Extraño asunto el dado a la primera parte del tema de esta entrada, pero si juzgamos el caso que me ha llevado a ello, no tendremos mas remedio que dar por acertado el título elegido. Por cuanto a la segunda parte del enunciado, la cosa está mas clara.
Comencemos. Resulta que el pasado sábado, en mis años de juventud, Sábado de Gloria, y ahora, Sábado Santo, se celebraba, y ahora, no por todo el vecindario de Villaharta, el día de la merendilla, que como la mayoría de mis escasos lectores sabéis, consiste en pasar el día en el campo y dar buen cobijo en el cuerpo, de cuanto bueno en el comer y el beber se pueda. Con tal motivo, allá que me llevaron, como digo el pasado día 30, a fin de hacer cuanto se pudiera en semejante sacrificio, aunque no hace falta mucho empeño para salir airoso de cuanto suele ponerse por delante. Pero no es aquí donde radica lo excéntrico de la noticia. Resulta que antes de irnos hacia el lugar donde daríamos buena cuenta de las exquisitas viandas, como es preceptivo y nunca puedo dejar de hacerlo, me pasé a visitar a un entrañable amigo. Y atrochando, cuando bajaba una escalera en el domicilio de mi amigo, yo como "persona mayor" asido a la barandilla de la misma, con la sana intención a evitar una caída, mira por donde, y posiblemente en agradecimiento de que había ido a visitar al propietario de todo el edificio, la barandilla en vez de dejarse en que yo me apoyara en ella, pensaría que lo mejor es irme con él. Y así sucedió, que desprendiéndose de donde estaba asida desde muchos años ha, se vino conmigo, y ambos dando tumbos escaleras abajo, la barandilla no sé, pero yo, como suele decirse en Villaharta me pegué tal "guajarrazo" con el costado derecho sobre el pavimento, del que al día de hoy, los moratones sobre la frente y las dolencias sobre toda la cabeza, el hombro, y de una costilla un tanto resentida, me han tenido sin gana alguna, no de entrar en el blog, sino de cualquier otra cosa, pero hoy, la segunda parte de cuanto voy a escribir, no podía dejar pasar tal efemérides. Así que aclarado, lo que de una barandilla en una escalera está para evitar caídas, resulta que fue causa de que ello me sucediera. Por ello, ¿conformes con lo de los pájaros y las escopetas?
Fuente: http://criticamasmenos.blogspot.com.es |
Vamos con la segunda cuestión. Hoy 3 de abril, cumple mi hijo José Carlos, cincuenta y cinco años, que por cierto el día de su nacimiento allá por el 1958, era Jueves Santo. Pero exactamente otro tres de abril, veinticuatro años después, o sea de 1982, contraía matrimonio. Así, y aunque cumplida la misión de felicitar, a mi nuera y a mi hijo, hecho por teléfono, como acontecimiento de esos muchos importantes que me han ido sucediendo a lo largo de mi vida, hágolo constar aquí también, y deseándoles otra vez, muchas felicidades, y lo sigan siendo como hasta ahora por siempre. Así, a la hora en que ahora mismo son las dos de la tarde, hace veinticuatro años estábamos celebrando la comida en un hotel de la capital maña. Hoy, quien por primera vez era madrina de un hijo, hace ya muchos dejó de estar entre nosotros. La alegría al traer al recuerdo aquella feliz unión, no por ello deja de producir un profundo pesar, la pérdida de ella.
Hasta la próxima entrada.
Hasta la próxima entrada.
1 comentario:
Pon, pon, porrazo chichón... pero contigo no hay quien pueda... ji ji. Bueno, ya en serio, gracias a Dios que no te ocurrió nada y terminaste felizmente el dia de la merendilla, y no te fies de las barandillas que son muy traicioneras ji ji. Felicitaciones a tu hijo por su doble celebración y tambien a Estrella. Bss.
Publicar un comentario