sábado, 17 de marzo de 2012

Día de quintos



Nada menos que sesenta y seis años se cumplen hoy. Pues sí, el día 17 de marzo de 1946, se celebraba en la Caja de Recluta de Córdoba el sorteo de mi Reemplazo, o quinta como entonces solíamos llamarlo y por tanto yo estaba incluido en aquel bombo. De los dieciocho o diecinueve que creo componíamos el total de quintos, seis fuimos destinados a Sevilla. Uno fue destinado a Intendencia; otro a Ingenieros; otro a Infantería: otro a Automovilismo y dos fuimos destinados al Regimiento de Artillería ligera número 14 de guarnición en la referida capital andaluza. Uno de estos dos últimos era yo. Bueno pues de esos seis que nos destinaron a Sevilla, cinco se marcharon ya de este mundo, y solo yo ando aún por estos andurriales.

Desde hacía muchos años antes de la fecha y año indicados y después también muchísimos, a lo largo del año los "quintos" de la suya respectiva, solían celebrar por todo lo alto, aunque por "todo lo alto", se entienda darse una buena comilona regada con otra buena cantidad de litros de vino. Esas fechas eran: el día de la talla y afiliación de los "mozos"; el día del sorteo, que en este caso es la causa de la entrada hoy en el blog, y la otra, que solía ser unos veinte días después, uno o dos días antes de la incorporación en principio a la Caja de Recluta y desde allí el destino a Cuerpo o Arma respectiva.

Principalmenete en los pueblos, los días de " Quintos" solían considerarse como de una festividad muy especial y para los propios mozos del Reemplazo, como oficialmente se les denominaba, marcaban un hito en la propia vida de los mismos, dado a que en la inmensa mayoría de los casos, era la primera salida del pueblo que verificaban muchos de ellos y durante el resto de sus días, solían tener como punto de referencia para determinar lo que fue su devenir por esta vida, el que acaeciera o se llevara a efecto, antes, durante o después de "irse a la mili".

La quinta del 46, o sea la mía, creo marcamos un hito en las referidas celebraciones, ya que la última de ellas, o sea la de antes de incorporarnos, la celebramos, durante varios días seguidos, y particularmente tres de los componentes, uno llamado Arsenio Jiménez Galán, otro mi entrañable y querido amigo, Alfonso Pérez Plazuelo y el otro, yo, que entonces no era "el abuelo de Villaharta", sino que figuraba con mi propio nombre y apellidos, que me excuso decirlo, lo estuvimos celebrando durante seis días seguidos, y cito algunos de los actos que a diario celebrábamos. Resulta que en casa del primero de los citados estaba la central de teléfonos del pueblo y a partir de las once o doce de la noche y hasta altas horas de la madrugada, empleando los instrumentos musicales que que cada uno tuvimos durante los seis días, que eran Arsenio, violín; mi amigo Alfonso, las maracas y yo una guitarra, nos dedicábamos a dar serenatas a las diferentes telefonistas de las centralitas de los pueblos limítrofes, lo que a la vez de que a ellas se las distraía y con ello se les hacían mas llevaderas las jornadas nocturnas en su servicio, para nosotros nos ayudaba a no tener que ir a dormir a nuestras casas, sino que las serenatas se enganchaban con el café y desayuno de la madrugada siguiente y la especie de pasacalles que llevábamos por las del pueblo durante el día.

Aparte de dichas celebraciones, también solían cometerse algunas gamberradillas, pero nada de peligrosas ni nada. La nuestra, fue la de coger de los balcones respectivos las macetas que tenían colocadas en los mismos, y cambiarlas por otras que lo hacíamos en casas generalmente bastante alejadas de donde trasladábamos las otras.Todo terminaba con la consabida frase" cosas de quintos" y ahí quedaba todo. A estas horas de aquel tan lejano día 17 de marzo de 1946, yo habría dicho "¡Viva Sevilla!" más de cien veces, pues por algo a mí y a cinco más nos habían destinado allí. Mira uno para atrás y por un lado parece que fue anteayer, pero por otro y se fija uno en el cambio que ha experimetado todo en esta vida, parece remontarse allá por la edad de piedra. Pero, y creo que solo tres más de todos mis quintos, ya solo caminamos por esta vida, los demás nos aguardan por allá donde esperemos tarden tiempo en recibirnos.

Hasta la próxima entrada.

4 comentarios:

Rafa dijo...

Esta es la entrada 250 de este blog...¡Madre mía!

Carmen dijo...

¡Enhorabuena por estas 250 crònicas en tu blog! y tambien por esos recuerdos tan bonitos de tus tiempos de "Quintos" creo que eso son costumbres de los pueblos, pues en muchos de ellos (más fuera de Málaga)he leido en alguna tapia ¡Vivan los quintos del 68! o del año correspondiente, aquí lo más que he oido es "este era de mi quinta" pero nada de celebraciones ni de "gamberradas" bueno mas bien gamberradillas ji ji, disfruto pensando como lo pasariais de bien y la gracia que le haría a las señoras recorrerse todo el pueblo, buscando sus macetas. Daría algo por oir esas serenatas, sobre todo el chirriar de "alguno" de los instrumentos ji ji, que pena que todo eso se perdió.... Un saludo: Carmen

El abuelo de Villaharta dijo...

Pegunto a Carmen:¿Era quizá la guitarra el instrumento que chirriaba?. Pués no, ni la guitarra ni ninguno, cuando menos el compás lo marcábamos bien, pero te veo venir por donde viene la sospecha, o sea, que el que desafinaba era yo, o no.
Aparte de eso, gracias por tu enhorabuena por las 250 entradas en el blog, y sí, lo pasábamos muy bien y piensa en que de eso hace la friolera de SESENTA Y SEIS AÑOS. Un Saludo, El abuelito de Villaharta"

Carmen dijo...

Yo no he nombrado ningún instrumento, así que si tu te das por aludido, seguro que la guitarra no se te daba muy bien ¿me equivoco? ji ji. Saluditos: Carmen