jueves, 1 de mayo de 2014

Mi primera peseta

  
Sí, y como reza en el título de la entrada, digo "MI" primera peseta, porque aquel Primero de mayo de 1935, ganaba la primera peseta en mi vida, por tanto si era ganada por mí, hablo en propiedad. 

Pero vamos a salir de este batiburrillo en que creo da la sensación de que me he metido en el párrafo anterior. Resulta que el día primero de mayo del citado año, daba comienzo mi trabajo como porquero, circunstancia que tanto en mis memorias, como creo también en alguna que otra entrada en este blog ya lo he citado.

La situación económica en mi familia y cuando solo hacía tres días que yo había cumplido los diez años de edad, mis padres se veían en la tesitura de que, por el momento, abandonara la escuela y ponerme a trabajar, en la guarda de cerdos, con el ridículo emolumento de una peseta diaria. Esta ridiculez, además vista desde la perspectiva de hoy, no lo era tanto entonces, dado que el sueldo de un adulto jornalero agrícola, creo ganaba cuatro pesetas, el día que trabajaba, y aquella peseta, era el único ingreso que por el momento, y desde hacía unos meses, entraba en aquel hogar compuesto por el matrimonio y cinco hijos, del que yo era el mayor de todos, Quizá sea un tanto repetitivo en cuanto a lo de tratar de dar por buena una determinación, justificándolo que lo es obligado por mantener la supervivencia de una prole, pero quien no haya vivido una situación, tal se encontraba a la sazón, la compuesta por mis padres y sus cinco hijos, aunque yo en aquellos momentos tampoco pudiera entenderlo, no podrá núnca comprender las decisiones que en cada momento haya que tomar, y esa supervivencia, siempre estará por encima de cualquier otra circunstancia sea la que fuere.

Así, aquella mísera peseta que yo comenzaba a ganar, daba la oportunidad de que mi madre pudiera ir a cobrarla diariamente a la tienda de quien era el propietario del ganado en que yo ayudaba a su guarda, y cuando menos retirar algún que otro artículo, mucho más del que hoy pudiéramos pensar podía hacerse con una peseta, y a su vez, solicitar alguna añadidura con la promesa de abonarla tan pronto hubiere oportunidad.  

Aunque al día de hoy hayan transcurrido setenta y nueve años de aquel primero de mayo de 1935, precisamente el que ya era celebrado, al igual que hoy, como la fiesta del trabajo, recuerdo tal si lo fuera en estos momentos,  lo diligente y alegre, que cuando aún no habían asomado los primeros rayos de sol de aquel esplendoroso día de primavera, yo me dirigía para incorporarme a las órdenes de José María, abuelo de un amigo mío, que sería mi superior jerárquico en el cometido que se me asignaba. Como entonces, y a lo largo de toda mi vida así he sido, de condición y carácter alegre, recuerdo caminaba canturreando algunas de las entonces coplas de actualidad, tales como "Maricruz", "Limonero," "Rocío" y sobre todo "María de la O". Y un detalle que permanece intacto en mi recuerdo, y que reflejado está en mis memorias, y no por intrascendente que lo fuera no se me olvida, como lo fue que cuando llevaba andado aproximadamente algo más de la mitad del camino hasta alcanzar el punto donde habría de tomar mi trabajo, y sobre el tronco de una milenaria encina que se hallaba a la izquierda del camino según iba, conocida como la "Encina del Oso", y dado a que sobrado de tiempo iba, me puse a expeler el contenido de mi vejiga que iba bastante ocupada y cuya orina dirigía hacía una fila de hormigas que rápidas y diligentes caminaban tronco arriba. Baladí detalle, pero que aún haber transcurrido toda una vida, hasta me divierte hoy el traerlo al recuerdo.

No he sido persona de haber obtenido nunca grande ganancias dinerarias, pero si fuere posible el sumar desde aquella primera peseta ganada, hasta el importe de mi asignación del pasado mes de abril como jubilado, posiblemente alcanzaría una cantidad de cierta importancia. Bueno, esto es solo una ocurrencia de "hombre mayor", por no decir otra cosa.

Hasta la próxima entrada.

4 comentarios:

Luis Carballeda dijo...

Datos necesitamos datos para valorar esa peseta, aunque ya imagino que con 10 años es dificil recordarlos.
He mirado por internet y parece que esa peseta de entonces podria equivaler a 1.70€ actuales.(no es fiable)
Muy bueno lo de las hormigas.
Un Abrazo

El abuelo de Villaharta dijo...


Amigo Luís, la equivalencia de aquella peseta de 1935, no es la que te han dado por internet, con la misma podían comprarse entonces, calculo yo, aproximadamente, lo que hoy como mínimo se precisarian cuatro euros.
Un abrazo

Carmen dijo...

Yo pienso que quizás más, mínimo seis euros, ten en cuentas que en aquel tiempo una peseta era aproximadamente mil de cuando vino el euro, que para mi fue la catástrofe Nacional, por sí nos tocaron pocos cambios en todos los sentidos de la vida, el dinero también cambió. Joooo con lo bien que vivían mis
padres, todo igual de una generación para otra y sí cambiaba algo era para mejor, ya pa acabarlo de arreglar la crisis pa poné to er mundo pataparriba, de ser el trabajo un derecho ha pasado a ser un privilegio... Bueno vamos a dejarlo que me está entrando un agua levanté mu malo..... Je je. Bss..

El abuelo de Villaharta dijo...



Como podréis observar quienes entren el blog, que mi editor en esta ocasión, incluso se ha superado a todos los anteriores, al colocar la fotografía, precisamente de una peseta acuñada en el año de 1935, así que a lo mejor una compañera de esa, fue la que por primera vez yo gané. Lo felicito