sábado, 13 de agosto de 2016

Las buenas maneras


Esta mañana, y como siempre dándole vueltas al coco, se me vino al pensamiento la copla de una comparsa con la que aquel año, que era unos cuantos antes de la Guerra Civil,  iniciaba sus canciones y que por tanto lo era en plan de saludo. 
   
Por aquellas fechas había en mi pueblo un tal Jenaro Fernández Fernández, que era cabrero, y que no quizá a la altura de Miguel Hernández, pero tambien tenía una buena vena y dotes de poeta, y que era el que cada año se dedicaba a sacar todas las coplas que la comparsa llevaba en su repertorio.
   
 Aquella copla comenzaba del siguiente tenor:               

Nuestro saludo, cordial y afable,
en este día de carnaval,
para el Alcalde y el vecindario...

y así continuaba con unas cuantas estrofas más.

Pero como se indica en el título que he dado en poner a esta entrada, y ciñéndome a las dos palabras que he puesto en negrita, "cordial y afable", para resaltar las buenas maneras con que se daba comienzo a cantarle al pueblo el amplio repertorio que llevaban, y haciendo un aparte sobre ello, diré que todas eran de tinte político bastante "colorao", por cierto. Como digo, es un aparte y otro cantar, y voy a lo de las buenas maneras.

La primera de las palabras señaladas en negrita sí suele verse escrito en alguna que otra ocasión, principalmente cuando se trata de contar el resultado de una reunión política, empresarial o de cualquier otro gremio,

Por cuanto a la segunda, cuya primera acepción del Diccionario de la Academia de la Lengua dice "Agradable, dulce, suave en la conversación y el trato", e incluso su fonética resulta bien sonante al oído, no recuerdo desde cuando no la he leído en ningún medio, y creo se habrá dado motivo de poder tratar así a alguna persona, hombre o mujer, en la que se haya dado el caso de su comportamiento en cualquier acto y se haya hecho merecedor a tal catalogación de "afable", e incluso de que esa sea la forma natural de comportarse esa persona, y de las que gracias a Dios suele haberlas en mas abundancia de lo que pueda parecer, o que toda esa reunión o acto, se llevara a efecto con la mayor afabilidad, aunque me temo se vean en inferioridad a las de signo contrario, pero en fin como suele decirse, en el mundo tiene que haber de todo, y siempre destaca  y es mas noticia, lo peor sobre lo mejor.

No sé si podrá ser este sentimiento mío propio de los "mayores", a los que nos parece que tiempo pasado fue mejor, pero confieso lo digo sin otro afán que hacer ese señalamiento de que actualmente se da menos prioridad a las buenas maneras, de las que a decir verdad, cuando menos a mí me agradan más éstas.

Y es que en mi niñez, juventud y ya siendo hombre maduro, eran frecuentes las citas a personas afables o a la afabilidad y cordialidad con que se había desarrollado tal o cual acto, que aunque tampoco siempre lo era así, pero se me da qué, cuando menos, no solían terminar tan a menudo a la actualidad, "como el rosario de la aurora", tal se dice si no lo han sido de buenas que se daba en tales o cuales cuestiones.

Bueno, con esto me salgo de este berenjenal en el que me he metido y hasta la próxima.

1 comentario:

Carmen dijo...

Que gracia me ha hecho el cierre de esta entrada, todo lo que relatas me ha gustado, pero el final.... Ha sido apoteosico ja ja ja. Ahora tendrás que explicarle a tus lectores más jóvenes lo que es "meterse en un berenjenal" ji ji ji. Bss.