lunes, 13 de mayo de 2013

El campo



Creo que una de las primeras acepciones que el Diccionario de la Lengua Española da a la palabra "campo", es el de extensión de terreno fuera de poblaciones, y aunque la misma hace referencia a  varios temas y conceptos, por lo que a mi y hoy respecta, y por lo que al título de esta entrada he dado, se trata en concreto de esa primera definición.

Por lo que a mi origen y procedencia se refiere, y como existía, y debe existir un dicho, "soy más del campo que una retama".

El cambio de la vida del campo a la ciudad, más el que en todos los órdenes ha dado la sociedad desde  mis años de infancia y primera juventud hasta el día de hoy, con  el aditamento de mi ingreso en la Guardia Civil, han dado lugar a que la inmensa mayoría de las palabras y frases de las que antaño, ésta es una de ellas, salían de mi boca y eran percibidas por mis oídos, no se parezcan en nada a las de ahora, y de las muchas de aquellas, hoy o han desaparecido o en raras ocasiones suelen oírse, y de las de ahora, entonces, que esto es lo que quiere decir "antaño", en la inmensa mayoría de las mismas, incluso ni se habían inventado. 

Como suelen comenzar los Evangelios, así diré yo, en aquellos tiempos, cuando sobre todo en los ambientes rurales, se le hacía una filiación a un hombre, al referirse a su profesión se denominaba "del campo", al igual que a la inmensa mayoría de las mujeres se les catalogaba en  su profesión de "sus labores", que suponía que trabajaba solo en las faenas del hogar.

Pero con independencia de ese preámbulo que antecede, mi intención en esta entrada, quiero referirme a aquellas palabras o frases mas empleadas en el ámbito de la vida rural, comenzando por ejemplo por los animales domésticos y más próximos  en torno a la familia o al trabajo. Así, chivo, lechón, borrego, muleto, rucho, potro, burro, mulo, caballo, yegua, era de un uso tan cotidiano, que estoy seguro no se pasaba ni un solo día en que algunos de dichos nombres no se oyeran dentro del propio ambiente de una familia. Seguro que la inmensa mayoría de los niños, jóvenes y muchos adultos, no es que no la hayan oído nunca, sino que incluso  ni siquiera sepan lo que significa. Esto por lo que se refiere a la vida en el hogar, que si pasamos al propio campo, la palabra cabrahígo, acebuche, lentisco, aulaga, torvisco, coscoja, retama, zarza,  que son de las más conocidas como árboles, matas o arbustos del campo mediterráneo, yo creo llevo decenas de años sin haberlas oído, y al igual que decía anteriormente, y me atrevo a apostar que tampoco siquiera en muchos niños y jóvenes de los pueblos hoy, conozcan a que se refieren.

Y que decir de los nombres de ciertos insectos como cigarra, tábano, ciempiés, escarabajo. o animales como lagartija, lagarto; pájaros, como urraca, jilguero, cogujada, alcaudón y otros muchos nombres de todo lo relacionado, que desde mi mi primera niñez comenzaba a tener conocimiento tanto de las palabras como de a lo que se refería y que conociendo fui con el paso de los días y tan lejos de todo ello me veo, como la cantidad de años que han transcurrido desde entonces. 

De las palabras, elementos y de la inmensa mayoría de lo que hoy existe y de que ni siquiera "antaño" se podía sospechar de que alguna vez pudiera verse u oírse, trataré, dentro de mis limitaciones, en una próxima entrada, que espero no tarde.

Hasta la próxima.

1 comentario:

Carmen dijo...

Pues nada.... A esperar tu próxima entrada, porque yo que soy Urbanita perdía, no tengo ni idea de muuuuchas de esas palabras que comentas, y si eso es a mi edad... imagínate los jóvenes que te lean, por ej. Tus nietos... Ji ji seguro que les suena a chino. Así qué ¡hasta la próxima!, que mejor pronto que tarde... Bss.