domingo, 3 de febrero de 2013

Nefasto aniversario



Algunas de las contrariedades que suelen darse en la vida, lo son en cuanto a mi entrada anterior en este blog, y la de hoy. En aquélla, relataba el aniversario de cuando conocí a la que luego sería mi mujer, la madre de mis hijos, y la que llenó un larguísimo periodo de tiempo y de felicidad en el discurrir de mi vida. La de hoy, lo mas contrapuesto a lo anterior. Hoy se cumplen 16 años en que la perdía para siempre.

Si de todo el devenir de mi existencia, pudiera borrar un solo día, sin duda lo sería el 3 de febrero de 1997. En esas solas veinticuatro horas, no solo perdía a mi mujer, que como cito, llenó cuarenta y cinco años de mi vivir, sino que también se llevaba la madre de mis hijos, a los que como no podía ser por menos, los adoraba; a su vez truncaba lo que venía siendo mi cotidiano y dichoso caminar, pero no conforme con ello, de tan luctuosa fecha, ocasionó el mayor trastorno en cuanto a mi estado físico, lo que todo junto, causaría, y digo causaría, porque yo no estaba en situación de poderlo contemplar, los días más amargos en la vida de mis hijos. Su madre, los dejaba para siempre, y su padre, que en el propio instante en que ella fallecía, sufría un infarto que lo mantenía en la UCI del mismo hospital durante diez días en situación de extrema gravedad. Si desde aquél estado en que me contraba, hubiera podido siquiera imaginar, lo que ellos estaban padeciendo, sin duda y con toda seguridad, no estaría hoy redactando esta entrada.

Pero como se decía en el principio de ese célebre tango del inolvidable Carlos Gardel,  "sus ojos se cerraron, y el mundo sigue andando". Sí, el mundo sigue andando. Lo mismo sigue y pasa indiferente a los hechos y circunstancias felices de quienes los reciben, que impertérrito camina sobre las desgracias de quienes, como a mí, y especialmente a mis hijos, nos tocó vivir aquel nefasto 3 de febrero. 

Pero no todo en la vida son aconteceres, que como en el caso anterior, dejan cicatrices tan profundas, que se llevan sobre sí, durante toda la posterior travesía del caminar por este mundo, si no que, vuelven a venir otros, que aún no pudiendo olvidar aquellos, suelen reconfortar y unirse a, los que en mi caso particular, tantos fueron los que me allegaron de felicísima dicha, que, por bienaventurado me considero.

Aunque con el ánimo un tanto decaído trayendo al recuerdo circunstancias tan tristes, hallo consuelo en las muchas alegres que con posterioridad me han venido acaeciendo, que solo de ello, me queda el resquemor de que muchas de las sobrevenidas, no lo hubieron podido ser gozadas por ella.

Doy por conclusa mi entrada de hoy, y vaya como homenaje, a la que hoy hace dieciséis años que nos dejó para siempre. 

Hasta la próxima.

1 comentario:

carmen dijo...

Me han dado ganas de llorar al leer este " Recuerdo" tan emotivo, es verdad que la vida sigue a pesar del desgarro que sufrimos al faltarnos ese compañero que tanto quisimos, y siempre querremos por mucho tiempo que pase, solo nos queda tirar "parlante" y disfrutar con nuestros hijos y nietos, que es la mayor fortuna que Ellos nos dejaron, aunque haya momentos en que los echemos de menos desesperadamente , verdad?. Espero que la próxima entrada sea por motivos mas alegres. Bss.