El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, en su primera acepción, la define así: "especie de talega abierta por el centro y cerrada por sus extremos, los cuales forman dos bolsas grandes y ordinariamente cuadradas, donde, repartiendo el peso para mayor comodidad, se guardan algunas cosas que han de llevarse de una parte a otra".
Pero, ¿y cámo se me ha ocurrido hoy escribir sobre las alforjas? Pués resulta que trasteando en el nuevo teléfono que me ha regalado mi hija, con el cual no acabo de aclararme, me tropecé con el ofrecimiento de viajes a no se cuántas partes del mundo.Y entonces se me vino a mente ese refrán, que ya poco se oye decir, que "para ese viaje no se precisan alforjas". Este refrán se dice cuando se realiza alguna cosa que no ha resultado muy exitoso, como lo era el ofrecimiento de los viajes para mí.
Trayendo al recuerdo las alforjas, como no, pasaron por mi mente las que de siempre hubieron en casa de mis padres, aunque no pocas veces solían permanecer colgadas en la cámara sin utilizar bastantes días, y cuyo utensilio existía en la inmensa mayoría de las casas del pueblo, y con seguridad en todas las que había o hubo, alguna caballería, bien de la especie asnal, mular o caballar.
Dicho utensilio, generalmente estaba hecho de una tela fuerte, siempre de varios y vistosos colores, y en no pocos domicilios había mas de una, una de mayor calidad y vistosidad que otra, utilizándose la una, para ir al campo, y la otra cuando se realizaba alguna excursión, bien como romería o día festivo,o como lo era en mi pueblo, y lo sigue siendo, el llamado de "la merendilla" que se iba a comer al campo el Domingo de Resurrección, aunque actualmente suele hacerse el Sábado Santo, a fin de que pueda asistir la gente del pueblo que resida fuera, o para ir de viaje a algún pueblo vecino para cualquier gestión particular o asistencia a algunos de sus festejos.
Las alforjas, eran lo más apropiado para poder llevar cualquier cosa, tanto como cuando se iba al campo, que además que en ellas se echaba la comida, luego las frutas, hortalizas u otra cosa que pudiera recolectarse o cogerse, era muy fácil de transportarlas en ellas. Entre una y otra de las bolsas, que como se apuntaba, estaban en los extremos de las mismas, había una distancia de entre setenta u ochenta centímetros la suficiente para que pudieran acoplarse sobre el aparejo de las caballerías, del cual hablé en la entrada anterior, y lo fácil que resulta ello, que no había nada mas que echar sobre el animal, cada una de las bolsas que cayeran a uno y otro lado del aparejo, y ni que preocuparte de ello tenías que hacer en todo el trayecto, dado a que por su formato, salvo que en una de las bolsas llevaras mucho mas peso que en la otra, no solían moverse ni un milímetro en todo el camino por largo que fuere. Aunque en raras ocasiones, también solían utilizarse por las personas, echándoselas sobre el hombro y cayendo las bolsas una a la espalda y la otra sobre el pecho, pero también cómodas de llevar.
Por lo menos sesenta años, o más, hace que no he visto unas alforjas, ni hablar de ellas, si no lo fue con motivo del refrán que cité anteriormente y que también perdió popularidad hace ya muchos años. Con lo habitual que era su utilización tantísimo días al cabo del año, incluso al mes, en los tiempos de mi infancia, adolescencia, e incluso juventud, y que pocas irán quedando allá en los pueblos, como en el mío, si no lo es como pieza de museo.
El paso de los años, todo lo va cambiando o renovando, claro que si yo me miro al espejo fíjamente, me daré cuenta el cambio experimentado, aunque gracias a Dios no olvidado ni abandonado a su suerte, como lo han sido las ALFORJAS.
Hasta la próxima entrada, que mira entre la anterior y ésta, hubo una gran relación, ya que sobre el aparejo casi siempre iban echadas unas alforjas.
2 comentarios:
Yo me he montado en los años 70 y princios de los 80 en las bestias con las aguaderas, donde la mayoría de las veces se introducian cestas de mimbre, con higos, uvas etc.-
Mi padre tuvo una mula torda, que la vendio en el año 2003, la última mula que había en el pueblo me refiero al casco urbano, pero no tuvo aguaderas, si un serón de esparto que lo he donado este verana para la exposiciones, no estaba en muy buenas condiciones.
Aunque yo como amante de lo antiguo, conservo una bicicleta marca BH frenos de barilla, negra con unas aguaderas metálicas.
Un Saludo
Rafael José
Yo me he montado en los años 70 y princios de los 80 en las bestias con las aguaderas, donde la mayoría de las veces se introducian cestas de mimbre, con higos, uvas etc.-
Mi padre tuvo una mula torda, que la vendio en el año 2003, la última mula que había en el pueblo me refiero al casco urbano, pero no tuvo aguaderas, si un serón de esparto que lo he donado este verana para la exposiciones, no estaba en muy buenas condiciones.
Aunque yo como amante de lo antiguo, conservo una bicicleta marca BH frenos de varilla, negra con unas aguaderas metálicas.
Un Saludo
Rafael José
Publicar un comentario