viernes, 25 de mayo de 2012

25 de mayo cuarenta años después


Tal día como hoy pero de 1972, se produjo uno de los principales acontecimientos que jalonaron mi vida profesional como Guardia Civil. Aunque de ello ya he escrito en este blog más de una vez, por hoy me limitaré solo a referir a grandes rasgos el caso de que se trata. No por el hecho en sí, si no por la popularidad del personaje al que voy a referirme, como cito anteriormente, fue uno de los que  marcan un hito en el discurrir de la vida.

Aquel 25 de mayo de 1972, del que si no recuerdo mal se celebraba la festividad religiosa de la Ascensión del Señor, que se decía, era uno de los jueves que relumbran más que el sol, junto a los otros dos que eran el Jueves Santo y el Corpus Christi, o Día del Señor. Dejémonos pues de mas disquisiciones y vamos al grano. 

Ese día un Guardia que estaba conmigo en el Servicio de Información aquí en la Comandancia de Málaga, cuando yo era Sargento, estuvo empujando un coche que se había quedado atascado en el río Campanillas cerca de la Estación de Cártama. Como quiera que el propio conductor del automóvil, como el resto de familiares que le acompañaban le causó cierta sospecha, memorizó la matrícula del coche, y que por cierto dio dos viajes, ya que eran bastantes los familiares que estaban en aquel  lugar, y que por la dirección que tomó al salir, como por el tiempo invertido en el primer viaje. dedujo, y no se equivocó que, se había trasladado hasta esta ciudad de Málaga.

En las primeras horas de la mañana siguiente me comentó el caso y gestiones practicadas seguidamente, nos dieron como  resultado de que la matrícula que ostentaba el vehículo, un Seat 124, al que había ayudado a salir del atasco, era falsa, la cual correspondía a una furgoneta de reparto del Diario Sur de Málaga, y lo que ponía de manifiesta que el referido Seat, era un coche que había sido robado. Continuando las pesquisas y consultando fotografías que como es pertinente teníamos en varios álbumes, llegamos a la conclusión de que el conductor del tan referido vehículo, no era nada menos que Eleuterio Sánchez, conocido popularmente como "El Lute". Los jóvenes de hoy os preguntaréis: "Bueno, pero ¿y qué?", pero aquellos que tengan más de cincuenta años recordarán de que a la sazón era el personaje mas popular y buscado en España. El proceso de esta cuestión terminó dos meses después con la localización de todos sus familiares, principalmente dos hijos del mismo, y que por mí precisamente, le fueron entregados a su propia madre, y cuyo relato sería bastante largo de contar, y que no ha sido esta la causa de mi entrada hoy en el blog, sino la extrañeza de lo rápido que pasa el tiempo.

Y a eso voy. Miro hacía atrás y me pregunto: ¿pero es posible que de aquello hayan pasado CUARENTA AÑOS? Pues sí, así es. ¡Qué lentos pasaban los años cuando yo era niño, adolescente e incluso en la primera juventud, cuando uno pensaba en lo que estaría por llegar y como y cuando llegaría! Si me hubiera sido posible, sin duda hubiera estado empujando al paso de los días y así que los años dejaran de marcar aquella lenta pausa con el que discurrían. Ahora, y desde hace ya bastantes, muchos, años, si ello me fuera posible, me engancharía al Sol, o para mejor decir a la Tierra, y tanto en sus movimientos de rotación como en el de traslación, la estaría sujetando hasta que un día, o sea veinticuatro horas, fuera siquiera el equivalente a lo que hoy se cumple un decenio, y así cada diez años yo, y seguro todos los mayores de sesenta, de setenta y no digamos los mayores de ochenta, como a mí me pasa, estaríamos permanentemente asidos a la tierra para que tomara con calma su caminar. Pero, vanos deseos, hay que resignarse y aceptar el paso del tiempo como siempre ha sido y cuando menos, lo que nos reste que caminar por estos andurriales, yo, y quizá siendo un poco egoísta, me mantenga cuando menos como en la actualidad me hallo que siendo así no me importa el seguir cumpliendo los que por hacer me queden.

Así, un pequeño consejo a los adolescentes y jóvenes, no tengáis deseos que pasen rápidos los años, que cuando menos lo penséis, al volver la vista atrás, os sorprenderá como a mi me pasa y suele oirse con relativa frecuencia eso de "¡Cómo pasan los años!".

Hasta la próxima entrada.

1 comentario:

Carmen dijo...

Es verdad lo que dices, hay que ver lo que duraba antes un año, y ahora.... antes de que lo pienses ya te ha caido otro, creo que es muy sensato lo que le aconsejas a los jovenes, pero me temo que les pasará como a nosotros cuando teniamos su edad ¿no te parecia que te decían una tontería y que eso no iba contigo?, cuando te llega es cuando lo comprendes y dices; ¡mecachis, como han pasado los años! que por cierto es una canción preciosa de Rocío Durcal ji ji. Saluditos: Carmen