domingo, 14 de septiembre de 2014

Fin de las vacaciones veraniegas

Sobrevolando Fuerteventura, de vuelta de las vacaciones

Hoy han terminado para los míos las vacaciones veraniegas. Dentro de un rato, los últimos en disfrutarlas tomaran rumbo a sus residencias habituales. Como todos los años por estas fechas, el ánimo suele acusar la ausencia de quienes por fuerza mayor han de ausentarse, y anoche cuando asomado a la ventana de mi dormitorio decía adiós a los que se despedían, no pude evitar que algunas lágrimas se asomaran también a las ventanas de mis ojos y dedicadas a ellos, que siempre suelen el último acto de la despedida. En esos instantes, siempre se me viene al recuerdo de esos seres, de edades iguales, superiores o inferiores a la mía, a quienes no tienen la dicha de recibir ni de despedir, por que no los tienen, a los suyos, ¡qué aliciente tendrán para seguir viviendo! Yo, aunque se ausenten, tengo la dicha de tenerlos y sentir que cuando menos, donde quiera que estuvieren, ahí están, ahí los tengo con quienes a diario me comunico y donde en todo momento están pendientes a mí. En ese adiós de anoche, y pese a que siempre he sido, y lo continuo siendo, una persona positiva, pero el acumulo de años creo invita a ello, y como desde hace ya unos años me viene sucediendo, cuando los veo trasponer, me pregunto: "¿será la última vez que los vea marcharse?" No penséis que este sentimiento, pueda ser una señal de algún inicio de desánimo o depresión, no, estad seguros que mi estado de ánimo enseguida se repone y continúo teniendo las mismas ganas, deseos e ilusión de seguir viviendo y pido a Dios que mientras así me tenga, prisa ninguna tengo por abandonar esta vida a la que tan orgulloso y contento me siento de haber venido a ella, con la añadidura de todo cuanto me ha sido dado, al punto de que en esas soledades que los "mayores" solemos tener con mucha frecuencia, aunque alrededor tengamos a una o hasta muchas personas, yo mismo suelo decirme ¿es posible que tanta dicha se me haya dado y se me esté dando hasta estas alturas de mi vida? Pero metiéndome en mis sentimientos, hallo la respuesta, que no puede ser otra, de que me siento uno de los seres mas dichosos que darse puedan. Así que miro al horizonte y ahí mismo veo ya otra vez el mes de junio que es cuando me da la sensación comienza las vacaciones del verano, y volveremos, aunque como este año ha sido, a vernos a retazos, y dos de los miembros ni siquiera he tenido la suerte de tener ante mis ojos. Pero aún así, que el año que viene lo sea como éste.

Antes de esta entrada he hecho otra similar a esta, pero el ordenador me ha estado incordiando y al final todo lo que había escrito no me lo ha permitido publicar. Vamos a ver si esta lo consigo.

Hasta la próxima, si Dios lo quiere y el ordenador lo permite.

3 comentarios:

Carmen dijo...

Es triste el final de las vacaciones, pero la Navidad está como el que dice a la vuelta de la esquina y tendremos otra vez la familia reunida, que es la gran satisfacción de los padres. Cuando se van los míos me queda un vacío inexplicable, por eso entiendo perfectamente como te sientes hoy, así que fuera tristeza y ponte guapo, que en los chiringuitos todavía hay sardinitas, y las penas con pan son menos....Ji ji ji. Bss.

Unknown dijo...

"Abuelo tu vas a vivir hasta que me case" son unas palabras de las que recuerdo que te dije cuando yo sería un crío de no menos 7 años.
Y digo esto porque tu me dijistes que irías a mi boda así que muchas despedidas te faltan por ver todavía.. tu por eso no te preocupes.
Muchos besos :D

Daniel Torres dijo...

Pues como pille a tu ordenador perdiendo otra vez una sola de tus palabras, te prometo que se entera bien... ¡son demasiado preciosas como para que ninguna se quede por el camino!