martes, 9 de julio de 2013

¿En la normalidad?




Como creo recordar figuraba en el comentario que mi amiga Carmen, dejaba en mi primera entrada, del día 25 de junio pasado,  un tanto respuesto de mi pasada alteración por cuanto a mi salud, hoy, y según su profecía, vuelvo a estas lides, vamos a decir a la normalidad, como ella indicaba. 

Quisiera estar dotado de las suficientes facultades para poder expresar lo que en estos momentos pasa por mi mente, y dar gracias a Dios lo que supone, cual era mi estado en aquellos momentos en que me obligó a abandonar cualquier actividad en que hubiere de utilizar el menor razonamiento, que hubo momentos en que lo tuve totalmente perdido, a como hoy puedo decir, he vuelto a la normalidad.

Sin duda hay momentos en la vida, especialmente en que se atraviesan circunstancias de cierta gravedad, en este mi caso respecto al estado de salud, que una vez vuelves la vista atrás y aquello queda perdido en la lejanía del paso de los días, un nosequé se instala en los sentimientos, que creo comienza a gozarse de cuanto te rodea en mayor grado si cabe de como lo venías haciendo hasta entonces. Cuestiones que casi se toman como de rutina y que casi te pasaban  inadvertidas, te das cuenta suponen una dicha de la que ni siquiera podías imaginar. El simple hecho de levantarte por la mañana y mirar por la ventana de tu dormitorio contemplando que el alba aparece allá por por el oriente, no puedes por menos que embelesarte, y llevarte a comprender cuán dichoso has sido al venir a este mundo, con las escasísimas posibilidades que todo ser hemos tenido de conseguirlo. El verte junto a los tuyos, saber que componen el principal elemento que da aliciente a la propia vida, que cuanto por tí sienten y en su reciprocidad tu lo haces por ellos, valorar lo que supone una frase afectuosa, una mirada cariñosa, una sola proximidad a tí, vale mas que todas las posesiones que de otra índole pudieras alcanzar. Que el mero saludo de un amigo te llena mas el espíritu que otro cualquier obsequio pudiera hacerte,  creo que el paso por esa adversidad, aunque en breves días haya sido resuelta, hacen más efecto en cuanto a como has de tomarte el caminar en lo sucesivo, que todos los consejos o recomendaciones incluso recibidos de tus seres mas próximos y queridos.

Quizá cuanto acabo de exponer pueda resultar una simple conclusión de la alegría que supone el verte repuesto de una salud perdida, que aunque no dudo también lo supone para todos quienes me quieren y aprecian, comprendo no pueda tener la entidad suficiente para traerlo a estas páginas de mi blog, pero quien no haya atravesado ese trance en el grado y consideración de mi reciente circunstancia, nunca alcanzará a valorar lo que supone el traerte a tu anterior situación, que excluyendo solo a que tu entorno personal más próximo lo padezca, tal tu lo has experimentado, nada otra cuestión puede igualársele.

Ruego sepáis perdonarme si este caso lo he llevado al término en que lo he realizado, pero los sentimientos están por encima de cualquier razonamiento y a lo mejor yo me he pasado siete pueblos, como suele decirse.

Hasta la próxima en que dejando por resuelto este tema, me reincorpore en lo que el título y motivo de la creación de este blog, tuvieron su origen.

2 comentarios:

Carmen dijo...

Es verdad que cuando se pasa una " mala racha" en la vida, sobre todo en la salud, al recobrarla se aprecia y valora mucho más, esos detalles insignificantes por rutinarios, al retomarlos dan mucha alegría, como te pasa a ti al volver al blog, ya sabes que tienes muchos seguidores que estamos pendientes de que vuelvas a tus " recuerdos" una vez restablecido totalmente, de lo que me alegro un montonazo....Ji ji. Bss.

Carmen dijo...

Pos esa operación no habrá sido pa tanto porque yo te veo hecho un "pimpollo" ¿o esa foto tiene unos años? ... Ji ji ji.