sábado, 24 de octubre de 2015

Festividad de San Rafael Arcángel


Hoy es en mi pueblo uno de los días mas festejado de todo el año. Pese a que la iglesia hace años pasó la festividad de San Rafael Arcángel, al 29 de Septiembre junto a los otros dos Arcángeles San Gabriel y San Miguel, tanto en Córdoba capital como en mi pueblo se sigue celebrando, tal como se venía haciendo desde hacía muchísimos años, en el día de hoy 24 de octubre.

Hoy, y como lo vivido durante la niñez, la adolescencia y la juventud deja tan profunda huella en la vida de las personas, y como es natural en mi no podía ser menos, pese a hacer más de sesenta años no lo he pasado allí disfrutándolo, aunque hace cinco si estuve, pero para dar sepultura a mi hermano Antonio fallecido el día anterior, cada uno de los que ha llegado esta fecha han venido a mis recuerdos aquellos de los que eran para mí una de las grandes solemnidades, y que a la vez que cumpliendo años iba, como es natural distinta iba siendo la forma y modo de sus celebraciones.

Sin mucho de particular lo era cuando fui niño y comienzos de mi adolescencia, pero tan pronto cumplí los dieciséis años en que comencé a asistir a los bailes, por cierto la única diversión para la juventud en aquellos primeros años de la década de los cuarenta del pasado siglo, junto con los paseos por la carretera, como he citado, posiblemente por la añadidura de que hoy se sacaba en procesión, y se continua sacando, hacían como digo estaba, y está, como  el día de mayor solemnidad festiva sentida por los villaharteños/ñas.

Si alguna prenda de vestir solía estrenarse por parte de la juventud, siempre se hacía bien durante las fiestas del pueblo que lo eran del 7 al 9 de mayo, ambos inclusive, o bien en el día de hoy, festividad de San Rafael.

De mis diversiones y festividad del día, propios de aquellos años de mi incipiente juventud, como ya lo he señalado en diversas entradas en este blog, hoy voy a señalar unos detalles que al recuerdo se me han venido y que nada conmigo tienen que ver, pero si por cuanto al patrón del pueblo se refiere y como se celebraba.

En aquellos tiempos, se daba el caso de que la inmensa mayoría de los hombres que trabajaban como gañanes, solían concertar con sus patronos, o amos como solía decirse, su trabajo por un año y generalmente se hacía por San Miguel.

El contrato, que solían hacerlo siempre verbal, se les señalaban creo recordar cinco días que se decía para holgar, o sea que no iban al campo, aunque si tenían la obligación de atender la yunta echándoles los piensos correspondientes, sacarlos al  abrevadero, y asimismo limpiar la cuadra. Estos cinco días solían ser las siguientes festividades: un dia de Carnaval; el 8 de mayo, segundo día de las fiestas del pueblo; el 15 de agosto, día de la Virgen; el día de San Rafael, y el día de Navidad, fechas que coincidían precisamente cuando en el campo los trabajos a realizar no suponía contrariedad alguna el dejar un día el trabajo. Así haciendo hoy memoria de aquellos que se decía "ajustados por año", no solían ser más de seis o siete hombres, pero si era cierto que a los mismos, no solía vérseles fuera de lo que eran sus faenas del campo, si no en esos días que se han citado, y para lo cual, como decía en una de mis entradas recientes, estos gañanes, además de los que también solían coincidir los que se dedicaban a lo mismo, pero en sus propias tierras y sus yuntas, sus indumentarias, los que las poseían, sacaban del arca o baúles, los que en su día fueron sus trajes de novio y allá que solían reunirse en alguna taberna del pueblo donde ante unas copas de vino, como no, sus conversaciones trataban casi exclusivamente por cuanto a sus trabajos que realizaban cada uno, por supuesto a los mas próximos a la fiesta en que estaban "holgando". Estos trabajadores que se ajustaban por un año, solían cobrar jornales algo inferiores a los  que cobraban  los que trabajaban por días o temporadas de recolección de las cosechas, que principalmente solían ser las de los cereales y la aceituna.

El asegurarse el trabajo por un año entero, llevaba consigo la renuncia al cobro del estipendio que solían cobrar los jornaleros, que ya de por sí eran míseros, puede hacerse una idea como lo serían  los de aquéllos.

La entrada de hoy como puede observarse, poca "chicha" tiene, pero no me ha llevado a ello, nada mas que rendir un pequeño culto y homenaje, a un día que hace entre sesenta y cinco y setenta y cuatro años, era para mí, y mis amigos, el no va más del disfrute y la diversión. Dentro de las posibilidades que las circunstancias y el dinero me permitían, creo conseguí sacarle partida a aquella juventud, que pasé en Villaharta.

Hasta la próxima.

1 comentario:

Carmen dijo...

Por varias circunstancias no he comentado en su momento esta entrada, aunque tu dices que tiene poca chicha, a mi me gusta ver como disfrutabais en Villaharta de la juventud, a pesar de que no teníais prácticamente de nada. Si hay otra vida, me pido nacer en un pueblo... Ji ji ji. Bs.