lunes, 19 de diciembre de 2011

Cuando el recuerdo duele


Desde hace varios días se respiran aires navideños. Como creo señalaba en mi entrada anterior, son estas fechas por excelencia, las que nos traen a la memoria el recuerdo de aquellos seres que quisimos con toda nuestra alma, pero que hace algún tiempo se fueron de este mundo. Es por tanto inevitable traerlos a nosotros en esos actos u ocasiones en que damos cierto aire de celebración, pero que a su vez, tratamos de no exteriorizar nuestros sentimientos a fin de no contagiar con ello a todos nuestros circundantes, con lo que sin duda daríamos al traste al motivo por el cual hubiere sido proyectado.

Cuando los años vividos que rebasan más de lo deseado el número de ellos, y en consecuencia las sensibilidades llegan a dispararse ante cualquier adversidad, el mero hecho de guardarse para sí esos sentimientos, producen como suele decirse rebanar el alma y como apunto en el asunto de esta entrada, yo diría que, hasta duelen esos recuerdos. Quizá ese dolor que nos produce, sea el tributo, aunque yo estimo sería demasiado leve, que nos corresponda pagar a todo lo que nos aportaron esas personas y que a lo mejor fueron la principal causa por la que, nuestro discurrir por la vida fue, y lo seguirá siendo, toda esa dicha y felicidad de la que hemos venido gozando. Si el no acompañarlos en su ida, como en no pocas ocasiones nos preguntamos quizá hubiera sido nuestro deseo, el dejarnos aquí no tendría otro fin que el rendirles la pleitesía y agradecimiento que se merecieron.

Con esta entrada de hoy, quiero redimir esos momentos en lo que anteriormente cito que vienen a nuestro pensamiento sus recuerdos, para que en la ocasión en que hayamos de compartir celebración, me sea menos doloroso el dejarlo guardado solo para mí, sin añadir a los que sin duda también les sucederá lo mismo, acrecentar su dolor, y lo principal de esta entrada, sea el llevar hasta el lugar donde puedan encontrarse este recuerdo lleno del cariño que les tuve, y lo seguiré teniendo, que nunca lo será tanto como el que ellos me prodigaron.

Hasta la próxima entrada y FELICES NAVIDADES Y VENTUROSO AÑO 2012, para todos los mios, y quienes pudieran tener la deferencia de entrar en este mi blog.

1 comentario:

Carmen dijo...

Estoy totalmente de acuerdo contigo en esos sentimientos que se acrecientan en estas Fiestas y que se añoran otros tiempos mas felices, desde la niñez que pasabamos con nuestra primera Familia , a todas las demás pasadas con la Familia que nosotros habiamos creado, gracias a Dios podemos pasarlas con nuestro hijos y nietos en un ambiente de cariño total y ahí es donde debemos centrarnos. Que pases estas navidades con toda la felicidad que te deseo. Un saludo: Carmen