domingo, 11 de diciembre de 2011

Recuerdo al amigo


Ya soplan vientos navideños. El ambiente que se respira por la calle, las tiendas, y por cualquier parte donde haya medianamente un tránsito de personas, se percibe ese no se qué característico a lo que damos en llamar "ambiente", y siempre motivado por cualquier circunstancia o acontecimiento que se presume próximo, y en este caso concreto es la Navidad.

Estas festividades tienen de especial, el que solemos traer al recuerdo tanto y en primer lugar a los seres queridos que se nos fueron, a los que aún andan por estos mundos de Dios, los que estas cerca o junto a nosotros, y entre ellos, como no, también se encuentran los amigos.

Hoy, y por primera vez, dedico esta entrada en mi blog a un amigo del "alma." Si una de las causas de sentirse feliz en esta travesía que hacemos por la vida, se mide por las amistades que uno ha ido cosechando a través del paso de los años, yo creo he sido y lo sigo siendo, unos de los seres privilegiados que tuvieron la suerte de venir a ella. Pero, esa calificación de "amigo del alma", creo que solo debe hacerse a quienes consideramos como tales, que por cuanto ello encierra, y esto es solo una opinión personal, deben ser escasísimos a quienes los cataloguemos como tal. Yo, concretamente, clasifico así a dos de ellos.


Uno, del que creo en alguna ocasión lo he mencionado en algunas de estas entradas, llamado Francisco Fernández Campoy, que en mi pueblo, y entre la mayoría de las gentes era conocido por el apelativo de "Currito" y el que hace algunos años abandonó esta vida, al que con esta breve alusión lo traigo al recuerdo y le deseo Dios lo tenga en el lugar a que su paso por este mundo lo hizo merecedor.


El otro, del que gracias a Dios todavía se cuenta entre nosotros, quiero dedicarle expresamente esta entrada. Este, como digo, "amigo del alma", que todos los míos mas próximos sabéis de quien se trata, pero para quienes no lo sepan, les diré se llama ALFONSO PÉREZ PLAZUELO. Así, y como suele decirse a "ojos de buen cubero", nuestra amistad comenzó a fraguarse hace así como SETENTA AÑOS. Con mi amigo Alfonso, que en nuestro trato nos llamamos el uno al otro "pariente", es de esas personas a las que mas que apreciarse, se quieren. Un amigo así, como lo somos el uno del otro, es quien nunca te hace falta llamarlo, porque siempre está a tu lado. Es quien tanto se alegra de tus felicidad, como de la propia. Es quién tanto está pendiente de tus cuitas como de las suyas. Es quien tanto siente en carnes propias las adversidades tuyas, como las que a él le sucedan. Es quien nunca te preguntará para que lo quieres, si no cuenta con ello. Si a cualquiera en mi pueblo se le ocurriera, la improbable idea, más que nada por carecer de importancia, de hacer una pequeña encuesta en la que se preguntara, sobre todo a personas de mas de sesenta o setenta años, a quienes consideraría los mas amigos, de todo el pueblo, me aventuro a dar el resultado con mas del 90% de aciertos, que estos dos amigos entrañables, serían Alfonso Pérez Plazuelo-Rafael Galán Rodríguez, o Rafael Galán Rodríguez-Alfonso Pérez Plazuelo. Fueron, lo son y lo seguirán siendo hasta tanto Dios quiera, aquellos numerosísimos paseos el uno junto al otro, tratando de lo humano y lo divino, contándonos incluso esas confidencias que a solo los amigos suelen hacerse.


Este amigo, es a quien yendo yo a mi pueblo, por escaso que sea el tiempo que voy a permanecer allí, nunca regresaré sin haberlo visitado. Es de quien nunca regresaré allí, sin haberme despedido de él. Es a quien no saludaré ni despediré sin darle un abrazo y un beso. Es quien, si algún día, por decisión de Dios dejara de estar en este mundo, se llevaría consigo, miles, miles y quizá millones, del conocimiento de cuantos casos y hechos me fueron sucediendo a lo largo de toda mi existencia, y que sin reparo alguno y a sabiendas de que si con ello pudiera causarme cualquier circunstancia adversa, jamás revelaría cualquier confidencia que le hubiere sido hecha por mí.


Una de las circunstacias especiales que a través de los años venimos cumpliendo, es el que en las vísperas de estas fiestas que ahora se aproximan, las Navidades, nos dirigimos una carta, al uso de como o lo hacíamos desde hace mas de sesenta años, en que las comunicaciones solo eran posible a través de la correspondencia epistolar, y que incluso de que en periodos bastante frecuentes, ahora solemos llamarnos por teléfono, mantenemos ese rito de mandarnos nuestra cartita felicitándonos por Navidades y Año Nuevo.


Pariente dentro de unos días, te escribiré y llegará lo que te diga a través del correo postal, pero esta entrada en mi blog, va dedicada enteramente a ti "MI AMIGO DEL ALMA".


Hasta la próxima entrada.

1 comentario:

Carmen dijo...

Pues si, eres un privilegiado, eso de contar con algún "amigo del alma" no creas que es muy frecuente y tu no solo contabas con Currito sino que cuentas con Alfonso, esa amistad incondicional, para mi es de lo más bonito que hay, un amigo es la "familia elegida" la otra nos viene impuesta y gracias a Dios la nuestra es una maravilla, pero si por algo no lo fuese, tendríamos que "apechugar" con ella, sin embargo los amigos los elegimos a nuestro gusto, por eso son tan.... especiales que los consideramos "Amigos del Alma" eso es un galón tan importante que seguro seguro que tu amigo te lo agradecerá infinitamente, como en ese caso es recíproco tu tambien eres muy afortunado, así que Enhorabuena Rafael. Un Saludo: Carmen