lunes, 19 de septiembre de 2011

Cosas del azar

Esta mañana huroneando en Internet con el nombre de mi pueblo, no se a causa de qué, ni porque no, de momento aparece en la pantalla entre otros, el siguiente titular:



Por curiosidad pincho en el titular, aparece una relación de nombres de varias páginas, dirijo la mirada casualmente sobre la primera página, y sin otra intención que la de ojear sobre la misma, sufriendo en ese instante una descarga emocional como yo nunca hubiera llegado a imaginar. Y el mismo efecto que a mi me produjo, creo puede producir en quien pase la vista por esta entrada. Resulta ni más ni menos que mis ojos fueron a posarse sobre el nombre de un primo hermano mío, que yo solamente sabía que había muerto durante la Segunda Guerra Mundial; pero no queda ahí la casualidad, sino que en el mismo golpe de vista capte el nombre de otro primo hermano mío, que se da la circunstancia que figuran uno a continuación del otro, uno era primo por parte de madre, el que está primero y el otro por parte de padre que figura a continuación. Se da el caso, de que sus padres fallecieron sin conocer cuál fue la suerte que pudieron correr sus hijos, solo que dejaron de tener noticias suyas, cuando se encontraban en Francia donde huyeron a finales de la Guerra Civil Española.

Puesto al habla con el hijo de un primo mío, sobrino del asesinado que figura en primer lugar, y me comunicó que hace solo unos cinco o seis años, cuando les comunicaron el hecho de que fueron asesinados en el mencionado Campo de Concentración. Mi primo Antonio que figura relacionado en primer lugar, consta fue asesinado el 14 de octubre de 1942 y, Leopoldo, el segundo, lo fue en 10 de diciembre de 1941. Ambos cuando fueron asesinados debían contar entre 23 y 24 años de edad.

Pese a los muchísimos años transcurridos en que se dejó de tener noticias suyas. yo precisamente no tenía idea del cual hubiere sido su final, aunque con toda seguridad se tenía de que habían fallecido, el ver sus nombres, apellidos y Villaharta, el pueblo de su naturaleza, produjo tal impacto en mi estado de ánimo, que pasadas unas ocho horas en que leí la noticia, aun no me he restablecido totalmente de sus efectos. En el instante en que mi vista se posó sobre sus nombres y leí su fecha de ejecución, algunas lágrimas afloraron a mis ojos, pensando que entonces mis primos tenían la edad que hoy tienen algunos de mis nietos, y cuando comenzaba su juventud, dejaron su existencia tan cruel y trágica, en un país tan alejado del suyo y el inmenso dolor de sus familia, principalmente de sus padres, que abandonaron esta vida sin que siquiera hubieren conocido que fue de sus hijos.

A tan temprana edad, fueron emparedados entre dos guerras, a cual mas cruel.

Pese a los años transcurridos y la diferencia de edad conmigo, que podría estar en los siete u ocho años, aún conservo en el recuerdo de como eran ellos, tanto en cara como en el cuerpo, asegurando que si me pusieran delante una fotografía suya de aquellas fechas, los reconocería sin el menor titubeo.

Vaya con estas letras, el sentido dolor a su recuerdo.

Hasta la próxima que espero no sea tan triste y trágica como esta.

1 comentario:

Carmen dijo...

Me imagino el palo que te has llevado, lo siento mucho, aunque creo que es mejor saber que fue de ellos que solo darlos por "desaparecidos". Todas las guerras son malas, pero esa fue especialmente cruel, yo estuve en Austwich y es un horror, creo que para todo el que va siempre habrá un "antes" y un "despues", la verdad es que se habla poco de los españoles que murieron en esos campos, pero creo que fueron muchos más de los que pensamos. Espero que tus próximos recuerdos no sean tan tristes como estos. Un saludo: Carmen