lunes, 18 de febrero de 2013

Hoy se cumplen años


Hoy 18 de febrero se cumplen años de tres acontecimientos. El orden cronológico los sitúa. 

Tal día como hoy pero de 1956, se celebraba la toma de dichos para nuestra próxima boda.  No se si se seguirá llamándose así en mi pueblo, pero a este acto en Villaharta se le llama el "otorgo". Este acontecimiento se celebró en la Iglesia del Carmen  en la mas estricta intimidad de la familia y sin ningún otro acto a resaltar.

Al siguiente año y también en este mismo día, se bautizaba a mi hijo mayor, acto religioso que se llevó a efecto en la Parroquia de la Divina Pastora, sita en la Plaza de Capuchinos de Málaga. Este acontecer si lo celebramos por todo lo alto, en nuestro propio domicilio y  ateniéndonos a las circunstancias económicas que imperaban en el matrimonio, que a decir verdad, no eran, como suele decirse, para tirar cohetes. Al acto religioso y a la posterior "fiesta", además de la madre y el padre, y por supuesto el neófito, asistieron los abuelos y cuatro tíos  maternos del bautizado, y también, y aunque no exactamente, siete u ocho compañeros míos de profesión. En total podríamos estar unas quince o veinte personas adultas. De todas ellas, en el día de hoy, solo quedamos en este mundo, el entonces bautizado, un compañero mío, y el que esta relatando este acontecer. Aunque de ello se cumplen hoy cincuenta y seis años, a excepción de mis suegros y dos de mis compañeros, todos eran mas jóvenes que yo, comenzando por mi mujer, que lo era diez años menor. Retrotrayendo el recuerdo hasta aquella fecha, el tiempo parece ha sido veloz en su caminar, pero el estrago causado en llevarse personas para la otra vida, no ha podido ser ni mayor, ni en sus consecuencias mas trágico.

Y ahora le toca al último hecho del que hoy se cumplen años. El 18 de febrero de 1997, salía dado de alta médica del hospital Parque de San Antonio de esta Ciudad. Cinco días antes, había sido operado de corazón, en que se me colocaron tres by-pass y para lo cual me fue extraída la vena safena interna derecha, todo ello después de haber permanecido en la UVI de dicho Centro hospitalario durante diez días y que dada la gravedad con la que ingresé, los médicos no decidieron operarme hasta diez días después del ingreso. Mi corazón, y a la vista del tiempo ya transcurrido, sin duda fue reparado como de verdadero milagro, pero si mi estado físico salía verdaderamente reforzado, mi estado anímico no podía salir mas destrozado. De allí y sin que en su momento yo ni siquiera pude enterarme, salía mi mujer quince días antes,  pero para siempre, a la que acompañé en su ingreso el día 9 del anterior mes de enero. Esos cuarenta días transcurridos entre aquel ingreso y mi salida de alta médica, han sido sin ninguna posible comparación, los mas nefastos de toda mi existencia.

Como podrá observarse, la diferencia entre las dos primeras efemérides señaladas y esta última, media lo que suponen una esperanza y una dicha conseguida, de aquéllas, al  dolor que me llevaba para siempre de lo que atrás me dejaba en la última. Así es la vida.

Hasta la próxima entrada.

1 comentario:

Carmen dijo...

Ya te comente en otra ocasión que este día también supuso mucho en mi vida, como lo fue el nacimiento de mi hija Rocío, tan deseada después de los dos niños que ya tenía, Otra cosa en la que también coincide nuestra vida ji ji. Me alegro de que fuese un éxito tu operación, que seguramente te pusieron unas pilas Duracell ¿Verdad?. Bss