jueves, 7 de enero de 2010

Pasaron las fiestas


Hoy siete de enero de 2010. Han pasado las fiestas de Navidad-Reyes 2009-2010. Son las diez y media de la mañana y termina de caer un gran zarpazo de agua, aunque de una forma no tan fuerte ha estado lloviendo toda la noche. No recuerdo un temporal de agua tan continuado como el de este invierno en Málaga en los cerca de sesenta años que llevo aquí. Pero no era de esto lo que quería tratar al entrar hoy nuevamente en este blog, si no de que con las fiestas también han terminado las minivacaciones que conllevan las mencionadas festividades.

Mis hijos, incluidos los "políticos", y mis nietos, ya cada uno estará en sus ocupaciones cotidianas. Yo también. Lo mío es ir remontando pausadamente y con cautela la cuesta del tiempo. A estas alturas de la vida, dirigir la vista al horizonte venidero alcanza como máximo algunos meses e incluso el próximo fin de año le parece a uno una meta dificultosa de alcanzar. Luego, Dios dispone.

Como para un anciano, aunque a mí particularmente me cueste trabajo considerarme como tal, la mayor parte del tiempo disponible, que es todo, lo dedicamos al recuerdo de lo acontecido. Son innumerables los aconteceres que durante tan largo tiempo se han venido sucediendo. Sin ninguna duda, los mas entrañables de todos son los que tienen una relación directa con la familia. Así se van sucediendo y vienen a la memoria desde los lejanos y nebulosos recuerdos de la infancia, hasta los recientemente acontecidos. De aquéllos, solo van quedando los posos que al fin también fueron formando la propia personalidad de cada cual. De éstos, y me refiero a los que a mi personalmente se refieren, no puedo por menos que sentirme excelentemente gratificado al poder contemplar cuanto de felicidad se goza en los entornos familiares de los míos. Y digo míos, con la solemnidad de propiedad que uno se atribuye toda su descendencia directa y no es que se sea de condición posesiva, si no ese "no se qué" que se incrusta en lo mas profundo de los sentires cuando de eso tuyo se trata.

Todo lo expuesto produce tanta satisfacción, que solo levemente lo empaña el temor de que en alguno de los componentes de esos "míos", pudiera cambiarle el rumbo de su actual situación. Ése es el deseo que más pido y que su contemplación sea percibida desde donde se halle, LA QUE FUE PRINCIPAL ARTÍFICE DE LA CONSECUCIÓN DE ESTE ENTRAMADO FAMILIAR.

Se me ha ensanchado el alma al dejar constancia de los sentimientos que en estos momentos me estaban inundando todo mi ser.

Hasta la próxima entrada

1 comentario:

Rafa dijo...

Perdón al tío José Andrés: ¡alguien tenía que hacer la foto! :)