miércoles, 11 de septiembre de 2013

Las cencerradas


Esta mañana  me he percatado de que hace una semana que no entro en el blog y me parecía que no hacía más de dos o tres días que lo había hecho.
    
Dándole vueltas al magín sobre lo que había de tratar hoy, me ha venido al recuerdo una de las feas costumbres que había en mi pueblo cuando yo era joven, por lo que ya hace tiempo, y creo no se efectuaba solo en el mío, y era el de las cencerradas. Pero no se hacían las mismas por celebración de alguna festividad, si no que lo eran por no se que el motivo, y que se trataba de efectuarlas cuando se realizaba alguna boda, y uno, o los dos contrayentes, lo eran de estado viudo.

A tal fin y podría ser allá por los primeros años de la década de los cuarenta del pasado siglo, un buen amigo mío, no solo mío, si no de todos los jóvenes del pueblo, un día y poco después del anochecido, nos trasladaba la noticia, de lo que era especialista en captarlas, de que unas horas después y casi próximo a la media noche, y con el fin de evitar esa "cencerrada" se iba a celebrar un casamiento, compuesto por el novio que era de estado viudo y la novia de estado soltera.  Solo diré que ambos vivían en la misma calle y en casas, casi frente por frente de una a la otra. 

La noticia se propagó como reguero de pólvora, y confieso que como gran número de los jóvenes del pueblo, me uní a la preparación de la cencerrada, que no era solo con cencerros, sino con toda clase de elementos, pero con el fin de que produjeran el mayor ruido posible, tales como el uso de caracolas o por ejemplo la utilización de elementos hechos de hoja de lata, que arrastrándolos por las empedradas calles de la localidad, formaran la "gran escandalera" . 

Incluso antes de que el cortejo nupcial se pusiera en marcha, por todas las calles del pueblo, jóvenes e incluso adolescentes, utilizando todos los medios que se les vino a mente y pudieron proveerse, circulaban formando el jaleo en el que, la gente sabía que eso era el anuncio de que aquella noche se se llevaría a cabo tal enlace. A la sazón, recuerdo que ejercía como Comandante del puesto de la Guardia Civil, un Cabo 1º apellidado Urbano, el que, y creo que con algún que otro Guardia de su Puesto, cuando a su  conocimiento llegaba la gran algarada que se había formado y de la que, previas las medidas que estaban utilizando,  se encontraban impotentes para desarticularla por completo, el mismo patrullaba las calles pistola en mano, de lo que creo no hubiere hecho uso de la misma, sino mas bien para atemorizar a los alborotadores y desistieran en su realización.

Un íntimo amigo mío y yo, cada uno con una caracola, y subidos en un tejado cuyas dos vertientes daban a calles distintas, y resguardados en una zona oscura que no podíamos ser divisados desde las perspectivas que pudiera tener el enfadado Cabo, le dimos la noche y de lo que pienso que si nos hubiera localizado, quizá hoy no hubiere podido decir que creo no hubiera hecho uso del arma reglamentaria que llevaba en su mano.

La celebración del enlace matrimonial se llevó a efecto como cito anteriormente, próximo a la media noche, pero sin que hubieren podido evitar, que si no, a su alrededor, si bajo la llegada a  sus oídos de la gran algarabía de la "cencerrada", a la que,  la costumbre,  condenaba a los que en su situación de viudedad volvían a casarse.

Si yo en mi caso cuando muchos años después,  desempeñaba el cometido de Comandante de Puesto se me hubiere dado tal circunstancia, no sé como hubieren sido mis actitudes en el proceder, desde luego si sé que no hubiere hecho uso del arma, posiblemente y recordando aquel acto de mi juventud, hubiera dicho para mis adentros "¡Cosas de la juventud!", y añado, el que en esas edades no haya cometido alguna gamberrada, si no de ese calibre, pero sí censurable a ojos de los mayores, y de la legalidad "que tire la primera piedra". 

También ayudaba a cometer tales actos en los pequeños pueblos, la carencia de hechos o circunstancias que ayudaran a pasar el rato de la gente joven, pero sin que por ello yo justifique tales actitudes de total reprobación. Esa costumbre, cuando menos en mi pueblo, se que se venía haciendo quizá desde muchísimos años, a lo mejor incluso, desde siglos atrás.

Hasta la próxima entrada.

1 comentario:

Carmen dijo...

Esa costumbre tambien existe en Cáceres, mejor dicho en los pueblos, de alli es un cuñado mio y son expertos en celebrarlas, aunque creo que es a cualquiera que se case y se quede en el pueblo, este es muy pequeñio y ya es raro que alguien se case allí y si lo hacen será raro que allí se queden, pero hacerlas las hacen, a mi me pilló una y entre las "Vísperas" y la Cencerrada, se pasa estupendamente, yo creo que se divierten hasta los novios... ji ji. Bss.