Cinco horas quedan de este 2011. Circunscribiéndome solo a esta Ciudad de Málaga, y por cierto de lo que nunca terminaré de dar gracias a Dios el que en 1950, fuera destinado a esta Comandancia cuando ingresé en la Guardia Civil, y digo me refiero solo a Málaga, en cada uno de los domicilios malagueños, se estará tramando seguramente algo relacionado con este final de año. Unos, donde se reunirá la mayor parte de la familia para celebrar la cena; otros citándose para reunirse en cualquier hotel, donde tras la cena, tomar parte en el cotillón que los mantendrá allí hasta altas horas de la madrugada o quizá hasta el amanecido; no faltará quienes estén llorando cualquier circunstancia grave sufrida por algún miembro de la familia, y así por el estilo, cada uno de esos hogares será un mundo distinto, incluso al de su limite físico. Yo, como me viene sucediendo desde hace ya algunos, bastantes años, en que voluntariamente me impuse el pasar esta fecha aquí, en mi casa, en solitario, suelo, como cualquier empresa al finalizar la campaña, hacer balance de resultados, de lo que ha sido el devenir de este año, y que irremediablemente se nos va dentro de pocas horas.
Por cuanto a mí personalmente se refiere, y sobre todo y, principalmente a mi entorno familiar más próximo, no ha podido ser mas rentable. De mí, salvo alguna que otra circunstancia por cuanto a la salud, sin mayor trascendencia, aquí sigo manteniendo una situación física de la que ojala siga disfrutándola por el tiempo que Dios tenga a bien conservármela. A ellos, nada adverso que de cierta importancia pueda reseñarse, tanto en salud física, como en el ambiente que en cada una de esas tres familiar que la conforman sigue respirándose, de lo que nada más pueda sentirse orgulloso un padre y abuelo, yo en este caso, y desde donde me llega todo ese cariño que en estos tramos postreros de la vida de una persona, conforman el principal aliciente para seguir gozándola.
No faltan en estas recordaciones, que al estar solo, sin nada ni nadie que te lo impida, te entregas también a recorrer todo ese tan largo pasado, haciendo parada y fonda en todas esas fechas que finalizaban, el año, y que uno a uno fueron acumulando también finales de décadas, de los 30, 40, 50, 60, 70, 80, 90 y 100, y que aquí se daba también fin a un siglo, el XX, y en 2010, la primera década del XXI, y de la única que no la recuerdo, fue la de 1920, porque finalizaba cuando había cumplido solo cinco años. Cuán distintas lo fueron siendo esas décadas de las que hoy he traído al recuerdo, tanto en el plano personal como en el familiar, siendo solo dos de ellas, como para olvidarlas por completo, y que lo fueron las de los 30 y los 40, del pasado siglo. Pero no desbarremos y por el momento voy a quedarme con solo el resultado del año que tan próximo está a finalizar. Que en todas las cuestiones señaladas y alguna que haya podido quedar sin citar, el año que está a punto de acabar, colma todas mis aspiraciones y todos cuantos me queden por andar por estos andurriales, lo sean tan positivos como este 2011, y por último dedicar mi ultimo recuerdo a la que supuso tan largos años de felicidad en mi vida y me dejó a la sombra y cuidado de la cumbre en que fue el producto de aquella unión, de lo que solo tengo el pesar de que ella no pueda seguir gozándolo a la par que yo.
Hasta la próxima entrada y que dentro de 366 días, pueda hacer referencia a esta mi última entrada hasta hoy.
Todo esto cuanto he deseado para mí, quiero que llegue a todas esas personas que tanto quiero y como no me cansaré de decirlo, son el principal aliciente de mi vida.
Por cuanto a mí personalmente se refiere, y sobre todo y, principalmente a mi entorno familiar más próximo, no ha podido ser mas rentable. De mí, salvo alguna que otra circunstancia por cuanto a la salud, sin mayor trascendencia, aquí sigo manteniendo una situación física de la que ojala siga disfrutándola por el tiempo que Dios tenga a bien conservármela. A ellos, nada adverso que de cierta importancia pueda reseñarse, tanto en salud física, como en el ambiente que en cada una de esas tres familiar que la conforman sigue respirándose, de lo que nada más pueda sentirse orgulloso un padre y abuelo, yo en este caso, y desde donde me llega todo ese cariño que en estos tramos postreros de la vida de una persona, conforman el principal aliciente para seguir gozándola.
No faltan en estas recordaciones, que al estar solo, sin nada ni nadie que te lo impida, te entregas también a recorrer todo ese tan largo pasado, haciendo parada y fonda en todas esas fechas que finalizaban, el año, y que uno a uno fueron acumulando también finales de décadas, de los 30, 40, 50, 60, 70, 80, 90 y 100, y que aquí se daba también fin a un siglo, el XX, y en 2010, la primera década del XXI, y de la única que no la recuerdo, fue la de 1920, porque finalizaba cuando había cumplido solo cinco años. Cuán distintas lo fueron siendo esas décadas de las que hoy he traído al recuerdo, tanto en el plano personal como en el familiar, siendo solo dos de ellas, como para olvidarlas por completo, y que lo fueron las de los 30 y los 40, del pasado siglo. Pero no desbarremos y por el momento voy a quedarme con solo el resultado del año que tan próximo está a finalizar. Que en todas las cuestiones señaladas y alguna que haya podido quedar sin citar, el año que está a punto de acabar, colma todas mis aspiraciones y todos cuantos me queden por andar por estos andurriales, lo sean tan positivos como este 2011, y por último dedicar mi ultimo recuerdo a la que supuso tan largos años de felicidad en mi vida y me dejó a la sombra y cuidado de la cumbre en que fue el producto de aquella unión, de lo que solo tengo el pesar de que ella no pueda seguir gozándolo a la par que yo.
Hasta la próxima entrada y que dentro de 366 días, pueda hacer referencia a esta mi última entrada hasta hoy.
Todo esto cuanto he deseado para mí, quiero que llegue a todas esas personas que tanto quiero y como no me cansaré de decirlo, son el principal aliciente de mi vida.