Como suelen comenzar algunos historiadores, yo diría que corría el año de 1947. Por consiguiente me encontraba realizando el servicio militar y destinado como mecanógrafo en la Capitanía General de la II Región Militar, Plaza de España, en Sevilla. Entre otros compañeros, había uno llamado Manuel Arroyo Clares, natural y vecino de dicha Ciudad, a quien yo le hacía todos los servicios de escribiente de Guardia, que nos tocaba un par de veces al mes. El turno de festivos seguía una rotación diferente al de días laborables. Mis honorarios eran los dos "chuscos" diarios, las "sobras" que se denominaban al sueldo de 0`50 pesetas diarias, y las raciones de tabaco que nos daban cada quince días. El día del Corpus de aquel año, le tocó el turno a mi amigo Arroyo y por consiguiente, yo todo el día de escribiente de Guardia en la oficina, que el único inconveniente que tenía era el de no poder salir a la calle durante veinticuatro horas.
El día anterior a la festividad y aunque sabía que no hacía falta, me recordó que le tocaba a él el servicio, agregándome que le gustaría tener un detalle especial hacia mí. Sin dejarlo terminar le contesté que quería hacerme unas fotografías vestido de militar y que pagándolas él, estaba solucionado su ofrecimiento.
Los que por imperativo de la obligación o conmiseración habéis comenzado la lectura de esta nueva entrada, os estaréis preguntando: "Pero bueno, ¿a qué viene todo este rollo?" La verdad es que la cuestión no es que tenga la mayor importancia, pero esperar a que termine y entonces tal vez hallaréis en ello la causa por la cual me ha venido al pensamiento esta fecha.
Sigamos con las historia de la fotografía. La tarde siguiente al Corpus me dirigí a una casa de fotografías denominada "SERVA", sita en calle Amor de Dios número 40 de la capital hispalense. Este dato lo señalo porque consta en un sello colocado al dorso de la foto, y aunque parezca que guarde relación el nombre de la calle, con el servicio prestado en tan señalado día, todo fue casual. En fin me hice 6 fotografías y sin que recuerde el importe, me fue abonado como me prometió, por Manolo Arroyo.
Y aquí viene quizá el único motivo de que recuerde toda esta historia. El destino que dí a las seis fotografías, no lo recuerdo, solo sé que una se la envié a una joven de mi pueblo, que en diversas ocasiones me he referido a ella, y sin que en realidad fuera todavía novia, pero tampoco dejaba de serlo, como varéis un verdadero laberinto. La dedicatoria, si recuerdo se la hice como si fuéramos novios y al final de mi nombre, 26-6-47, Sevilla. El 31 de diciembre de aquel año, 1947, de lo cual también lo he referido en este blog, se rompía aquel noviazgo o lo que hubiera sido.
Como era lo natural en aquellas fechas, roto el noviazgo lo primero que se procedía era a la devolución de las fotografías que uno tuviere del otro. Yo no tenía ninguna de ella. Como al día siguiente de nuestra ruptura yo marchaba para Sevilla para incorporarme a mi destino, cuatro o cinco días después recibía de mi "exnovia" un sobre en cuyo interior solo venía la foto que seis meses antes le había dedicado. Con unas tijeras o algo similar, había sido raspada y borrada la dedicatoria, de toda la cual solo podía, y aun puede todavía leerse, mi nombre, la rúbrica y 26-6-47, Sevilla.
Como lo que quedó de aquella dedicatoria. cuando recibí devuelta la fotografía me causó cierto impacto ese detalle, es solamente la causa de que aún hoy me viniera a la memoria tal circunstancia.
¡Ah!, y aunque pueda parecer pretencioso, una copia de aquella fotografía, estuvo expuesta entre otras, en el escaparate de la casa fotográfica por lo menos quince meses después, o sea cuando yo me licencie en septiembre de 1948, aún seguía allí.
