domingo, 13 de febrero de 2011

Catorce años

Yo puedo decir que he cumplido 14 años en dos ocasiones. La vez primera fue allá a los veintiséis días de haber terminado la Guerra Civil Española. Aquella, aunque en circunstancias muy especiales, lo era lleno de vida y como consecuencia de esas circunstancias, con una madurez personal bastante superior a la que biológicamente se correspondía.

La segunda, es hoy. Y digo hoy, porque se cumplen catorce años en que por fin, y después de diez días en la UVI del Hospital Parque de San Antonio, los médicos se decidieron a operarme del corazón y cuyos detalles ya apunté en mi entrada del pasado día 3, cuando se cumplía el aniversario del fallecimientos de mi esposa. Aquel 27 de abril de 1939, cumplía catorce años, pero solamente eso, catorce años. Los de hoy, y que como es natural es un cumpleaños virtual, hay que añadirle los casi setenta y dos que ya llevaba como reata aquel 13 de febrero de 1997.

Haciendo un recorrido mental por el paso del tiempo, entonces todo eran esperanzas, ilusiones, incógnitas; cual sería el porvenir que me estaba esperando, en fin todas esas consultas que interiormente y para sí te haces, y que esas incertidumbres te llevan a soñar en no pocos momentos, lo maravilloso que realmente podría acaecer.

Hoy, tras otros catorce años pasados desde la exitosa operación (si exitosa fue para los médicos que diríamos lo fue para mí), lo que antaño eran incógnitas, esperanzas, ilusiones y todas aquellas ensoñaciones que cualquier adolescente normal pueda hacerse, han sido consecuciones de lo que ni siquiera mi corta experiencia hasta entonces paso por la vida podía alcanzar a soñar. Humildemente, hoy vuelvo a confesarme, todas esa felicísimas consecuciones lo han sido mayores a mis propios merecimientos, pero también he de decir, que si Dios o el destino así lo han querido que fueren, sean bienvenidas y como si de algo quizá pueda darme por satisfecho de mi ser, es de ser agradecido, allá van mis más expresivas gracias a quien o quienes, puedan corresponderle todo cuanto me haya sido adjudicado.

De aquel abril de 1939, creo que mis deseos lo eran un tanto egoístas, todo cuanto pedía y esperaba, lo era solo para mí, aunque siendo sincero, algo sentía que también podría alcanzarles a mis padres y hermanos, que bien necesitados de ello lo estaban en aquellos entonces. De este 13 de febrero de 2011, yo y para mí, con poco me doy por satisfecho. Mis ambiciones personales, escasas son; mis fantasías, más que menguadas, podríamos decir que desaparecidas; mis necesidades, tan escasas, que como diría Séneca, para remediarlas "lo poco es mucho", y solo mis súplicas, se van y se quedan hasta el entorno de los míos, que sigan en todo, como lo están hasta ahora. Que así sea.

Hasta otra.

1 comentario:

Carmen dijo...

Pues ¡¡¡Muchas Felicidades!!! debe ser un placer "volver a la vida" y poder gozarla en compañía de tus seres queridos, disfrutando cada momento que nos queda por vivir, que sabe Dios el tiempo que estaremos por este barrio, yo si he aprendido algo es a no hacer planes a largo plazo si no disfrutar el momento con las pequeñas cosas, eso es algo muy parecido a la felicidad, esa serenidad te la deseo para todo lo que te quede de vida, que espero que celebres muuuuuchos maaaaaaaaásss. Saludos: Carmen