martes, 19 de enero de 2016

Higos y brevas


Un resfriado con no muy buenas intenciones, con otro añadido más contra mi salud, me ha tenido, o por mejor decir, me tiene, con pocas ganas de nada, entre ellas el dedicarle unos momentos a realizar alguna entrada en este mi blog.

Como estas contrariedades se me vienen dando, no como suele decirse "de higos a brevas", cuando se trata de hechos que se suelen dar de tarde en tarde, si no que podemos aplicarle todo lo contrario, es decir de brevas a higos, que se sucede con intervalo de solo un mes y medio o dos meses, se me ha venido al pensamiento eso de los higos y las brevas, por lo cual me he dispuesto hoy, a tratar de ello en esta entrada, que dicho sea de paso, ni esperaba pudiera darse en esta fecha.

Sin duda esta cuestión para toda persona que tenga, aunque sea un leve conocimiento del campo, se dirá, bueno y esto de que trata éste en dicho tema lo considera con la suficiente entidad para traerlo a colación, pues yo le diría que tiene razón, pero también podría decirle que la inmensa mayoría de las gentes que vive en las grandes ciudades, sin duda le enseñará cosas que ellos no tenían la menor idea de que así fuera. Dejando por sentado, cuando menos para mí, toda esa explicación, vamos al detalle.

En cuanto a las higueras, que son los árboles que producen el fruto de las brevas y los higos, aparte de la distinta calidad, e incluso el color  del mismo, las hay las denominadas solo higueras, y las otras conocidas por higueras brevales.

Vamos con estas últimas. No conozco otro árbol que en período que no llega a dos meses, produzca dos cosechas, que aunque de mucho parecido, pero distinto, son primero las brevas y luego también da higos. De ahí viene el dicho de que cuando suceden cosas de tarde en tarde,  se dice "de higos a brevas", dado que los higos suele comenzar por agosto, y claro las siguientes brevas allá por últimos de junio del siguiente año.

Cuando menos aquí por Andalucía, las brevas comienzan a madurar aproximadamente, se dice que por San Juan, o sea como sed ha indicado a últimos del mes de junio y luego no más allá de mediados de julio, ya ha terminado su producción, y para mediados o últimos de agosto, comienza a tener el inicio  la madurez de su segunda cosecha, que ahora son higos, pero no brevas. Éstas,  tienen mejor sabor que los higos que producen esta clase de higueras, y tienen diferente tamaño y hasta forma también algo distinta, aunque posiblemente no faltará quien no sepa diferenciar las unas de los otros.El fruto de las higueras brevales, como las que llamamos solo higueras, suelen producir fruto, bien de un color que llamamos negro o blanco, que se le llama así, a las, y los, de  color verde claro.

Las brevas, para sus productores, tienen el aliciente y  la ventaja de que su inicio lo es con bastante antelación a la de los higos, por tanto se acogen con mayor deseo y aunque su producción es mucho mas escasa que la de los higos, los precios de venta en el mercado, suelen ser bastante mayores.

Ahora vamos a referirnos a las llamadas higueras, que solo producen higos, aunque su fruto es mucho mejor que los higos, o sea la segunda cosecha de las higueras brevales.

El fruto de las mismas, aunque de tamaño, color y sabor algo diferente de unos a otros, según la clase de higuera, como he citado anteriormente suelen ser infinitamente mejores en todos los órdenes y la duración de su cosecha que suele comenzar en la primera decena de agosto, suele extenderse, según la clase y diferencia entre una y otra, hasta finales de septiembre o primeros del mes de octubre y en algunas ocasiones, yo he conseguido comer higos bien entrado ya el mes de noviembre, que no sé si por raro en dicho tiempo, suelen saber a gloria.

Ahora quiero señalar dos cuestiones propias de la higuera, y es que a la sombra de dicho árbol, no vive otra clase de planta, incluso ni la hierba crece bajo su sombra, y la otra cuestión es que la hoja de la higuera es bastante urticante, por lo que subirse ella en manga corta, o pantalón corto, suele salirse con urticaria un tanto molesta, igual  en los brazos como en las piernas.

 También existe otra clase de higuera que se le llama cabrahigo, que algunos lo denominan higuera macho, y otros higuera silvestre, que yo la considero así,  pero no echa ninguna clase de fruto, sino que se seca cuando la misma está en flor.

  Por mi pueblo existía también un dicho, de que cuando una persona estaba un tanto débil o delgada, como me siento yo ahora, se decía de ella, "está fuerte como el pellejo de breva", que el mismo tan pronto se toca, acusa la señal de haberlo tocado.

Aunque con cierto decaimiento del ánimo, mira por donde las brevas y los higos, me han llevado hoy a decir algo en este blog, que bastantes días llevaba, no olvidado, pero si desatendido.

Hasta la próxima, que algo se me ocurrirá de que tratar.

2 comentarios:

Carmen dijo...

Ves, yo no tenía ni idea de por dónde venía, lo de "de higos a brevas", tampoco que hubiese más de una clase de estas, ni que no creciera nada debajo de ellas. Así que mientras nos sirva usted de enciclopedia, no puede cerrar su blog, y eso será dentro de muuuucho tiempo, ya que no hay cuestión en la que usted no sea un entendido Sr. Galán. Gracias por enseñarme lo del día de hoy..... Ji ji ji. Bss.



Daniel Torres dijo...

Qué delicia. Qué maravilla. Tu blog, digo, Rafael. Que al lado de tu blog, las brevas más maduras y los higos más jugosos parecen amargos. Este buen sabor que da leerte sabe el doble de bien, además, sabiendo que seguimos celebrando tu vuelta. Con tus entradas se alimenta el intelecto, el estómago y el espíritu.
Pues no me han entrado ganas de higos...