domingo, 2 de agosto de 2015

El paso de los días y sus circunstancias

Reloj de flores, Parque García Sanabria, Santa Cruz de Tenerife


Metidos en Agosto estamos ya. Nuevamente otra vez he tenido necesidad de pasar por el quirófano a fin de serme estirpado un minúsculo tumor en la nariz, que espero no sea muy malo del todo.

El paso de los días cuando a estas alturas de la vida se llega, no deja de aportarnos de vez en vez alguna que otra contrariedad, aunque también, y por lo que a mí respecta, otras dignas de celebración.

Tantas son las que llevo sobre mis espaldas, por suerte muchísimas más las bienaventuranzas, que las que lo han sido como esta última, que no pocas veces me he preguntado: "y cuando yo ya no esté aquí, ¿dónde pasarán todas estas circunstancias?" Todo esto que ha ido conformando mi devenir por la vida, y solo lo que a mi persona exclusivamente se refiere, será recordado alguna que otra vez, primero con relativa frecuencia, por mi entorno familiar mas próximo, y esa frecuencia se irá espaciando poco a poco en el tiempo, hasta que finalmente será llevada al recuerdo por última vez, sin duda por alguno de mis descendientes, y ahí termina todo, lo que para mi haya supuesto, y que así lo ha sido, un disfrute total de mi venida a este mundo.

Pocas son las personas que huella de su vida dejan por tiempo indefinido, debido a que su aportación al mundo, contribuyó en algún modo a ser recordados por el bien que ello supuso a la humanidad, aunque otros lo fueron, y seguirán siéndolo, por su villanía tan abyecta, que ni el paso de las generaciones puedan perdonarle su proceder. Pero,  y la inmensa mayoría de los seres humanos, que en nada tuvimos la desgracia de poder aportar algo digno a esa humanidad, ni tan poco la suerte de no compararnos con lo de los segundos, que dejaron su impronta mas de salvajismo impropio de un ser humano,   ¿donde reposará el recuerdo de nuestras vivencias.? Sin duda quedaran sepultadas, en ese inmenso archivo de la vida que se llama olvido.

¿Y para eso tantos engreídos en su paso por este mundo creyéronse el ombligo del mundo? Pues sí. Aunque al mundo llegamos todos con las mismas posibilidades, unos, por distintos motivos y circunstancias, comenzando por el seno de la familia en que tuvimos la dicha de venir, se nos fue indicando la senda a seguir, y a la vez puliendo el talante necesario para ello, siendo así que nuestro sendero, ha estado en su mayoría jalonado de esa bienaventuranza de la que otros carecieron, bien por méritos propios, o por no haber sido agraciados con quienes tuvieron el deber del bien conducirlos.


Relojes blandos de Dalí

Creo que he comenzado por recordar que el pasado día 30 de julio tuve la necesidad de pasar otra vez por el quirófano, y me he metido en un "jardin", como suele decirse, en donde ni capacidad, ni preparación para ello tengo, si no ello correspondería a otras personas que con base para ello estén capacitados, pero a veces el sentimiento comienza a caminar por una triste vereda o camino de cabras como se les conoce al que transitado por esos animales han dejado su huella en el campo, y poco a poco comenzamos a desviarnos del mismo, y terminamos, como a mi me ha pasado, por una autopista que para recorrerla carezco de vehículo apropiado, y solo lo hago, con mi humilde y lento caminar paso a paso, como es lo máximo que un nonagenario puede verificarlo. Si con ello parezca que lo ha sido tal vez con una intención presuntuosa, pido perdón por ello, pero puedo jurar que lo ha sido solo por haberme imbuido en el sentir al mirar hacía atrás, y luego al girar mi vista al frente. me he topado con ese discernimiento, que se me ha venido a mente. Pero sea como fuere, escrito ha quedado y de ello me responsabilizo, y doy mi palabra, que si en algo he pecado, mas lo ha sido por ignorancia que por soberbia.

Vamos a dejar por hoy esta entrada, no vaya a ser que siga metiendo la pata "hasta el corbejón", como es lo máximo que puede meterse, y en la próxima a ver si mis sentimientos me llevan por sendero más humilde y  por donde a mi me corresponde caminar.

Hasta la próxima.


El Pensador de Rodin

2 comentarios:

Carmen dijo...

Anda que tocarte tu "preciosa nariz" tu como has consentio eso, quillooooo? Si tu sabias que una vez te quisieron quitar tu lunar y no lo consentiste! Uy! Uy! Creo que estas muy mal últimamente dejándote llevar por donde tu no quieres!, anda y no presumas que lo que te han hecho es como la picadura de un mosquito, bueno.... Un poquillo más, pero tampoco mucho, eso no va a ser naaaa y no te pongas tan melancólico que tu vas a durar más que un traje de pana y lis que te sobrevivan ten en cuenta que te echarán mucho de menos, aunque sea por lo que gustan tus "Recuerdos". Hasta la próxima, que espero que estés un poquillo más optimista que hoy. Bss

Daniel Torres dijo...

¿Optimista tú, Rafael? ¡Pues claro! ¡Si el optimismo lo llevas de serie! Ya sabes que a la pregunta de si es optimista, una persona optimista es la que responde: "qué va, solo soy un realista bien informado". Pues esa es tu respuesta. Solo así se puede tener la sabiduría y la intuición de escribir lo que tú escribes, que es como decir sentir como tú sientes, y ver la vida como tú la ves. Todos nosotros -todos- dejamos huella en el mundo. Y cuando ya no estamos, esa huella permanece: primero de forma consciente y luego, poco a poco, cada vez más, de forma inconsciente. Y esa, la inconsciente, ya no se va nunca. Por eso es tan importante cada cosa que pensamos, cómo actuamos y quién somos, en cada detalle, por pequeño que parezca. Es infinitamente importante. Ahora, que si hay una cosa importante, importante de verdad, es leer lo que tú escribes. Eso es fundamental. Eres como el RedBull de las letras: leerte revitaliza cuerpo y mente. Y que sea así mucho, mucho tiempo. O mejor todavía: eternamente.