sábado, 5 de abril de 2008

Marchando, otra de boda

Así visto en este Blog, parece que todos los días estábamos de boda la familia Galán Toledo. O mejor diríamos, un día sí y otro no, teníamos un enlace matrimonial. Día primero de abril una, tres otra y cinco otra. Los días y el mes, así fue, pero un intervalo de años de veintiséis de la primera a la segunda y de cuatro de ésta a la tercera.

La última tuvo en su inicio una diferencia con las dos anteriores y es que estuvo regada por una fuerte tormenta que nos sorprendió yendo de Málaga a Marbella. También estuvimos asistidos por un mayor número de amistades, dado a que se celebró aquí en la provincia y les fue mas factible su asistencia. El boato y empaque de las celebraciones de la segunda y la tercera, aunque celebradas en ambientes distintos, respondieron al éxito por el que la madrina de ambas uniones tanto se preocupaba porque así fuera. Los resultados y posteriores consecuencias de las tres, fueron y siguen siendo las mismas. La primera se rompió por la imponderable circunstancia de como se solicitaba por el sacerdote que las bendijo: "hasta que la muerte os separe". Las dos siguientes permanecen, y según mis apreciaciones continuaran, hasta que les alcance la misma causa para su ruptura, y todo ello, lo sea por llegar de aquí a muchos años, y yo que no lo vea.

Eso sí, del convite de la mía a la de mis hijos, fue todo una diferencia tan descomunal, que no hay siquiera punto donde pueda compararse. Tan ridícula resulta su proporción, dado a que en aquella se consumieron aproximadamente un par de kilos de chorizo, otro tanto de morcilla, no mas de mortadela o similares y creo recordar que aproximadamente no mas de media arroba de vino. El viaje de novios fue mas proporcionado, dado a que aunque parezca mentira, nosotros lo hicimos hasta Villaharta, pasando dos días en Córdoba. Cuando regresamos del viaje, hube de pedir prestadas quince pesetas, para poder pagar el resto que faltaba para retirar las fotografías, pues había quedado una deuda pendiente de hasta 90 pesetas. En solo el transcurso de algo más de un cuarto de siglo, resultó por suerte, tan grande salto en las posibilidades. Sin embargo desde las bodas de mis hijos hasta el día de hoy, apenas ha habido diferencia notable.

Faltan unos seis meses para que llegue citar en este Blog la última boda. Quién vivirá para entonces.

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