sábado, 17 de agosto de 2013

Día de recordaciones


Esta mañana mi hijo José Carlos y su mujer han dado por finalizadas sus vacaciones aquí en Málaga, en mi casa, saliendo para su residencia en Zaragoza. Este año ninguno de sus dos hijos han podido siquiera venir unos días, debido a sus ocupaciones.

Anoche estuvimos cenando en casa de mi hija, con mis tres hijos, sus respectivos cónyuges y solo tres de mis seis nietos, lo máximo que este año en esta y otra ocasión nos hemos podido reunir. El paso de los días va poniendo las cosas en su sitio, según las situaciones  en que a cada uno lo lleva. 

Mirando al pasado, reciente y no tan reciente, no teniendo por menos que con ese gusanillo de tristeza que se apodera del ánimo cuando un ser querido se ausenta por algún tiempo, traer al recuerdo todo un pasado, incluso de hasta mi ya lejana infancia, de aquellas reuniones con mis hermanos, que ni pudieron ser muchas y pocas las que motivaron la celebración de venturosos acontecimientos. Luego pasas al recuerdo de la crianza de los propios hijos, el devenir de cada uno de ellos y que en el día a día parece que el tiempo se resiste a ir pasando, pero que luego en un abrir y cerrar de ojos, sus propias circunstancias los hace ausentarse e independizarse, que a la vez que cada uno lo va realizando son girones del alma que se van desgarrando del sentir de los padres, pero como en mi caso ha sido, al tiempo que cada ausencia dejaban también felices sensaciones, debido a que sus motivaciones lo fueron siempre por venturosas circunstancias, y sin que siquiera te dé tiempo a reaccionar, comienzan a llegar los nietos. De éstos y como he citado anteriormente, seis, y todos varones, han sido los que me han llenado de la ilusión y el gozo que a los abuelos le suponen la llegada de los hijos de tus hijos.

Si el paso de los días parecen volar, su máxima velocidad parece experimentarse en la contemplación del devenir de los nietos, que cuando aún parece estar contemplándolos en su mas tierna infancia y la llegada del primero hasta el sexto, como en mi caso lo ha sido, no te ha dado tiempo, o el propio subconsciente no lo acepta de que pasan volando los años, y a la vez que a ellos les va colocando en las situaciones  que sin duda van deseando, a uno, en este caso a mí, se me acumulan tantos, que su propio peso
te hacen experimentar las dificultades que ello trae consigo, y posiblemente no nos traiga el desánimo de sentirnos "viejos", porque el recreo que mirarte en ellos, los nietos y sus padres, supone que tiempo no te deja para emplearlo en mirarte a tí mismo.

Así, cuando todas las ambiciones propias estan mermadas, e incluso desaparecidas, que sería lo suficiente para hacerte el vivir sin aliciente alguno, el mirarte en tu rededor, de todos esos seres que sabes te quieren, te hacen saborear en su más alto grado, el gozo de estar transitando por esta vida, y me atrevería a decir, que incluso más, que lo pasado, tal vez por el sosiego y la serenidad, que posiblemente, sea lo mas valioso, que el llegar a estas alturas de lo años acumulados deja en nuestros sentires.

Sorprende que apetencias pasadas, de las que posiblemente muchas fueron conseguidas, otras frustradas y otras solo soñadas, desaparecen totalmente con ese paso del tiempo, y solo se da la consideración, que ninguna otra comparársele puede, a como cito anteriormente y muchas veces lo he repetido, el goce y disfrute de mirarte en esos seres por quienes estarias dispuesto a darlo todo, incluso esa propia vida, de la que sin ellos no tendrías razón de seguirla viviendo.

Tampoco en estas circunstancias quedan sin venirte al recuerdo esos seres, aquellos que se fueron, y que sin dejar de enorgullecerte de los que tienes, puedes, y menos debes, dejar en el olvido.

Hasta la próxima, que no se que motivo o recuerdo trataré en ella.

2 comentarios:

Carmen dijo...

Me parece que la marcha de tus hijos te ha afectado más de lo que tu mismo crees. Piensa en que no se van todos de una vez, que todavía te quedan días por disfrutar con ellos y sobre todo que tu hija siempre está aquí, con los cariños y desvelos que hacia ti tiene. Así qué en la próxima entrada te espero más animado, que la vida son dos días y hay que aprovecharlos solo con cositas positivas. Bss.

El editor dijo...

Ahora que estoy aquí sí que edito las entradas más rápidamente, que el interné no ha llegado todavía a África...jajajaja