lunes, 10 de enero de 2011

Las monedas a través de los años

Fuente: http://www.fotolog.com/maitote/43794155

Esta mañana en uno de los cajones de la mesilla de noche me encontré una moneda de cinco pesetas de las que estaban en circulación cuando la entrada del Euro hace escasos años. Pese al poco tiempo que hace dejó de circular, al tomarla en mis manos, me pareció una pieza tan ridícula que contemplándola me indujo a volver la vista atrás en el recuerdo, nada más que unos ochenta años. En aquel tiempo, durante mi infancia, la moneda de menor valor era la de un céntimo, "céntimo chico" como se le llamaba popularmente. Quiero recordar que el diámetro de aquel "céntimo chico", era un poquito mayor que la mencionada de cinco pesetas a la que me estoy refiriendo. O sea, que esas cinco pesetas serían quinientos céntimos; pero no está en esa comparación la diferencia que mas me asombra, sino estas cinco pesetas con aquellos duros de plata que también su valor era de cinco pesetas, y si pudieran colocarse ésta junto a la que me encontré esta mañana, tanto en su presencia como en su valor material, sería como comparar una liebre con un elefante. Entonces estaban en circulación el céntimo chico, 1 céntimo; el céntimo gordo, 2 céntimos; la perra chica, 5 céntimos y la perra gorda, 10 céntimos. Todas estas monedas eran de cobre. Luego le seguían en orden ascendente, las monedas de 1 peseta, la de 2 pesetas y la de 5 pesetas o el duro como se le conocía. Estas tres últimas todas de plata. El billete de papel de inferior valor era el de 25 pesetas. Yo llegué a comprar en mas de una ocasión con el céntimo chico, por el cual me daban un caramelo. Quizá uno o dos años después de este recuerdo, me hice con un álbum de Chocolates Suchard y con una perra gorda, o sea diez céntimos me compraba una chocolatina que estaba riquísima y además traía dos estampas para mi álbum. Creo que unos años después de a las que me estoy refiriendo salieron las monedas de un real, o sea de 25 céntimos y que tenían una abertura circular en el centro de la misma.

Continuando mi relato, y como soy tan rico, no en dinero, sino en años, los vaivenes y modificaciones en la moneda a lo largo de mi vida ha sido muy extensa.

Comparando hoy mentalmente aquellas monedad de una, dos o cinco pesetas, tanto con las actuales como con las últimas que han circulado antes del euro, todas resultan ridículas con aquellas y muy especialmente con aquellos duros de plata, que tanto en volumen como en peso, con la añadidura de de la variante del metal con el que estaban fabricadas creo que se precisarían un montón de la que yo me he encontrado esta mañana, para compensar el valor metafísico de mis recordados duros. Recuerdo que la mayoría estaban acuñados en 1870 y la efigie del Rey Amadeo I, lo que daba lugar a que principalmente las personas viejas, o mayores como nos llaman hoy, solían denominarlos los amadeos.


Durante la Guerra Civil, hablo de la zona roja donde estaba, el dinero circulaba en abundancia, pero casi de nada valía, porque poco había que comprar. Al final de la contienda, se acuñaron billetes por valor de 1 , 2 y 5 pesetas. Incluso por los mismos comerciantes de las localidades, cuando menos en mi pueblo así era, imprimieron en cartón, vales de pequeño valor, dado que como las monedas metálicas (a las que se llamaba calderilla) escaseaban, y con esos vales solían darte la vuelta si entregabas billetes. Estos vales eran aceptados por todo el comercio de los pueblos en que se emitían. Entonces los billetes de mil pesetas eran los de mayor valor y años después se emitieron también los de dos mil y los de cinco mil pesetas, hasta últimamente los de diez mil y los actuales del euro.

A los que bien por familiaridad o bien por casualidad accedan a este blog y lean la presente entrada, podrá causarle extrañeza la diferencia entre las monedas en principio citadas y así como han ido variando a lo largo de los años, pero hay que tener en cuenta que en el tiempo en principio señalado, un obrero en el campo, trabajando de sol a sol, ganaba tres pesetas, que en valor nominal serían hoy unos dos céntimos de euro.

Yo comencé a los diez años de edad, ganando una peseta diaria como porquero, o sea guardando guarros. Con esa peseta, se podía comprar un pan de dos kilos, un poco de aceite y hasta una cajetilla de tabaco de picadura. En pesetas hoy serían cuando menos quinientas.

Bueno creo que lo relatado en esta entrada solo da una idea, de los muchos años que llevo transitando por estos lares. Que feliz era cuando conseguía juntar diez céntimos y me compraba mi chocolatina Suchard y la alegría que me daba si las dos estampas que venían en la misma, no las tenía en mi álbum.

Los que sois jóvenes no tenéis la suerte de poder relatar estos avatares, pero no me importaría tampoco el no haberlo vivido en presente y quitarme de encima aunque fueran solo la mitad de las Navidades que llevo pasadas. Hasta otra.

2 comentarios:

Carmen dijo...

He descubierto tu blog por casualidad, tenemos muchas cosas en común y muchos recuerdos, por lo que veo vives en Málaga y yo tambien, es curioso ¿verdad?, voy a seguir leyendo pues me gustan tus vivencias, yo no tengo blog. Me da risa ver que rompiste con una novia en 1947, pues ese es el año que yo nací, asi que tu eres un poquillo mayor ji ji ji. Saludos: Carmen

Lola dijo...

Yo recuerdo la perra gorda y la perra chica y nací el el 57, y que con dos reales de los del agujerito en el centro podía comprarme un paquete de altramuces o de chufas, ¡¡¡que tiempos!!!.
Besitos
LOLA
P.D. Aún no me he podido poner al día con tu blog pero cada vez que entro a leerte un par de entradas me gusta más