martes, 18 de febrero de 2014

Tres en uno



Leyendo el titulo de esta entrada no vayáis a pensar que hoy voy a tratar de un aceite multiusos, nada de eso, si no que en el día de hoy 18 de febrero, pero de distintos años, se han dado tres circunstancias, que han supuesto gran importancia en el devenir de mi vida, que a continuación voy desbrozar.
   
La primera, que lo fue el 18 de febrero de 1956, resulta que se celebró la "toma de dichos", como se dice aquí en Málaga, o el "otorgo", como se decía, cuando menos en aquellas fechas, en mi pueblo y que era el inicio del expediente para el próximo enlace matromonial o boda. 
    
Esto era una cuestión puramente de carácter religioso, y el párroco de la iglesia donde se celebraba esa toma de dichos, u otorgo, que se hacía generalmente en la  correspondiente donde residía la novia, o se iba a celebrar la boda, enviaba a la parroquia donde residía el novio, y también a la de su nacimiento, a fin de que se leyeran las tres amonestaciones que estaban reglamentadas. Esa lectura se hacía a lo largo de las Misas Mayores celebradas en Domingos o fiesta de guardar y tenía por objeto hacer saber a las personas que pudieran conocer al contrayente, si tenían conocimiento de algún motivo o causa que pudiera impedir tal matrimonio, y de ser así, lo comunicaran en aquel momento, y no estoy seguro, pero creo recordar, se añadía que de no hacerlo, se "callara para siempre" o algo parecido. Así que para que diera tiempo a que corrieran las tres amonestaciones, la toma de dichos se hacía cuando menos con un mes de antelación a la fijada para la boda. Demasiado "jaleo" para la inmensa mayoría de los contrayentes de hoy en día, que toman otro camino, cuestión que yo no voy a entrar en valorar, si lo uno o lo otro sea mejor o peor. Así era en la fecha en que yo me casé y así había que hacerlo, por tanto había que cumplirlo.

Un año después a la anterior efemérides, o sea el 18 de febrero de 1957, se celebró el bautizo de mi hijo mayor. Como se verá no se perdía el tiempo, ni como era casi general entre los recién casados, no solían hacerse cábalas para comenzar a tener, cuando menos el primer hijo.  Como no podía ser menos, el bautizó se celebró por todo lo alto y que en aquellos tiempos solía hacerse, aunque las limitaciones que la situación económica imponía, pero no faltaron a quienes, el vino les subió el ánimo y nos obsequió con un buen repertorio de verdiales, que una vez comenzó no había forma de pararlo.  Trayendo hoy al recuerdo aquella celebración, resulta que de todos los asistentes, solo quedamos en este mundo, mi hijo, por supuesto, el que nos obsequió con sus verdiales y yo. Cincuenta y siete años han pasado, y muchos son los que ese tiempo se ha llevado de entre nosotros. Así es la vida.

El tercero de los hechos de los que hoy se cumplen años, y que lo fue el 18 de febrero de 1997, era precisamente fecha en la que fui dado de alta de la operación de corazón  que se me practicó en el Hospital Parque de San Antonio de esta capital. Cuando aquel día salía del hospital acompañado por mis hijos, lo tengo presente como si lo fuere en este momento, al salir a la calle, el sentimiento de un porvenir tan sombrío se me vino a la mente, de lo que sería mi vida en lo sucesivo, que seguro en aquel instante no me hubiere importado dejar de existir. De reojo, miraba hacia atrás y sin que ninguno de ellos me dijera nada,  ni yo fuera capaz de preguntar, tenía la certeza que había sucedido, y que poco mas de un mes antes, entraba en aquel hospital llevando a mi mujer en estado bastante grave de salud. Aquel día, salía solo, y con el triste recuerdo de haberla perdido para siempre. Hoy, me admiro como es posible que semejantes hechos puedan sobrellevarse y soportarse por los seres humanos. También,  así es. 

Como puede comprobarse, hechos que se dan en un determinado día, y que precisamente coincide con la misma fecha, aunque de años diferentes, unos pueden ser de tanta dicha y sin embargo otros, te dejan rebanada el alma para toda la vida. Como vienen así, así también hay que admitirlo.

Hasta la próxima entrada.

2 comentarios:

Carmen dijo...


Para mi este día también es muy importante y de los más felices de mi vida, pues como sabes nació mi hija tan deseada al ser la tercera y después de dos varones, siempre que llega este día lo recuerdo como el colmo de la alegría y lo celebro muchísimo, tu me comprendes porque igual te sucedería a ti con el nacimiento de tu " niña" que eso serán toda la vida para nosotros verdad?. Bss.

Luis Carballeda dijo...

Porque tengo la sensacion que ahora contando con agendas, ordenadores etc la gente no recuerda las fechas con tanta intensidad.
Es mas diria que las generaciones actuales y me incluyo, casi no sabemos ni en que dia vivimos.
¿Porque eran tan importantes las fechas antes?
Reconociendo que como bien dice en la entrada hay fechas que no olvidamos nunca por la importancia de los acontecimientos tan bien relatados.
Fuerte Abrazo