Fuente: http://www.ayuntamiento.es
Hoy, sin que haya venido a cuento de nada y como hay quien dice que soy "mu pensaor", me ha venido al recuerdo un hecho que como mínimo acaeció hace por lo menos ochenta y cinco años y fue lo siguiente.
Una noche estando cenando con mis padres, comenzaron a doblar las campanas de la iglesia, y mi madre santiguándose dijo lo siguiente, " Ya ha muerto, no recuerdo el nombre, ni si era hombre o mujer", pero sin duda era una persona del pueblo que estaba gravemente enferma y por tanto terminaba sus días.
En un pequeño pueblo como era, y lo sigue siendo el mio, se estaba al tanto de quién esta enfermo y casi hasta quien había cogido un constipado, así, y como creo recordar se sucedió tal hecho de que tanto de día como hasta bien entrada la noche, cuando alguien fallecía, procedían a doblar las campanas, todo el pueblo quedaba enterado del acontecimiento.
El traer a colación este hecho no es precisamente por el relatado, si no por lo que a partir de entonces, cada vez que yo oía doblar las campanas lo relacionaba con la muerte de alguien, y aunque no siempre lo era por eso, a lo largo de algunos años, hasta aun siendo un adolescente, se me encogía el ánimo al punto de no poder evitar que me brotaran algunas lágrimas.
En mi pueblo, éramos tan humildes que ni siquiera había torre en la iglesia, si no una pequeña espadaña, a la que por cierto le llamábamos "torre", y contaba con solo dos campanas, de cierta diferencia entre una y otra en la gravedad de su tañido, y aunque no sea tal lo hacían, voy a tratar de hacerlo como mejor se, poco mas o menos.
Una, la más grande:
Toooooommmmm.......Toooooommmmm..............
dejando pasar unos segundos, la mas pequeña sonaba así,
tiiiiiinnnnnn........... tiiiiiinnnnnn......., tiiiiiinnnnnn,.................
La primera sonaba dos veces y la otra tres, igualmente dejando cierto espacio de tiempo entre el toque de una y otra campana, cuyo eco con el silencio del pueblo en aquellos tiempos, estaba resonando un rato.
No entonces, si no incluso ahora que ya no soy niño ni adolescente, aquellos sonidos de una y otra campana, producían en mi estado de ánimo, un no se que, no pudiendo señalar mejor lo tétrico de su tañer para decir que alguien había muerto.
Posiblemente para desquitarme en el sentimiento de cuanto me sucedía en el doblar de las campanas, cuando repicaban, se me alegraba el ánimo, todo ello, hasta que llegó la guerra civil española, que cuando después de que una avioneta sobrevolando el pueblo arrojó unas cuantas bombas, cada vez que un avión se acercaba, se anunciaba mediante el repique de las campanas, que era lo único que no había desaparecido de la iglesia, y que también podían haberlo hecho doblando las mismas, en vez de repicar, por que lo que anunciaban no era cuestión de celebraciones.
Desde que salí de mi pueblo hace setenta años, no he oído doblar campanas como lo hacían las de mi pueblo.
Extraña y rara cuestión lo tratado hoy en esta entrada, pero como el título de este blog es el de "Recuerdos", y éste no es uno de los menores, ya que creo que han sido miles de veces a lo largo de mi ya larga existencia que me he acordado de esa primera vez que hicieron mella en mi ánimo el doblar de las campanas de mi pueblo.
Hasta la próxima que podrá ser mas alegre, pero creo que mas original, no.
Una noche estando cenando con mis padres, comenzaron a doblar las campanas de la iglesia, y mi madre santiguándose dijo lo siguiente, " Ya ha muerto, no recuerdo el nombre, ni si era hombre o mujer", pero sin duda era una persona del pueblo que estaba gravemente enferma y por tanto terminaba sus días.
En un pequeño pueblo como era, y lo sigue siendo el mio, se estaba al tanto de quién esta enfermo y casi hasta quien había cogido un constipado, así, y como creo recordar se sucedió tal hecho de que tanto de día como hasta bien entrada la noche, cuando alguien fallecía, procedían a doblar las campanas, todo el pueblo quedaba enterado del acontecimiento.
El traer a colación este hecho no es precisamente por el relatado, si no por lo que a partir de entonces, cada vez que yo oía doblar las campanas lo relacionaba con la muerte de alguien, y aunque no siempre lo era por eso, a lo largo de algunos años, hasta aun siendo un adolescente, se me encogía el ánimo al punto de no poder evitar que me brotaran algunas lágrimas.
En mi pueblo, éramos tan humildes que ni siquiera había torre en la iglesia, si no una pequeña espadaña, a la que por cierto le llamábamos "torre", y contaba con solo dos campanas, de cierta diferencia entre una y otra en la gravedad de su tañido, y aunque no sea tal lo hacían, voy a tratar de hacerlo como mejor se, poco mas o menos.
Una, la más grande:
Toooooommmmm.......Toooooommmmm..............
dejando pasar unos segundos, la mas pequeña sonaba así,
tiiiiiinnnnnn........... tiiiiiinnnnnn......., tiiiiiinnnnnn,.................
La primera sonaba dos veces y la otra tres, igualmente dejando cierto espacio de tiempo entre el toque de una y otra campana, cuyo eco con el silencio del pueblo en aquellos tiempos, estaba resonando un rato.
No entonces, si no incluso ahora que ya no soy niño ni adolescente, aquellos sonidos de una y otra campana, producían en mi estado de ánimo, un no se que, no pudiendo señalar mejor lo tétrico de su tañer para decir que alguien había muerto.
Posiblemente para desquitarme en el sentimiento de cuanto me sucedía en el doblar de las campanas, cuando repicaban, se me alegraba el ánimo, todo ello, hasta que llegó la guerra civil española, que cuando después de que una avioneta sobrevolando el pueblo arrojó unas cuantas bombas, cada vez que un avión se acercaba, se anunciaba mediante el repique de las campanas, que era lo único que no había desaparecido de la iglesia, y que también podían haberlo hecho doblando las mismas, en vez de repicar, por que lo que anunciaban no era cuestión de celebraciones.
Desde que salí de mi pueblo hace setenta años, no he oído doblar campanas como lo hacían las de mi pueblo.
Extraña y rara cuestión lo tratado hoy en esta entrada, pero como el título de este blog es el de "Recuerdos", y éste no es uno de los menores, ya que creo que han sido miles de veces a lo largo de mi ya larga existencia que me he acordado de esa primera vez que hicieron mella en mi ánimo el doblar de las campanas de mi pueblo.
Hasta la próxima que podrá ser mas alegre, pero creo que mas original, no.