jueves, 17 de enero de 2013

17 de enero, San Antón


En el día de hoy celebra la Iglesia la festividad de San Antón, Patrón de los animales. Pero no es esto el motivo que me trae  para esta entrada en el blog. Igualmente hoy se cumple una semana de lo acontecido y que fue tratado en mi entrada anterior, de lo que todavía y por cuanto de vida me quede, seguiré deleitándome con este recuerdo. Pero tampoco es esta la causa de mi entrada, sino que me retrotraigo hasta aquel 17 de enero de 1944 y de cuyo sucedido creo lo he señalado en mas de una ocasión años atrás, cuando llegaba este día. Quizá y dicho así a bote pronto, podrá  causar extrañeza a quienes lean esta entrada, porque la cuestión es que hasta mí mismo hay veces que me parece ridículo el traerlo a colación, y sin darle mas vueltas, se trata nada mas y nada menos que fue la primera vez que le dí un beso a una novia.

Ya se que os habrá causado sorpresa, quizá también una malévola sonrisa que sea el motivo que me lleva a este relato, pero sí a cuantos, o para mejor decir, a los escasos que podáis osar a leerlo, pudiera trasladaros hasta aquellos inicios del mencionado año de 1944, o sea sesenta y nueve años atrás, aunque no para vivir las carencias y escaseces de toda índole que arrastrábamos, sino para el mero hecho de cómo se vivía en los pueblos el tema de los noviazgos, seguro que quizá a más de uno de vosotros también os vendría al recuerdo la primera vez que le dísteis el primer beso a la novia, o que fuisteis besadas por el novio, porque ya se guardaría una mujer de ser la primera que se lanzara a semejante osadía de dar un beso a su novio, cuestión ésta, y lo digo por propia experiencia, que, ni aún después de llevar algunos años de noviazgo se daba semejante situación. 

Pero, ¿y porqué recuerdo precisamente que lo fue en este día de tal año? Pues ahí va el relato, aunque procuraré hacerlo lo mas escueto posible, evitando con ello que si después de la poca "chicha" que tiene el asunto, además lo hago largo y enrevesado, vaya tostón que supondría el aguantar su lectura hasta el final. Pues el mencionado día, yo me encontraba en la finca de La Calera, como no, trabajando en la molina, o almazara como era su nombre verdadero. La faena de la recolección de la aceituna  se hallaba en pleno apogeo, en la que tomábamos parte entre las diversas faenas, unas 150 personas, la mayoría jóvenes, y muchas solteras y solteros. Yo hacía cerca de un mes que había formalizado el noviazgo, quizá no de una forma a la usanza, sino tras roto el que sostenía la que ya era mi novia. La finca de la Calera pertenece al término municipal de Obejo, en cuya localidad se celebraba San Antón con toda solemnidad, y el arrendatario de la finca, dio a todos los trabajadores libertad de no trabajar aquel día y marchar a celebrarlo a la mencionada localidad, distante unos seis o siete kilómetros. En aquellos tiempos, os lo hago saber, jamás se besaba a una novia delante de nadie, pero digo nadie y es nadie,y solo en la mas rigurosa intimidad, por tanto no hay que decir que pese a los días que yo llevaba siendo novio, no se me presentó esa oportunidad, y "atrochando" en el relato,  y que a decir verdad, la inmensa mayoría de los trabajadores fuímos a celebrar el Santo, aunque puntualizando, que aquel día como no se trabajaba, no cobramos jornal, los que teníamos novia estuvimos adrede retrasando la vuelta al cortijo hasta que comenzó a anochecer,  y claro en plena oscuridad, carretera adelante, con solo separarte unos metros de otra pareja te daba la oportunidad, de en mi caso poder dar el primer beso a mi novia, y que por añadidura era el primero que daba, ya que novia, lo que se dice novia, aquella era la primera, y ya llegada la ocasión, la verdad es que no fue uno solo.

En muchas ocasiones, sobre todo hace algunos años, cuando contemplaba la forma y modo en que hoy se llevan a  efecto los noviazgos, aparte de lo que no se ve, pero que a las claras queda patente lo que sucede, para mis adentros me pregunto: ¿Pero de qué tiempos vengo? Pero es que en la misma proporción en que actualmente se comportan las parejas, se da en muchísimos, o para mejor decir en todos, los aspectos del devenir en la vida. Aquellas miserias de todo orden, careciendo de todo, excepción hecha, y desde luego con escasez, de lo suficiente para la propia supervivencia, aquellos viejos, o para que parezca otra cosa, personas mayores careciendo de toda clase de recursos, que teniendo que estar un mes en casa de cada uno de sus hijos e hijas, compartiendo la propia miseria, también me doy la respuesta a ese interrogante que me hacía anteriormente, pero afortunado soy, al estar pasando desde ya mucho antes de ser "persona mayor", y así lo sigo por una forma y modo de vida como nunca hubiere entonces podido imaginar, y como muchísimas veces lo he pensado, ojalá, y sobre todo mi padre, hubiera podido gozar de lo que yo lo estoy, ya que mi madre que estuvo más de treinta y cinco años viuda, sus últimos años los pasó como en su niñez, juventud y hasta bien metida en años no lo había hecho. 

Si al principio de esta entrada pudiera colocar un dispositivo para que nadie pudiera perder el tiempo leyendo esta entrada, así lo haría, y con ello evitar el tostón, pero ya que ello no puedo hacerlo, si os pido perdón por el rollo que dejo atrás. En la próxima, procuraré de que cuando menos lo sea un poco mas amena.

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