Ayer se celebró una comida entre párvulos. Fue entre dos antiguos compañeros y amigos míos y yo. Este trío sumaba la cifra de 254 años. El más joven hace mas de tres años que llegó a ser octogenario.
Bueno bromas aparte y como digo, celebramos ayer otra de las comidas que de vez en vez solemos hacer. La sobremesa duró tres horas y media y el discurrir de la misma creo que no hace falta decir como transcurrió. Durante el tiempo que permanecimos en activo, los tres estuvimos en el mismo o próximos destinos.
Hoy al no traer a la memoria alguna efemérides que llevar a estas páginas, lo hago con este acontecer para resaltar algunas de las cuestiones que pienso yo merecen la pena hacerlo.
Aunque pueda parecer extraño a estas alturas de como se desenvuelve la vida actual, en esa larga y distendida sobremesa, dedicamos un espacio no despreciable recordando a los que fueron también compañeros de "fatigas" y que ya hace más o menos años que abandonaron esta vida. Recordando en estos momentos como era ese traer al recuerdo de aquellos que nos dejaron, si no acudiendo a nuestros ojos algunas lágrimas, si se notaba en nuestro estado de ánimo, el afecto y consideración que nos unió a ellos durante el tiempo que estuvimos juntos. Estas divagaciones me llevan asimismo a pensar, y que tal vez fuere como consecuencia de las adversidades que había que afrontar, que en "nuestro tiempo", existía un más leal y estrecho compañerismo entre los componentes del Cuerpo que lo es en la actualidad. Si en ello estoy equivocado, sabed perdonarme los que estáis en activo, y que a lo mejor ello pueda ser también, a que el paso de los años enmaraña la perspectiva de cuanto sucedía.
Abreviando y en resumen, lo que sin duda los jóvenes que hubiereis estado percibiendo el contenido de nuestras conversaciones, sin darle mayor trascendencia hubierais tachado de las clásicas "batallitas del abuelo", a nosotros, en esa intimidad, de quienes el peso de los años estuvimos más de tres horas sintiéndonos, aunque fuera por unos momentos, aliviados de lo oneroso que resulta el paso del tiempo, nos lleva al regodeo de lo que con cierta nostalgia, sabemos que nunca volverá a ser todo como entonces lo fue.
Como se dice que los viejos somos como los niños, los que tengáis la osadía de pasar vuestra vista sobre esta nueva entrada, haced con nosotros lo que suele hacerse con ellos, perdonarlos o cuando menos no tener en mayor consideración estos devaneos.
Hasta la próxima.
1 comentario:
¡Me alegro de que lo pasarais tan bien!. Creo que tienes razón con lo de la camaradería que existia en el Cuerpo, ya nada es como era, un Cuartel era como una familia y eso ya no existe, pero en todos los ámbitos pasa igual, yo era Funcionaria y cuando dependiamos de Madrid, eramos una piña, cuando nos transfirieron a la Junta, todo cambio y vinieron la gente con muchos derechos y pocas leyes, se politizó todo y fué una pena, yo tambien me reuno con compañeras y hablamos de todo eso, así que ya ves que eso es muy normal, que no es cosa de "viejos" ja ja, aunque a lo mejor pasando de los 60 ya todos lo somos. Un saludito nostálgico: Carmen
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