Y añadiré, para a ver si así consigo darle un poco de lustre a esta entrada, otra pequeña anécdota, si no relacionada con la fotografía, si con el que pagó la misma.
Mi amigo Manolo Arroyo, su familia, tenía una tienda de tejidos, bastante importante. Yo solamente fui a su vivienda particular, que estaba en un piso encima de la tienda, con motivo de una retransmisión por radio de una final de copa jugada por el Sevilla, no se si antes o después de la historia de la fotografía, pero no fue el partido de copa, que creo recordar la gano el Sevilla, lo que realmente me impactó a mí, si no la contemplación de una hermana de mi amigo y dos o tres años mas joven que él, que era lo que se dice un verdadero monumento de mujer. El conocer a su hermana sirvió en que no pocas ocasiones le gastara yo la broma, de la diferencia en que sus padres pusieron al engendrar al uno y a la otra, por que la verdad sea dicha, mi amigo, físicamente no es que hubiere sido muy agraciado al venir al mundo. Él se lo tomaba a guasa y era el primero que solía reírse de su físico, aunque tampoco es que asustara el verlo, pero el contraste con su hermana era abismal.
Y aprovechando esta entrada, quiero indicar a Carmen, si también se digna entrar en ésta, que por favor lea también un comentario hecho a renglón seguido del suyo hecho con motivo de la del día del Corpus, y verá corroborado cuanto yo le dije.
Espero que la próxima tenga mayor fundamento de ser traída a mis recuerdos que la presente. Vale.
El día anterior a la festividad y aunque sabía que no hacía falta, me recordó que le tocaba a él el servicio, agregándome que le gustaría tener un detalle especial hacia mí. Sin dejarlo terminar le contesté que quería hacerme unas fotografías vestido de militar y que pagándolas él, estaba solucionado su ofrecimiento.
Los que por imperativo de la obligación o conmiseración habéis comenzado la lectura de esta nueva entrada, os estaréis preguntando: "Pero bueno, ¿a qué viene todo este rollo?" La verdad es que la cuestión no es que tenga la mayor importancia, pero esperar a que termine y entonces tal vez hallaréis en ello la causa por la cual me ha venido al pensamiento esta fecha.
Sigamos con las historia de la fotografía. La tarde siguiente al Corpus me dirigí a una casa de fotografías denominada "SERVA", sita en calle Amor de Dios número 40 de la capital hispalense. Este dato lo señalo porque consta en un sello colocado al dorso de la foto, y aunque parezca que guarde relación el nombre de la calle, con el servicio prestado en tan señalado día, todo fue casual. En fin me hice 6 fotografías y sin que recuerde el importe, me fue abonado como me prometió, por Manolo Arroyo.
Y aquí viene quizá el único motivo de que recuerde toda esta historia. El destino que dí a las seis fotografías, no lo recuerdo, solo sé que una se la envié a una joven de mi pueblo, que en diversas ocasiones me he referido a ella, y sin que en realidad fuera todavía novia, pero tampoco dejaba de serlo, como varéis un verdadero laberinto. La dedicatoria, si recuerdo se la hice como si fuéramos novios y al final de mi nombre, 26-6-47, Sevilla. El 31 de diciembre de aquel año, 1947, de lo cual también lo he referido en este blog, se rompía aquel noviazgo o lo que hubiera sido.
Como era lo natural en aquellas fechas, roto el noviazgo lo primero que se procedía era a la devolución de las fotografías que uno tuviere del otro. Yo no tenía ninguna de ella. Como al día siguiente de nuestra ruptura yo marchaba para Sevilla para incorporarme a mi destino, cuatro o cinco días después recibía de mi "exnovia" un sobre en cuyo interior solo venía la foto que seis meses antes le había dedicado. Con unas tijeras o algo similar, había sido raspada y borrada la dedicatoria, de toda la cual solo podía, y aun puede todavía leerse, mi nombre, la rúbrica y 26-6-47, Sevilla.
