domingo, 6 de abril de 2014

El primer vuelo


Ningún otro momento hay mas adecuado para pensar que la soledad. Hoy, seis de abril de 2014, en esta soledad y del silencio de un domingo en que ni siquiera las voces de los niños se escuchan jugar en la calle, y como quiera que mi mente, hoy algo molesta, que no sé de que pueda ser, aunque lo propio lo será de los años que hace de lo sucedido al que voy a referirme.

Pues sí, hoy se cumplen  68 años en que por primera vez salía de junto las faldas de mi madre. Era el primer vuelo que daba y del que ya, ella no podía estar pendiente del resultado. Salía de mi pueblo para incorporarme al ejército, o a la mili como se le decía en el argot popular. Ventiún días me faltaban para cumplir los veintiún años. Hoy, por supuesto me faltan los mismos días, pero para cumplir los ochenta y nueve.

Y me pregunto qué queda de aquel jovencito, aún barbilampiño, aunque ducho en diversas, y hasta penosas algunas, clases de trabajo? Como no, también, de una adolescencia y primera juventud , con muchas carencias y penalidades, mas  de la que hubiere deseado, pero también, queriendo penetrar con el pensamiento en la incertidumbre de lo que Dios y el destino le tuvieren guardado. De buen talante iba dispuesto para poder afrontar cuanto fuere necesario, sobre todo en lo que en encontrar una situación personal mejor de la que atrás dejaba. Y la respuesta a esa pregunta,  yo diría, que como persona, sin entrar en el estado físico del aquel entonces al hoy, que como es natural no admite comparación alguna, sí como persona, los mismos sentimientos, igual grado de sensibilidad, dejado atrás  la mayor parte del grado de timidez que hube de vencer con gran tesón, la misma entrega y comportamiento para mis deberes, aunque pocos, por no decir escasísimos son los que me quedan. Eso sí, todo lo que antaño eran incertidumbres, por lógica fueron resueltas y lo que antes era un mirar hacía aquel incierto futuro que pudiera tener reservado, hoy miro con la certeza de cuanto he ido dejando atrás  a lo largo de los años. Por más que satisfecho me doy de cuanto conseguí, principal y particularmente, la descendencia que por lógica no he de tardar en dejar atrás, como también por imperativo del paso de los años, muchos girones del alma se me han ido arrancando al tener que decir adiós a muchos seres queridos, que se nos adelantaron en el abandono de este mundo, y como no, el goce de lo plancentera de esta última etapa de mi vida, que aquí si, ni que a soñar que me hubiere echado. nunca hubiere acertado con lo placentero y querido por todo mi entorno que esta siendo, al punto de que a los míos, solo pido a Dios les conceda lo pasen como yo lo estoy haciendo.  También, como no, la experiencia que da el paso de los años y las circunstancias por las que hay que atravesar, dejan poso de sapiencia en el anciano, que quizá la propia inercia del ímpetu con que el joven se desliza en su momento, no llega a poder observar. Pero como no, lo que mas echo de menos de aquel que dentro de unos día sería recluta y después artillero, es lo lleno de vida que se encontraba, el poco sacrificio que exigía cualquier eventualidad, con lo que había que ejecutar, y ahora, pensar antes de acometer acción que exija como mínimo el siquiera caminar, aunque como en mi caso es, todo cuanto había de caminar por la vida, creo que lo tengo mas que andado. 

Hasta la próxima, y que me encuentre mejor de ánimo y de alguna que otra dolencia.

1 comentario:

Carmen dijo...

A ti no te pega eso de estar bajó de ánimo, sólo de tener una vida plena, sentirte querido por tus familiares y amigos y tener esa inteligencia y esa lucidez que Dios te ha dado, es para estar contentiiiisimo, así que arriba ese ánimo y a prepararte para ir a ver a tu hijo en su primer desfile como General en nuestro Cristo de la Expiración. Es otra más de las grandes satisfacciones que estas teniendo la suerte de disfrutar. Bss.