domingo, 20 de julio de 2014

Propio y derrotero

Derrotero náutico de las Islas Canarias


Aunque las dos palabras que figuran en el título dado a esta entrada, su fonética nos resulte totalmente familiar, no lo es así por cuanto a lo que son en una de sus acepciones en la RAE, y que como están en relación a las comunicaciones, allá va dedicada a mi buen amigo Daniel, Ingeniero Superior de Telecomunicaciones, aunque seguro estoy que en la Facultad, o Facultades, donde cursó su carrera, no la tuvo como una de sus asignaturas, pero sí le aseguro que yo, lego en la materia, la primera una vez, y la segunda en unas cuantas, quizás menos de diez, las utilicé como medio de transmitir una noticia. 

Pero, amigo Daniel, sé que no tomarás esto como, que quiera darte lecciones sobre el particular, no soy un suicida, si no que tanto la entrada, como la dedicatoria, lo son en el sentido de que tú, que demasiado lo sabes, y los demás que se dignen leerla, vean el despegue tan espectacular habido en las comunicaciones, desde aquellas fechas en que yo utilicé esos medios, al día de hoy, al punto de que ni siquiera merece la pena el compararlas. Vamos a ello.

Propio. La 9ª acepción del diccionario de la RAE, sobre el particular, dice: "Persona que expresamente se envía de un punto a otro con carta o recado".

En aquellos momentos, la única forma de hacer llegar una noticia a un lugar en despoblado, lo era por el procedimiento del "propio".

Sin que recuerde la fecha exacta, pero si que lo fue entre los meses de diciembre de 1949 y el de febrero de 1950, y que yo ya estaba aprobado para el ingreso en la Guardia Civil y pendiente de ser llamado para incorporarme a la Academia, a primeras horas de la tarde de uno de esos días, fui  citado por el Cabo Comandante del puesto de la Guardia Civil, que se hallaba en el entonces llamado Casino en mi pueblo,  y  al que le acompañaba el propietario de una finca denominada la "Moheda", aunque en mi pueblo la llamábamos la Mojea, sita a una distancia entre los dos y los tres kilómetros de la localidad.

Ya en su presencia, el citado cabo, me entrega un sobre cerrado y me encarga lo lleve al cortijo de la indicada finca y le haga entrega del mismo al casero. Me recomienda que por nada ni nadie, me deje sustraer el sobre y que antes de que me fuera quitado, procediera a meterle fuego u otro proceder, y que en plan de broma me añadió, incluso comértelo. El dueño de la finca, primo hermano de mi padre, me añadió, si te encuentras a alguien por el camino y te pregunta, donde vas, le dices que te mando yo para que le digas a mi casero, que mañana a las ocho venga a recogerme a la casa con una caballería, que voy a salir de viaje.

Sin tener ni la más remota idea de cual pudiera ser el contenido del sobre, pero confiando en quienes me lo entregaban. Procedí a dar cumplimiento a cuanto, por favor, se me solicitaba.

Unos ocho o diez días después de haber actuado como "propio", cerca de la media noche,  una partida de cuatro hombres, de los entonces llamados bandoleros llegaban al cortijo donde había entregado el sobre, y como después tuve noticias de que lo habían realizado en distintas ocasiones anteriormente, pero en aquella ocasión, había dentro del caserío un grupo de seis componentes de la Guardia Civil, de las entonces llamadas contrapartidas, y tras llevar en la cocina del caserío cerca de media hora, y haber encendido el casero una hoguera para que los forajidos secaran sus ropas de la lluvia que les había caído durante aquella jornada, previa una señal acordada con la fuerza allí parapetada, quitándose urgentemente el casero del lado de los mismos, una cuantas ráfagas de los subfusiles, o metralletas como así eran conocidos popularmente,  de la fuerza hacia la hoguera donde se hallaban, dieron muerte a tres de ellos y el cuarto pudo escaparse, aunque por el rastro de sangre dejado también había resultado herido, Aproximadamente un mes después, fue detenido.

Sobre esto último, quiero hacer constar que, algo más de dos años después del sucedido indicado anteriormente, vi aquí en Málaga al que consiguió escapar de aquella encerrona, y que terminó como confidente de las antes citadas contrapartidas, que actuando y vistiendo,  como si fueran una partida mas de los bandoleros, fueron creadas para, como sucedió, acabar con el bandolerismo en España.

En el momento en que acaeció el suceso en aquel cortijo, habían en su interior algunas mujeres y niños, familiares de los trabajadores de la finca. Es de suponer el mal rato que hubieron de pasar, pero las circunstancias así eran.

Derrotero. Por cuanto a  ésta, la única definición del diccionario que he encontrado lo mas próximo a lo que en la Guardia Civil se llamaban derroteros, ha sido la que dice: "Camino, rumbo, medio tomado para llegar al fin propuesto".

En uno de mis primeros servicios prestados en el puesto de Torrelasal, sito entre Estepona y Sabinillas de esta provincia y donde fui destinado cuando salí de la Academia en Julio de 1950, llevé a cabo el cumplimiento del primero de los pocos derroteros que se me presentaron a lo largo de mi permanencia en el Cuerpo.

Como creo en diversas ocasiones lo he citado en este blog, tanto el puesto de la Guardia Civil de Torrelasal, como en la inmensa mayoría de los entonces existentes en toda la costa, no solo de Málaga, si no de toda España, se carecía de agua corriente, de luz eléctrica y como no de teléfono.

