martes, 4 de octubre de 2016

Tributos por ir cumpliendo años



Hoy festividad de San Francisco de Asís, al felicitar a un antiguo y viejo compañero, con motivo de su onomástica, se me han venido al pensamiento los tributos que han de irse pagando, especialmente cuando se acumulan los años como a mi me viene sucediendo.

Este compañero en el momento en el que ha recibido mi llamada telefónica para felicitarlo esta mañana, se hallaba dando un paseo fuera de su domicilio, pero acompañado de una mujer que le han puesto sus hijos para que le ayude en tal menester.

Hoy también se cumplen 12 años, del fallecimiento de uno de mis buenos amigos y que también tenía por nombre Francisco, así que fallecía precisamente el día de su santo.

Hace algunos años, y con una diferencia de cuatro o cinco, fallecieron dos antiguos compañeros, con los que después de quedarme viudo, salía con ellos con relativa frecuencia para comer juntos y a la vez, como es preceptivo en los "mayores" , contar nuestras batallitas.

Fallecidos estos dos últimos citados, lo hacía también, con el que hoy he felicitado y que como quiera que hace un par de meses tuvo un desfallecimiento en plena calle cuando caminaba solo, ya solo le permite su estado físico el de dar algún paseo en las proximidades de su domicilio, pero como indicaba anteriormente, ayudado por esa mujer que se le ha asignado.

Ahora por tanto, carezco de antiguos y viejos compañeros o amigos, con los que de vez en cuando poder "celebrar", que eso era para nosotros cada vez que nos juntábamos para comer.

Estos relatos que termino de citar, me han señalado el tributo, que sobre todo con la pérdida de seres queridos, amigos, compañeros de profesión, y un largo etcétera, hay que pagar por esta larga supervivencia de la que yo llevo acumulada, y no es que la deteste, pero como indico, no sale totalmente gratis.

Ello me recuerda, el que la misma vida, es ese viaje que iniciamos desde el momento en que venimos a este mundo, utilizando ese medio de locomoción que es el tiempo, cuyos coches son los días, meses, años y décadas, que sin que uno nada pueda hacer por detenerlos, van atravesando estaciones, que son las vicisitudes de cada cual, y a cada uno se le va agotando el billete que le fue asignado, aunque sin que él, o ella, hiciera nada para señalar el recorrido que debiera hacer, y así en cada una de esas estaciones han de bajarse, y si cuando se inició el viaje, lo haces completamente rodeado de seres conocidos, amigos y familiares, solo te van quedando, aunque por fortuna, esos que tomaron el vehículo incluso bastantes años después de que uno lo hiciera, y ellos conforman ese báculo necesario para poder apoyarte en el largo caminar, y que sin él, llega ese momento de no poder continuar el viaje, hasta que el trayecto estipulado en tu boleto, totalmente desconocido para uno, termina agotándose, te ayudan a apearte del convoy, allí te quedas por eso que hemos dado en llamarle ETERNIDAD, mientras ellos continúan su viaje hasta que también les ha llegado la estación de su destino.

Puede que quien lea esta entrada, piense que se me ha caído el ánimo por los suelos, pero no, todo lo contrario, si no que cumplidas las normas que nos son inoculadas para cumplirlas con los que se van quedando en el camino, aunque lo esencial y principal, son las que deben llevarse a efecto mientras juntos vamos caminando, y aunque nunca, nunca, nunca, dejaran de permanecer en nuestro recuerdo, hemos de procurar continuar el trayecto que nos quede con la mayor de las dichas, que serán mayores, cuanto más procures y cooperes para  que lo sean tus acompañantes.

Hasta la próxima entrada, que pueda ser más alegre que ésta.

1 comentario:

Carmen dijo...

Es verdad Rafael, debe ser muy triste quedarse para el último, pero también irse el primero.... No se sabe lo que es peor, si yo pudiera elegir querría ser de los de en medio y por supuesto antes de ver la de alguien muy muy querido, aunque me temo que en estos temas no se puede elegir y que siempre que sea siguiendo el curso de la naturaleza, es soportable, me refiero a sin salto generacional. Ozu, es verdad que esta entrada es mu triste, hasta la próxima y escribe sobre algo que nos saque una sonrisa Sr. Galán ..... Ji ji ji. Bss.