La entrada de hoy tenía pensado haberla efectuado ayer, pero los médicos que son como son, se empeñaron anteayer meterme en el quirófano, hurgarme en el depósito de la orina y hasta hoy cerca de medio día no me han soltado.
Decía que tenía pensado haber entrado ayer, porque precisamente ayer, se cumplían OCHENTA Y SEIS AÑOS, que me hicieron la primera fotografía de mi vida, precisamente en Pozoblanco, en el primer día de sus fiestas que se celebraban y aún se siguen celebrando a partir, el 24 de septiembre, denominándolas por tanto las fiestas de la Merced. Dicha fotografía me fue hecha cuando me faltaban solo tres días para cumplir los cinco meses.
Quienes paseis vuestra vista por esta entrada, no direis que el niño de la foto no estaba rollizo y hermoso, cuya foto para que podais juzgarlo, espero que mi diligente Editor la coloque con la diligencia de la que siempre ha dado muestra a fin de que pueda ser observada por todos mis lectores.
Anteayer, y por mi Webcam, que colocada la tengo en mi ordenador y con la cual celebro diariamente las videollamadas con mis hijos que estan fuera de Málaga, me hice la segunda foto, que por mi indicado Editor será expuesta en su lugar correspondiente, y a ser posible donde menos pueda verse, a fin de que quienes pudieran entusiasmarse con la visión de de un niño de cinco meses, no les decaiga el ánimo al contemplar la de un anciano, que le sobran de 86 años, los meses que aquel niño tenía cuando que le hicieron la primera fotografía en la feria de Pozoblanco.
Pero de todo lo que digo anteriormente, les prevengo a los jóvenes y no tan jóvenes que se asusten al hacer la comparación entre las dos fotografias, que citando un epitafio que figuraba en el antiguo Cementerio de San Miguel de Málaga, podrán aplicarse el parche con el paso de los años. El mencionado epitafio rezaba así:
Como me ves, te verás
haz cuanto puedas por tí,
que tú también te verás
como me estas viendo a mí.
Ah, y desgraciado de aquél que no pueda contemplar unas fotografías suyas, en que esten separadas por ochenta y seis años de diferencia.
Aparte de todo ello, y tomando en serio la cuestión, es cierto que resulta un tanto deprimente contemplar el deterioro que en el devenir de las personas hacen el paso de los años. A los ancianos nos queda el consuelo del tiempo vivido, que en cuanto a mí particularmente, núnca podré agradecer a Dios cuanto me ha sido concedido a través de los años vividos, aunque algunos, no pocos de los acontecimientos, no lo hubieron sido lo felices que en su momento yo hubiera deseado, pero en esto como en todo, saquemos la media, y como digo, a mí me sale mayoritariamente favorable.
Creo que hallándome convaleciente de tan reciente operación quirúrgica, no debe exigírseme mucho más de lo que ha supuesto esta entrada.
Hasta la próxima.
3 comentarios:
Recién recibido el alta y escribiendo una entrada en el blog: eso se llama un profesional bloguero...jajaja.
¡¡¡Vaya energía para un "recien operado!!! Me alegro mucho de que estés así de bien. La foto de bebé está graciosisima no se como podría tirar tu madre de un niño tan "hermoso", la otra foto no está mal, pero mejor estaría con una sonrisa, al menos eso pienso.Y en lo de la "ancianidad" mira que te gusta la palabra... pues si... mejor llegar sobre todo, viendo la otra alternativa.... Un saludo: Carmen
ya me gustaría a mi llegar primero a esa edadd y segundo y especiealmente con la mitad de ese ánimo y esa enegía que tu tienes.
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