En las cabeceras de Compañía del Cuerpo, había en casi todas, una estación radio que utilizando el código morse. recibían y enviaban las noticias de urgencia. Pero estas encontraban la dificultad de la carencia de medios para cursarlas a los puestos pertenecientes a las mismas.

Así cuando llegaba una de esas noticias, como la que me dio motivo a  dar curso a un derrotero, lo fue por el anuncio de la posibilidad de un alijo de armas, creo recordar lo era por las costas de Almería, Granada y Málaga, que procedente de Argelia lo intentarían realizar, con destino a las partidas de bandoleros de las que ya hice mención en el caso anterior de esta entrada. Así, la noticia de urgencia llegaba a la cabecera de Compañía por medio de la radio, que traducida por el personal de la emisora receptora, se pasaba a la fuerza de servicio, por teléfono solo en los núcleos de población donde lo había, pero para el resto, este escrito se entregaba a la pareja de servicio mas próxima, tanto en un sentido de la dirección como en otro, y una vez firmada la recepción de la misma a quien se le entregaba, y así sucesivamente, esta pareja se encargaba de hacerla llegar a la que lo hacía limítrofe a ella, que previas señales a través de luces por medio de la linterna, se le indicaba se aproximara para hacérselo a ella, y así seguiría de una a otra hasta el final, de lo que en aquel caso lo era hasta el límite de la provincia de Málaga con la de Cádiz, por  toda la costa. En muchas ocasiones, cuando llegaba hasta la última pareja, habían transcurrido varias horas. Aunque quiero señalar, que en los diversos derroteros que durante los catorce meses que presté servicio en la costa, ni una sola vez, se cumplieron las amenazas de alijo que se decían, la mayoría de las veces lo eran de géneros de contrabando y en muy pocas las de armas, como en la primera ocasión.  

Amigo Daniel, cuán distinto y distante lo es de aquellos métodos que yo llegué a emplear para el curso de una noticia, a los que tu has llegado a poseer, de lo que entonces, ni tus mismos compañeros de carrera, seguro soñaban siquiera llegaran a conseguirse como lo son en la actualidad.   

Hasta la próxima entrada, que procuraré no hacerme tan pesado como quizá lo haya sido en esta.

5 comentarios:

Daniel Torres dijo...

Muchísimas gracias por tu dedicatoria, querido Rafael. Qué grandísimo honor. Y qué maravilla de relatos, como lo son todos los tuyos. Es lo que tú dices: cómo han cambiado las cosas en tan poco tiempo... y cuánto tenemos que agradecer en España a la Guardia Civil. Cuántas vidas dedicadas a que todos podamos vivir tranquilos. Nunca se le reconocerá suficiente al Cuerpo su sacrificio y su entrega. Los que os tenemos cerca, somos vuestros amigos o vuestros familiares, somos muy privilegiados. Viva la Guardia Civil y viva España. Con toda nuestra historia y con todo lo que nos ha traído hasta hoy. Con todas las lecciones que hemos aprendido por el camino, con todas las que aún no hemos acabado de pillar, y con todo lo que llevamos dentro y que nos proyecta hacia el futuro.

El abuelo de Villaharta dijo...


Amigo Daniel: Aunque a estas alturas de la vida en que yo me hallo,perdidas las arrogancias, sin razón de ser las fantasías y quizá menos aún la petulancia, me haces caer en ese prurito del rescoldo vanidoso que nunca hay forma de hacerlo desaparecer de la mente humana.Pero como se la intención con la que haces tus comentarios,no tengo por menos que agradecértelo, aunque no puedes negar el color del cristal con que lo miras. Cosas de los amigos. Un abrazo

Rafa dijo...

Ante el comentario verbal efectuado hacia mi persona por el autor de este blog, quiero presentar las siguientes

ALEGACIONES

Soy plenamente consciente de que la acepción de la palabra derrotero utilizada en esta entrada no se corresponde en absoluto con la acepción de la palabra derrotero utilizada en la fotografía que ilustra esta entrada. Lo sé. Pero de un tiempo a esta parte trato de compaginar mi labor en la búsqueda de la fotografía con la promoción de esta bella y maravillosa tierra llamada Islas Canarias. Y mi cerebro, al leer la palabra derrotero, condujo al derrotero de esta bella y maravillosa tierra llamada Islas Canarias que tengo en mi casa...

Jejejejeje

El abuelo de Villaharta dijo...


Querido Editor: Aunque su alegación no sea de total aceptación como eximente de haber colocado el derrotero marítimo de las Islas Afortunadas, en mi entrada del blog el pasado Domingo, doílo por bueno, pero con el ruego de evitar casos similares.

ja, ja, ja, ja.

Rafael Jóse dijo...

Lo narrado ocurrió en el cortijo de la "Mojea" me lo han contado muchas veces tal como lo narra.
También le quería pedir que entrara en la pagina de Feibuk "yo también estuve en Villaharta" hay bastantes fotos antiguas de se época y como buen Guardia Civil nos ayudara a identificar a muchos de los vecinos que aparecen y no sabemos quien son posiblemente con alguna pista suya sabremos quienes eran.
Un Saludo y gracias por anticipado.
Rafael José