constante paso de vehículos a través de la ventana de mi dormitorio, aquel día y a través de las espesas hojas de las ramas y sierpes del olivo, solo contemplaba el paso de varios hombres que lo hacían en direcciones a sus lugares de trabajo, el sonido del ladrar de algunos perros; el canto de algunos gallos: el cacareo de gallinas y el trinar de varias especies de aves de las que en relativa abundancia volaban o revoloteaban, algunas no lejos de donde yo me hallaba.

Los primeros rayos del sol naciente comenazaron atravesando las verdes hojas que me servían de cobijo, cuando no menos de una hora yo ya estaba instalado en mi atalaya. Cigarro tras cigarro iba fumando, que pese a los recientes 16 años que había cumplido
me entregaba al vicio desde hacía aproximadamente un año antes. Trataba de que las volutas del humo que salían del cigarro encendido, no resultaran muy visibles para no ser descubierto, lo que hacía agachándome sobre el suelo y con la mano izquierda semicerrada intentaba de que el mismo lo hiciera a ras de suelo y así cuando conseguía tomar alguna altura, ya se había disipado. No puedo decir las horas que permanecí en la observación. ni tampoco en la que el corazón parecía salírseme de su sitio, cuando a lo lejos divisaba la silueta de ambas hermanas que con paso no muy airoso se dirigían de tan mala gana, donde habrían de pasar sin duda no menos de dos o tres semanas, sin aparecer por el pueblo. Esperé a que rebasaran la altura de donde estaba semioculto y una vez lo hicieron, con la agilidad propia de un felino y de los dieciséis años, algo distinta a la que hoy tengo, me descolgué cerro abajo y en pocas zancadas y escasos segundos llegué a su altura a las que dí los buenos días. Parece ser que a ninguna de ambas le supuso una gran alegría que me uniera a su caminar. Mi pretendida me miró de soslayo y como sorprendida de que yo conociera el que iban a realizar su marcha hacia el cortijo, pero al igual que su hermana se limitaron a contestar a mis buenos días. Aquella no se si por dejarnos solos a su hermana y a mí, o porque desaprobaba mi compañía, acelerando un tanto el paso que llevaban se adelantó unos metros, lo que a mi por el momento me supuso gran satisfacción.
No recuerdo exactamente las primeras palabras que le dirigí, pero creo estaban relacionadas con lo que supuestamente se sorprendía del conocimiento que tenía de saber cuales eran sus proyectos. Su respuesta, sin dar explicación a mi pregunta, se limitó a decirme quien me había autorizado para que le acompañara. Aquella mañana, y como creo recordar en ocasiones anteriores en este blog, dicha joven solía recibir mis acercamientos a ella de forma totalmente opuesta, las una a las otras ocasiones. aquella mañana como digo, lo hacía con un talante poco amistoso y dando pruebas fehacientes del desagrado que le había producido mi presencia. Durante la hora aproximada de camino que se tardaba en recorrer la distancia, creo que solo conseguí repuestas a cuanto le solicitaba en solo tres o cuatro ocasiones, y por supuesto totalmente opuestas a cuanto se referían mis requerimientos. Quizá las ultimas palabras que me dirigió y de mejor talante, fue un buen trecho de camino antes de llegar al caserío, donde estaban sus padres, su único hermano y otra hermana, ambos los mayores de los cuatro hermanos, por ese orden, fue pedirme hiciera el favor de marcharme ya que no quería ser vista por sus padres acompañada por mí. Tomando uno de los párrafos del Quijote, y al igual que lo hacían Don Quijote y Sancho panza, cuando llegaron a la venta, "asaz melancólico y de mal talante," yo volvía sobre mis pasos, con uno de los no pocos desengaños sufridos a lo largo de los mas de seis años que duró, lo que realmente nunca llegó a ser un noviazgo a la usanza de aquellos tiempos con dicha joven y que concluyó definitivamente el día 31 de Diciembre de 1947, de lo que creo recordar en dicha fecha del pasado año, me referí a esta cuestión.
De aquella jovencísima mujer que el 16 de agosto de 1941, pagó, que en un pleno día de intenso calor como suele suceder en estas fecha por mi pueblo y sus contornos, con no pocos desaires el que acompañándola a ella y después a la vuelta en solitario, recorriera no menos de diez o doce kilómetros, las últimas noticias que tuve en relación a ella, fue aproximadamente hace un año y es que la hermana que aquel día la acompañaba, había fallecido. Sus padres y los demás hermanos, hace varios años, que los últimos abandonaron esta vida. Ella no llegó a casarse, creo que la última vez que la vi, fue cuando visite mi pueblo con motivo de mi viaje de novios. Su situación personal durante toda su travesía por la vida, y por medio de un primo hermano suyo, que es el mejor amigo que tengo, ha sido poco afortunada. De mi ruptura final con ella y por la forma y modo en que la lleve a efecto, es la única ocasión en mi vida. que premetidamente lo fue en una especie de venganza. Desde que tuve conocimiento de la muerte de su ultima hermana, hice algunos intentos de conocer su paradero, para pedirle perdon de aquel mi último proceder, pero no lo he conseguido, me dijeron que se había asilado en una residencia de un pueblo de la provincia de Córdoba, pero no conseguí su localización. Si no ha fallecido, la única certeza que tengo es que estará totalmente sola en la vida, ya que algunos de los sobrinos, los mas cercanos, están a mas de quinientos kilómetros de distancia y pasaran días, semanas, meses e incluso años, sin que persona alguna le dirija siquiera una palabra cariñosa. Yo como en otras ocasiones y en diferentes formas, por escrito, me he manifestado arrepentido de como llegamos al final de todo, y hoy una vez más, aunque tengo la certeza de que esto jamás llegará a su conocimiento, pero Dios sabe, desde hace mucho tiempo me he venido sintiendo arrepentido y por lo que posiblemene por última vez, quiero pedir perdón de todo ello.
Cuan distinto ha sido el desarrollo de la reunión de hoy con mis dos hijos y tres de mis nietos, tomándonos un suculento desayuno, de cuyo evento, como de los muchos que a lo largo de mi vida he disfrutado, al desenlace de aquel sucedido del que hoy se han cumplido setenta años. Pero así es la vida.
Hasta una próxima entrada.

1 comentario:

Carmen dijo...

Ya veo que fuiste muy precoz, para fumar, para las novietas..., claro que tambien para trabajar, así que quizás en aquel tiempo madurabais muy pronto, un chico de esa edad hoy en dia solo piensa en estudiar, en los deportes...bueno, a lo mejor esos son los de nuestro entorno y tambien habrán espabilaillos como tu je je. Me alegro de esos "Superdesayunos" que organizais, pues veo que los disfrutas mucho ¡que aproveche! Saludos: Carmen