domingo, 1 de abril de 2012

Primero de abril


Hoy, y como reza en el título, es el día primero de abril de 2012. Por supuesto que así es. Pero en este día, y por orden cronológico, se cumplen el 62º y 56º aniversario de los dos hechos sin duda mas trascendentes en cuanto a mi vida particular y personal se refiere.

Siguiendo ese orden, tal día como hoy de 1950 cambiaba mi catalogación de profesión u oficio, pasando de ser jornalero, a Guardia Civil. Pese a faltarme entonces aproximadamente un mes para cumplir los veinticinco años de edad, mas de quince llevaba ya metido en la vorágine de los trabajos del campo, como tal jornalero,donde realicé la inmensa mayoría de las faenas agrícolas, incluidos los relativos al olivar, e incluso casi dos años que también estuve realizando trabajo de minero, en una explotación carbonífera, y que como en alguna otra ocasión he dicho, mas que en pozos, podríamos decir merecían ser denominados como gazaperas. Nadie que haya ejercido de jornalero, donde, y yo fui un afortunado, el estar siempre pendiente de la terminación de un trabajo sin saber cuando, como o donde se presentaría otro, te llevaba a estar, como suele decirse, como el "alma en vilo" . A partir de, hace hoy sesenta y dos años, jamás volví a pasar por semejante situación. Tal cambio, aunque, y mas hoy, parezca un tanto humilde, dieron a mi vida una estabilidad en ese sentido del que como su consecuencia, hasta el día de hoy sigo gozando.

Pero si el relato anterior supuso un importante cambio en cuanto se refiere al modo y forma de ganarme el sustento, el segundo de los aniversarios, o sea en el que hoy se cumplen CINCUENTA Y SEIS AÑOS, acaecido precisamente el primero de abril de 1956, supuso a la larga el acontecimiento determinante en todo lo que a mí y a todo mi entorno sobrevenido, supusieron el sendero de mayor felicidad de todo cuanto hubiere siquiera podido soñar. Aquel primero de abril de 1956, era el final de la Semana Santa, o sea Domingo de Resurreción; hoy primero de abril de 2012, el principio de dicha festividad, o sea Domingo de Ramos. Bendito todo el acontecer entre aquél y éste.


Todo ello no podía ser por menos que hoy hace 56 años que contraje matrimonio. De aquel feliz acontecer, de lo que la principal artífice se me fue hace más de quince años, me queda y sigo rodeado por toda la descendencia con la que tal unión quiso darme Dios, con la añadidura de todo cuanto además no me falta, y así le pido me lo siga manteniendo por el resto de los días que en el caminar por esta vida me tenga reservado.


Hasta la próxima entrada.

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