martes, 23 de enero de 2018

Subiendo la cuesta


Como todos los años cuando llegan estas fechas el comentario mas extendido por toda clase de gentes es el de "SUBIR LA CUESTA DE ENERO", que no suelen ser otra cosa que la presencia de dificultades de distinta índole, aunque en términos generales suele decirse por las cuestiones económicas, dado a que el cobro de la paga ordinaria y extraordinaria se cobran allá por mediados de diciembre y tener que atravesar esas pequeñas vacaciones de la Navidad y Reyes, con los gastos inherentes que por costumbre suelen hacerse, no son pocas las familias que para llegar al final del mes y poder cobrar la paga de Enero, las pasan "canutas", como generalmente suele decirse.

Pero no es a este problema económico al que quiero yo referirme con el título de la entrada, si no a lo que por cuestiones de cierto agravamiento en mi estado de salud, que mi familia se vio en la necesidad de hospitalizarme y terminó por haber tenido que tomar la decisión ineludible, por varias circunstancias sobrevenidas, mi ingreso en esta residencia donde me hallo. Sin duda por una falta de previsión mía, a la que mis familiares mas allegados lo daban por normal, debido a que mi estado físico y mental, lo venía siendo, incluso diría anormal, dado a que habiendo atravesado hace más de dos años la nonageriedad, me permitía llevar una vida tal una persona adulta, y que incluso por todos quienes me conocían quedaban maravillados de ello.

Lo rápido e imprevisto de lo sucedido que finalmente obligó a traerme hasta aquí, concretamente el pasado 29 de diciembre, colocándome en una situación en la que nunca, ni aproximada, me había visto hasta ahora. Ya bien entrado el mes actual, mi situación de salud no era la deseada, la llegada de un resfriado, para mi una gripe un tanto descafeinada por estar vacunado contra ello, agravó el estado con el que había ingresado. Sus efectos tanto en el orden físico como en el anímico, en el que no en pocos momentos me venía a mente eso de la "cuesta de enero" y tan empinada veía la cuesta compuesta por tantos vericuetos y laberintos tan difíciles de recorrerlos y todos los días que faltaban hasta llegar al final, que confieso me parecía iba a quedarme en la estacada, como se dice.

Los días han ido pasando, mi estado de salud mejorando, el trato personal y médico ha sido aun más que correcto, y todo ello me ha traído al estado anímico en que me hallo desde hace un par de días, que culminar los que faltan, para mi será un paseo por el mejor de los parques que puedan hallarse.

La inmersión en el ambiente de la residencia, tan inesperado el ingreso como desconocido me era, me ha sido fácil, tanto por mi carácter en adaptarme a situaciones de toda índole, como sin duda la necesidad de mejorar mi estado de salud, ha resultado de total normalidad, y las mejoras alcanzadas me han traído a ser con esta la segunda entrada en este blog, que por finiquitado lo daba e imposible me parecía su realización, pero la asistencia sanitaria de la que estoy siendo objeto, el proceder de mi familia y esos seres a los que adoro, y también porque no, mi facilidad para remontar situaciones adversas de las que a lo largo de mi vida, y especialmente en mi adolescencia y juventud, hube de soportar ,que como diría Cervantes, "en la adversidad se forjan los grandes corazones" lo he conseguido sin más.

Hoy por terminada doy la presente, y tan pronto esté en condiciones de volver a ello, trataré de hacerlo y en lo posible tratando temas como lo fue el motivo de su comienzo y su titulo lo pone, eso de "RECUERDOS".

Hasta la próxima.



4 comentarios:

Luis Carballeda dijo...

Somos muchos los que nos alegramos de volver a leerle, y esperamos más entradas contándonos la nueva etapa en la Residencia y los Recuerdos de siempre.
Fuerte Abrazo

Fer dijo...

¡Enhorabuena por tu blog y por no dejar de lado el optimismo y tus relatos!

Unknown dijo...

Paisano, tocallo y compañero me alegro de volver a leer en tu blog, animo a seguir escribiendo desde otra etapa de la vida-
Un abrazo y esperando que cuentes anécdotas de nuestro pueblo natal, de aquellos lares y vecinos celebres.

Miriam dijo...

¡Nos llena de alegría volver a leerte! ¡Cuánta sabiduría, valor y coraje transmiten tus palabras! No hay cuesta ni adversidad que no puedas superar. ¡Qué gran corazón tienes que tener para haber superado todos estos malos momentos! Un abrazo enorme desde Zaragoza.