Como lo que quedó de aquella dedicatoria. cuando recibí devuelta la fotografía me causó cierto impacto ese detalle, es solamente la causa de que aún hoy me viniera a la memoria tal circunstancia.
¡Ah!, y aunque pueda parecer pretencioso, una copia de aquella fotografía, estuvo expuesta entre otras, en el escaparate de la casa fotográfica por lo menos quince meses después, o sea cuando yo me licencie en septiembre de 1948, aún seguía allí.
Y añadiré, para a ver si así consigo darle un poco de lustre a esta entrada, otra pequeña anécdota, si no relacionada con la fotografía, si con el que pagó la misma.
Mi amigo Manolo Arroyo, su familia, tenía una tienda de tejidos, bastante importante. Yo solamente fui a su vivienda particular, que estaba en un piso encima de la tienda, con motivo de una retransmisión por radio de una final de copa jugada por el Sevilla, no se si antes o después de la historia de la fotografía, pero no fue el partido de copa, que creo recordar la gano el Sevilla, lo que realmente me impactó a mí, si no la contemplación de una hermana de mi amigo y dos o tres años mas joven que él, que era lo que se dice un verdadero monumento de mujer. El conocer a su hermana sirvió en que no pocas ocasiones le gastara yo la broma, de la diferencia en que sus padres pusieron al engendrar al uno y a la otra, por que la verdad sea dicha, mi amigo, físicamente no es que hubiere sido muy agraciado al venir al mundo. Él se lo tomaba a guasa y era el primero que solía reírse de su físico, aunque tampoco es que asustara el verlo, pero el contraste con su hermana era abismal.
Y aprovechando esta entrada, quiero indicar a Carmen, si también se digna entrar en ésta, que por favor lea también un comentario hecho a renglón seguido del suyo hecho con motivo de la del día del Corpus, y verá corroborado cuanto yo le dije.
Espero que la próxima tenga mayor fundamento de ser traída a mis recuerdos que la presente. Vale.
3 comentarios:
27-6-1947 Justo el dia siguiente de hacerte tu la fotografía, nació en Málaga una bonita niña (eso decían mis padres) la primera de un joven matrimonio, le pusieron de nombre Mª del Carmen como la abuela paterna y es la que en estos momentos escribe ¡ unos poquillos de años después ! si, es mi cumple, y aunque voy a celebrarlo con mis hijos, para mi nunca será igual que en 2005, cuando cumplí 58 y tenía mi familia COMPLETA, yo creia que eso iba a ser así toda la vida, El me llevaba ocho años y tenía tanta vida y energía que ni en mis peores sueños hubiese imaginado lo que me tenía guardado la vida, bueno no quiero ponerme triste, pero que ya nada es ni volverá a ser igual y tu lo entenderás perfectamente, pues solo quien lo ha pasado lo sabe. Dale las gracias de mi parte a Carlos-Boquerón por su acogida y un saludo hoy para los dos: Carmen
Carmen, FELIZ CUMPLEAÑOS.
El celebrarlo en compañía de tus hijos, doble motivo de fiesta, y que Dios te permita hacerlo como tu dices, muchííiííísimos años más
Con respecto a mi entrada aobre aquella forografía, que voy a procurar la coloquen encabezando la entrada,fíjate, tu aún no habias nacido y yo ya andaba por el mundo enviando fotografías a una novia. Pero aquí estoy.
Saludos.
Muchas gracias por tu felicitación, espero que sean más, pero en su justa medida, tampoco demasiados ja ja. La fotografía es genial, no me extraña que la pusieran en el escaparate, refleja claramente la ilusión en la mirada de quien tiene toda la vida por delante, que bien que te la devolvieran, así tienes ese "recuerdo", que gracia se devolvian las fotos y los regalos y se cortaba la relación, hoy son más "civilizados" y siguen siendo amigos e incluso salen juntos de vez en cuando ja ja, otra de las cosas que han cambiado en la vida. Un saludo: Carmen
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